La influencia española en Albert Camus
Blanca Jiménez Anabitarte
Se ha hablado mucho de la influencia que han ejercido en la obra del Premio Nobel de Literatura francés Albert Camus escritores como André Malraux o Jean- Paul Sartre, pero pocas veces se ha estudiado la influencia que sobre él tuvo España; país que para el escritor argelino encarnaba la grandeza y la desmesura.
Camus nació en Mondovi, Argelia, un 7 de noviembre de 1913 y murió en la carretera Nacional 5 francesa, entre Champigny-sur-Yvonee y Villeneuve-la-Guyad, el 4 de enero de 1960.
Aunque en casa del escritor siempre se habló en francés, su madre Catherine Helene Sintés, había nacido en España y debido a que Albert hijo y Lucién padre sólo vivieron juntos ocho meses, su madre y él estuvieron siempre muy unidos; el día que le otorgaron el Premio Nobel de Literatura, las palabras más bellas de su discurso se las dedicó a Catherine: "Allá lejos se encuentra lo que más amo en el mundo. He querido saber ante todo si mi madre se sentía dichosa".
El amor que sentía hacia España le hizo investigar sobre sus raíces y llegó hasta sus bisabuelos, Margarita Cursach Doncella y Miguel Sintés Soltero, casados en Menorca. El último descubrimiento sobre su familia, que su abuela materna había nacido en San Luis, pueblo cercano a Mahón, en 1857, lo hizo en 1948 mientras trabajaba en El estado de sitio.
Durante su infancia, el joven Albert vivió en el barrio argelino de Belcourt, un lugar donde clase media de todas las nacionalidades convivía entre perros, tranvías y burros. Como explica Oliver Todd en su biografía sobre el autor, "En la Rue de Lyon se mezclan voces francesas, árabes, españolas e italianas" (1)
Camus siempre estuvo muy interesado por la situación política española. Desde su ideología próxima al comunismo quiso luchar en el bando republicano durante la Guerra Civil española. Antifascismo, anticolonialismo y antiimperialismo formaban un todo para el escritor de Mondovi, un todo al que había que derrotar; por ello hizo todo lo posible por ayudar al bando republicano a ganar la guerra que había estallado en 1936 cuando Francisco Franco se levantó contra el gobierno de Casares Quiroga.
Pocos días después del levantamiento Camus creía que éste fracasaría pero al poco tiempo, cuando los nacionalistas ya controlaban ciudades como Salamanca, Valladolid o Pamplona que, como dice Todd, eran "nombres que emocionan a Camus más que el de Addis- Abeba" (2), empezó a comprender que el bando izquierdista necesitaba ayuda. Si Camus nunca pudo luchar en España fue por la misma razón por la que no pudo hacerlo en la Segunda Guerra Mundial: su débil estado de salud. Camus sufría tuberculosis desde los diecisiete años y las Brigadas Internacionales nunca hubieran aceptado a un hombre con esta enfermedad. Quizás gracias a ello pudo mantenerse a salvo un escritor sin el que el panorama literario del siglo XX hubiese quedado para siempre incompleto. Pero aunque no pudo llegar a combatir en el campo de batalla, sí hizo todo lo que estaba en su mano para ayudar a los republicanos y, utilizando su don de gentes, participó en el Comité Mundial contra la Guerra y el Fascismo patrocinado por la Casa de Cultura y Argel y en la fiesta que éste organizó para recaudar fondos para los republicanos españoles.
Camus además de ser uno de los mejores literatos que ha dado Francia en el siglo XX, también fue un magnífico periodista. Esta profesión la ejerció en Argel y en París. De su etapa como periodista un detalle muestra su clara unión sentimental con España; durante el tiempo en que fue redactor en Alger Républicain sólo firmaba artículos de política interior, excepto cuando se trataba de defender a la España Republicana.
Cuando el bando franquista ganó la guerra, Albert Camus mostró su desacuerdo con esta victoria y jamás fue un escritor bien visto por el régimen dictatorial español. Esto es fácilmente comprobable si observamos como en la primera etapa de La Estafeta Literaria (1944-1946), revista española de literatura con un gran apoyo gubernamental, Camus no es mencionado en ningún momento; a pesar de que en estos años ya había publicado en Francia El Extranjero, con una tirada de cuatro mil ejemplares y una reimpresión de cuatro mil cuatrocientos seis meses después. Para Camus el único gobierno legítimo de España tras la guerra era el republicano en el exilio. Por esta razón y por el gran apoyo que desde el primer momento prestó al bando republicano, se le nombró comendador en la Orden de la Liberación de España; el título se lo otorgó Diego Martínez, Presidente de la República.
Pero no sólo la política española influyo en el gran autor francés, también la literatura; entre las muchas novelas que Camus adaptó al teatro, su gran afición, se encuentran El Caballero de Olmedo de Lope de Vega y La Devoción de la Cruz de Calderón. Aunque su forma de escribir poco tiene que ver con la los dos autores clásicos españoles, tanto Lope de Vega como Calderón ejercieron una gran influencia en la obra camusiana. También pensó en adaptar El Burlador de Sevilla de Tirso de Molina y El mágico prodigioso, de Calderón.
Por otra parte, cuando en 1934 la derecha española reprimió cruelmente una rebelión minera en Asturias, Camus y Siscard, Bourgois y Poignat, crearon una pieza de teatro titulada Rebelión en Asturias en la que denunciaban el hecho y se mostraban a favor de los mineros. Esta obra fue publicada en Argel por Edmod Charlot pero debido a su limitada tirada no ha tenido mucha difusión. Además, una de las piezas de teatro de Camus, Estado de sitio, está ambientada intencionadamente en la ciudad española de Cádiz.
Por último no hay que olvidar que también en los amores de Albert Camus estuvo presente España. Uno de los romances más apasionados de su vida fue el que vivió con la actriz española María Casares, a la que conoció en Paris. Los dos llevaban en el corazón la muerte de la República española y las heridas de la guerra civil.
El 4 de Enero de 1960, Francia perdió a un gran compatriota, el mundo a un gran escritor y España a un gran amigo, quizás uno de los mejores que ha tenido.
Notas:
1. TODD, Oliver; Albert Camus una vida, editorial Tusquets, colección Andanzas, Barcelona, 1997.
2. TODD, Oliver; Albert Camus una vida, editorial Tusquets, colección Andanzas, Barcelona, 1997. Página 115.
Fuente: http://www.babab.com/no28/camus.php
Blanca Jiménez Anabitarte
Se ha hablado mucho de la influencia que han ejercido en la obra del Premio Nobel de Literatura francés Albert Camus escritores como André Malraux o Jean- Paul Sartre, pero pocas veces se ha estudiado la influencia que sobre él tuvo España; país que para el escritor argelino encarnaba la grandeza y la desmesura.
Camus nació en Mondovi, Argelia, un 7 de noviembre de 1913 y murió en la carretera Nacional 5 francesa, entre Champigny-sur-Yvonee y Villeneuve-la-Guyad, el 4 de enero de 1960.
Aunque en casa del escritor siempre se habló en francés, su madre Catherine Helene Sintés, había nacido en España y debido a que Albert hijo y Lucién padre sólo vivieron juntos ocho meses, su madre y él estuvieron siempre muy unidos; el día que le otorgaron el Premio Nobel de Literatura, las palabras más bellas de su discurso se las dedicó a Catherine: "Allá lejos se encuentra lo que más amo en el mundo. He querido saber ante todo si mi madre se sentía dichosa".
El amor que sentía hacia España le hizo investigar sobre sus raíces y llegó hasta sus bisabuelos, Margarita Cursach Doncella y Miguel Sintés Soltero, casados en Menorca. El último descubrimiento sobre su familia, que su abuela materna había nacido en San Luis, pueblo cercano a Mahón, en 1857, lo hizo en 1948 mientras trabajaba en El estado de sitio.
Durante su infancia, el joven Albert vivió en el barrio argelino de Belcourt, un lugar donde clase media de todas las nacionalidades convivía entre perros, tranvías y burros. Como explica Oliver Todd en su biografía sobre el autor, "En la Rue de Lyon se mezclan voces francesas, árabes, españolas e italianas" (1)
Camus siempre estuvo muy interesado por la situación política española. Desde su ideología próxima al comunismo quiso luchar en el bando republicano durante la Guerra Civil española. Antifascismo, anticolonialismo y antiimperialismo formaban un todo para el escritor de Mondovi, un todo al que había que derrotar; por ello hizo todo lo posible por ayudar al bando republicano a ganar la guerra que había estallado en 1936 cuando Francisco Franco se levantó contra el gobierno de Casares Quiroga.
Pocos días después del levantamiento Camus creía que éste fracasaría pero al poco tiempo, cuando los nacionalistas ya controlaban ciudades como Salamanca, Valladolid o Pamplona que, como dice Todd, eran "nombres que emocionan a Camus más que el de Addis- Abeba" (2), empezó a comprender que el bando izquierdista necesitaba ayuda. Si Camus nunca pudo luchar en España fue por la misma razón por la que no pudo hacerlo en la Segunda Guerra Mundial: su débil estado de salud. Camus sufría tuberculosis desde los diecisiete años y las Brigadas Internacionales nunca hubieran aceptado a un hombre con esta enfermedad. Quizás gracias a ello pudo mantenerse a salvo un escritor sin el que el panorama literario del siglo XX hubiese quedado para siempre incompleto. Pero aunque no pudo llegar a combatir en el campo de batalla, sí hizo todo lo que estaba en su mano para ayudar a los republicanos y, utilizando su don de gentes, participó en el Comité Mundial contra la Guerra y el Fascismo patrocinado por la Casa de Cultura y Argel y en la fiesta que éste organizó para recaudar fondos para los republicanos españoles.
Camus además de ser uno de los mejores literatos que ha dado Francia en el siglo XX, también fue un magnífico periodista. Esta profesión la ejerció en Argel y en París. De su etapa como periodista un detalle muestra su clara unión sentimental con España; durante el tiempo en que fue redactor en Alger Républicain sólo firmaba artículos de política interior, excepto cuando se trataba de defender a la España Republicana.
Cuando el bando franquista ganó la guerra, Albert Camus mostró su desacuerdo con esta victoria y jamás fue un escritor bien visto por el régimen dictatorial español. Esto es fácilmente comprobable si observamos como en la primera etapa de La Estafeta Literaria (1944-1946), revista española de literatura con un gran apoyo gubernamental, Camus no es mencionado en ningún momento; a pesar de que en estos años ya había publicado en Francia El Extranjero, con una tirada de cuatro mil ejemplares y una reimpresión de cuatro mil cuatrocientos seis meses después. Para Camus el único gobierno legítimo de España tras la guerra era el republicano en el exilio. Por esta razón y por el gran apoyo que desde el primer momento prestó al bando republicano, se le nombró comendador en la Orden de la Liberación de España; el título se lo otorgó Diego Martínez, Presidente de la República.
Pero no sólo la política española influyo en el gran autor francés, también la literatura; entre las muchas novelas que Camus adaptó al teatro, su gran afición, se encuentran El Caballero de Olmedo de Lope de Vega y La Devoción de la Cruz de Calderón. Aunque su forma de escribir poco tiene que ver con la los dos autores clásicos españoles, tanto Lope de Vega como Calderón ejercieron una gran influencia en la obra camusiana. También pensó en adaptar El Burlador de Sevilla de Tirso de Molina y El mágico prodigioso, de Calderón.
Por otra parte, cuando en 1934 la derecha española reprimió cruelmente una rebelión minera en Asturias, Camus y Siscard, Bourgois y Poignat, crearon una pieza de teatro titulada Rebelión en Asturias en la que denunciaban el hecho y se mostraban a favor de los mineros. Esta obra fue publicada en Argel por Edmod Charlot pero debido a su limitada tirada no ha tenido mucha difusión. Además, una de las piezas de teatro de Camus, Estado de sitio, está ambientada intencionadamente en la ciudad española de Cádiz.
Por último no hay que olvidar que también en los amores de Albert Camus estuvo presente España. Uno de los romances más apasionados de su vida fue el que vivió con la actriz española María Casares, a la que conoció en Paris. Los dos llevaban en el corazón la muerte de la República española y las heridas de la guerra civil.
El 4 de Enero de 1960, Francia perdió a un gran compatriota, el mundo a un gran escritor y España a un gran amigo, quizás uno de los mejores que ha tenido.
Notas:
1. TODD, Oliver; Albert Camus una vida, editorial Tusquets, colección Andanzas, Barcelona, 1997.
2. TODD, Oliver; Albert Camus una vida, editorial Tusquets, colección Andanzas, Barcelona, 1997. Página 115.
Fuente: http://www.babab.com/no28/camus.php
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