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lunes, 30 de diciembre de 2019

Carta de Ernesto Alba, Secretario General del PCA, al final del año 2019


Estimada/o camarada,
Quiero aprovechar que el año toca a su fin para dirigirme a ti, en primer lugar para felicitarte las fiestas y desearte un año nuevo de felicidad. Lo segundo, para agradecerte tu compromiso con el Partido Comunista de Andalucía. Gracias por tu tiempo, tu esfuerzo, tu constancia por la causa justa y noble que defendemos.
Terminamos un año en el que el PCA ha cumplido 40 años desde que en 1979 se celebrara en la ciudad de Torremolinos su Congreso Constituyente fruto de la presencia organizativa e influencia social en toda Andalucía. Cuántas cosas han cambiado desde entonces y otras se mantienen igual, como la lucha contra la injusticia.
Terminamos un año que ha sido muy duro en términos políticos y organizativos. El 2019 lo comenzamos recién salidos de unas elecciones, las andaluzas, y le han seguido tres campañas más, cuatro elecciones en menos de un año. Nuevamente el calendario electoral ha hecho que la mayoría de nuestro tiempo y recursos hayan ido dedicados a las distintas campañas electorales acontecidas en nuestro país.
Pero este año hemos dado pasos importantes en lo organizativo. Hemos avanzado en esa idea que aprobamos en el pasado Congreso de 2017 y con la que me comprometí como secretario general: La Revolución Organizativa de nuestro Partido.
Durante este año hemos iniciado una profunda reflexión interna que se ha materializado en un Plan de Fortalecimiento organizativo nacido de los diferentes encuentros de cuadros que hemos realizado, tanto a nivel andaluz como en cada una de las provincias. Entendíamos que la militancia debía cumplir un papel protagonista en la reorganización y fortalecimiento del PCA, y que este debía partir de un profundo debate democrático de abajo hacia arriba, y así ha sido. Como siempre, la militancia comunista ha estado a la altura de las circunstancias.
Esta es la tarea fundamental que tenemos para este 2020. Implementar un modelo organizativo que haga que toda la estructura vaya al mismo son, trabajando en colectivo y en equipo a través del modelo de áreas.
Nuestro objetivo como dirección andaluza es llegar al próximo congreso con las tareas hechas. Poder decir orgullosos que el PCA no es un partido iglesia al que ir a rezar los domingos; sino que somos un partido útil, organizado, insertado en el movimiento social, en el conflicto, un partido que crece y se expande. Ese es el ideal de Partido que esta dirección tiene en su cabeza y por el que estamos trabajando. Un partido que, como la levadura, es capaz de fermentar y reproducir sus capacidades insertándose en su ámbito concreto de actuación.
Te deseo un 2020 lleno de alegrías, de momentos de felicidad rodeada o rodeado de los que más quieres. Y por supuesto un año de militancia que sea profundamente satisfactorio.
Recordad, que cuando la vida es precaria, la alegría está en la lucha.
Salud y República.
Ernesto Alba
Secretario General del PCA

sábado, 14 de diciembre de 2019

La izquierda europea, de nuevo frente al fascismo


Ernesto Alba

Secretario general del PCA
Este fin de semana acogemos en Andalucía el VI Congreso del Partido de la Izquierda Europea (PIE). Se celebra en Benalmádena, Málaga, a orillas del Mar de Alborán; y no es casualidad. Que los casi 40 partidos de toda Europa que integran el PIE decidan reunir a su máximo órgano al sur del continente, en la frontera geográfica que supone nuestro Mar Mediterranéo y que nos separa en dos mundos, tiene un sentido ofensivo para lo que debe ser la estrategia de la izquierda en Europa.
A orillas de ese mar, fosa común de miles de migrantes que se ahogan intentando alcanzar suelo europeo, la izquierda debe, este fin de semana, acordar un programa de mínimos que sea capaz de dar una respuesta rigurosa a una ciudadanía que asiste atónita al crecimiento de la ultra derecha. Un crecimiento que es respuesta al miedo que genera un discurso aporafóbico y profundamente racista del que se nutren para ganar posiciones.
La izquierda europea, de la que forman parte IU y el PCE, tiene muchos retos, pero sin duda el mayor es el de convertirse en una herramienta útil tanto para la gente como para los partidos que la componen, siendo capaz de articular una respuesta unitaria que sea dique de contención al crecimiento del fascismo, no sólo en las instituciones europeas, también en la calle, con los movimientos sociales y los sindicatos; combatiendo conjuntamente sus discursos de odio con un discurso de clase, defendiendo los derechos humanos y los valores de democracia, igualdad, justicia social y solidaridad que fueron los cimientos sobre los que se construyó el modelo europeo.
Parar a la extrema derecha es responsabilidad de todos los y las demócratas, pero en especial de los comunistas que compartimos espacio político europeo con organizaciones verdes y socialistas. Si el PCE e IU en España, con nuestros partidos hermanos en Europa, no estamos a la altura de este reto, la clase obrera lo pagará, pero también la izquierda organizada sufrirá las consecuencias. Quedaremos seriamente debilitados y cuestionada nuestra utilidad. En estos momentos es necesaria la mayor cohesión posible de todos los partidos de la izquierda europea y ese debe ser uno de los retos de este VI Congreso.
En Francia, Italia, Polonia o Hungría, o bien ya gobiernan los partidos de extrema derecha, o bien se encuentran en posición de, al menos, ser la principal alternativa en cada comicio. Asistimos a un resurgir que, sin embargo, ha encontrado resistencia en Grecia. Los helenos pueden presumir de haber combatido las ideas ultras de Amanecer Dorado y haberlas derrotado. Debemos mirar, una vez más, a la cuna de la democracia donde han sabido que al fascismo y a la extrema derecha se le combate de forma integral y a través de la movilización popular .
Respuesta coordinada
Por eso, la respuesta debe ser coordinada en toda Europa:
En las instituciones, donde la extrema derecha tiene representación, debemos estar para desenmascarar sus propuestas populistas y explicar claramente a nuestro pueblo que éstas carecen de credibilidad. Debemos denunciar la inexistencia de supuestos problemas que acostumbran a utilizar con fines exclusivamente demagógicos y de exacerbación del odio y la confrontación entre las clases populares y los sectores socialmente más vulnerables.
En los movimientos sociales y sindicales, impidiendo que las organizaciones fascistas, su discurso y sus propuestas sean asumidas. Un combate que es imprescindible dar esgrimiendo argumentos que acrediten la necesidad de que la lucha de clases supone la única garantía que protege los derechos de la clase trabajadora y la solución de sus problemas.
También en la apropiación de las calles y espacios públicos por parte de los grupos fascistas y de sus organizaciones auxiliares de fachada, como clubs deportivos, de ocio o tiempo libre.
Y en los tribunales, para exigir responsabilidades penales cada vez que los fascistas utilicen la violencia o el odio en su actividad política. Debemos abrir este frente de combate y poner en evidencia los casos en los que la justicia tenga la tentación de comportarse de forma permisiva con el fascismo emergente.
Por último, frenar al fascismo construyendo y fortaleciendo las organizaciones de izquierdas, condición indispensable para poder ser percibidos como la herramienta política que garantice la defensa de los derechos conquistados.
Mirar a Grecia de nuevo. Articular una respuesta europea. Ese es uno de los retos. Buen congreso.

viernes, 6 de diciembre de 2019

El PCE ante un nuevo aniversario de la Constitución: acabar con las políticas neoliberales para frenar al fascismo


Como en cada aniversario de la aprobación de la Constitución de 1978, el Partido Comunista de España rinde un sincero homenaje a las mujeres y hombres que con su lucha contra la dictadura y en defensa de las clases trabajadoras trajeron la democracia y la libertad a España, y en especial a la militancia comunista que de forma ejemplar enfrentó condiciones durísimas de lucha durante el franquismo.
Hoy la ultraderecha fascista emerge con fuerza en la escena política europea y española, aumentando su influencia entre las fuerzas defensoras de las políticas neoliberales que recortan derechos, agudizan desigualdades y eliminan libertades, como se ha puesto de manifiesto tras la indecente resolución del Parlamento Europeo equiparando los crímenes del nazismo y el fascismo con la heroica lucha del movimiento comunista internacional por la liberación de todos los pueblos del mundo.
La Constitución fue el resultado de la correlación de fuerzas existentes tras la muerte del dictador. Para el PCE fue un punto de partida que reconocía un amplio catálogo de derechos fundamentales reconocidos en la Declaración Universal de los Derechos Humanos: el reconocimiento de derechos civiles y políticos individuales, como la libertad de expresión y de movimiento, la prohibición de la tortura, el derecho de no ser discriminadas por razón de sexo, el derecho de manifestación, la participación política, asociativa y sindical, el derecho de asilo o la libertad ideológica y religiosa.
Pero también el reconocimiento de los derechos económicos y sociales necesarios para garantizar unas condiciones materiales de vida digna a la clase trabajadora: derecho al trabajo, la protección social y por desempleo, la Seguridad Social, el derecho a la salud y a la educación de calidad, el derecho a una vivienda digna, la protección de la juventud y de la tercera edad, las pensiones dignas.
También fue el inicio del proceso de construcción de un modelo de Estado descentralizado que continuara avanzado en el futuro hacia un estado federal.
Llevamos décadas denunciando que el consenso constitucional de la transición ha sido roto por las fuerzas conservadoras y neoliberales, al negarse a reconocer los imprescindibles mecanismos de protección y exigibilidad constitucional de los derechos económicos y sociales, constitucionalizando las políticas de recortes neoliberales a través de la reforma exprés del artículo 135, aplazando sine die la reforma del modelo territorial en la perspectiva de construcción de un Estado federal que garantice la cohesión y normal convivencia de todos los pueblos y naciones del Estado, y manteniendo una monarquía trasnochada y salpicada de escándalos de corrupción.
Reiteramos que nunca nuestro Partido ni nuestro pueblo acordó perder derechos, menos aún renunciar a exigirlos.
Por todos esos incumplimientos y por la decisión política de la oligarquía de no permitir la expansión de los derechos fundamentales constitucionales ni su completo cumplimiento, el PCE advirtió ya en 1996 que daba por roto el pacto constitucional, posición que ha sido claramente reiterada el 6 de diciembre de 2018 en el cuarenta aniversario de la aprobación de la carta magna.
Queremos un marco constitucional que garantice de forma efectiva todos los derechos contemplados en la Declaración Universal de los Derechos Humanos y en la Constitución de 1978, que permita un gran acuerdo de convivencia solidaria de los pueblos y nacionalidades que forman España, en un Estado federal y republicano unido en torno a la construcción de un proyecto de progreso colectivo.
Continuaremos denunciando los anteriores incumplimientos y exigiendo el abandono de las políticas conservadoras, neoliberales y de recortes de derechos que hacen inaplicables los derechos incluidos en la Constitución.