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El aviso a navegantes de Valderas se produjo durante una
comparecencia en el Parlamento andaluz, en respuesta a una pregunta de un
diputado de su grupo. El izquierdista explicó que la ley de Memoria Histórica
no ha llegado a tener desarrollo reglamentario, una circunstancia que, además
de dificultar su aplicación, da pie a desesperantes idas y venidas que se
pierden en el laberinto burocrático. Para tapar este agujero, la nueva
dirección general de Memoria Democrática (incursa en su departamento) prepara
una “ordenanza tipo” —de acuerdo a las pautas de sentencias judiciales firmes—,
que enviará a los ayuntamientos, y que servirá para borrar las conmemoraciones
franquistas del espacio público “sin ningún tipo de problemas”.
La ordenanza, precisaron fuentes de la consejería, se
convertirá en un instrumento legal de desarrollo del artículo 15.1 de la ley
estatal de 2007, que contempla la privación de subvenciones o ayudas públicas
para los municipios que se resistan a acatarla. El director general de Memoria
Democrática, Luis Naranjo, dijo ya el pasado agosto que la orden trata de
cubrir los huecos de la ley nacional, mientras se aprueba una norma andaluza
propia sobre memoria histórica que resolverá las ambigüedades. La orden está
pensada también para organizar el callejero.
Diego Valderas informó a este respecto que la ley andaluza
podrá ver la luz el año próximo. Uno de sus objetivos es que la Junta se convierta en
“garante” en la defensa de los derechos fundamentales, de modo que no
permanezca “impasible antes los crímenes de lesa humanidad”. De hecho, la Administración
autónoma se presentará como denunciante en los casos que estime para la
salvaguarda de los derechos individuales y colectivos de los andaluces, tal y
como refleja el artículo 9 del Estatuto de Autonomía, cumpliendo así los
preceptos de la norma básica (Ley de Amnistía de 1977 y Ley 52/2007 de Memoria
Histórica).
El vicepresidente comentó igualmente que su idea es lograr
el máximo consenso social posible, razón por la que ha iniciado un proceso de
consultas. De momento, ha trasladado el borrador de la ley a los grupos
parlamentarios de PSOE e Izquierda Unida, y queda pendiente el PP. También se
han mantenido reuniones con el Defensor del Pueblo, el fiscal jefe del Tribunal
Superior de Justicia de Andalucía, con las Universidades de Sevilla y Granada y
con las fundaciones de estudios de las diferentes fuerzas sindicales.
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