El 23 de febrero de 1981 el Congreso de los Diputados celebraba la sesión de investidura de Leopoldo Calvo Sotelo (como presidente del Gobierno) en segunda votación. Tejero irrumpió en el Congreso al frente de 200 guardias civiles que habían llegado en autobuses a la Carrera de San Jerónimo.
España en aquellos días vivía una intensa campaña terrorista de secuestros y asesinatos a manos de ETA.
Andalucía estaba rompiendo el modelo de Estado diseñado por la UCD que garantizaba las autonomías políticas solo para las llamadas comunidades históricas.
La dimisión de Adolfo Suárez provocada por los sectores más reaccionarios de la derecha española y de la administración norteamericana que querían a toda costa el ingreso de España en la OTAN, a lo que Suárez se venía negando.
Las movilizaciones frente a la reconversión industrial y al paro eran muy generalizadas. Existía una gran ebullición social y política. El modelo de transición se estaba cuestionando en la práctica. La Monarquía estaba sujeta con alfileres. Carecía de legitimidad, dado que era una herencia del franquismo.
Las elecciones municipales tres años antes se habían saldado con una amplia derrota de la derecha en todas las grandes ciudades.
En el Ejército, en las fuerzas y cuerpos de seguridad del estado y en los Servicios Secretos, en conexión con las tramas civiles (que aún no han salido a la luz 30 años después), se preparaban tres escenarios de Golpe:
- Cruento y duro
- Militar con participación de la derecha.
- Blando, con gobierno de concentración nacional.
El rey estaba informado porque el objetivo del Golpe blando, apoyado en el secuestro del Congreso por Tejero, lugar donde el “elefante blanco” (autoridad militar, por supuesto), acudiría para anunciar el nuevo gobierno de concentración, suspendería las garantías constitucionales y declararía el Estado de Sitio. Se trataba de consolidar la Monarquía y de reconducir el rumbo de España hacia posiciones conservadoras.
- Ingresando inmediatamente en la OTAN
- Recortando las autonomías (LOAPA)
- Reprimiendo las movilizaciones obreras y sindicales.
- Haciendo frente a ETA con el Ejército y con efectivos para iniciar la guerra sucia.
En los tres escenarios golpistas que se crearon, sólo al cruento sostenía que al rey se le habían ido las cosas de las manos aunque mantenía la monarquía como modelo de Estado.
La primera pregunta ante el mapa de ocupaciones de los golpistas en Madrid sigue siendo la siguiente: ¿Por qué no ocuparon la Zarzuela para neutralizar al rey? ¿Lo consideraban uno de los suyos? ¿Por qué tardó tantas horas en comparecer en televisión? Concretamente desde las 18:30 hasta la 1:20 de la madrugada.
Además, no utilizó la radio ni otros medios durante todo ese tiempo.
El General Armada estaba preparado para comparecer en el Congreso en nombre del rey, e imponer un Gobierno de concentración. Milans del Bosch sacó los tanques a la calle. En Sevilla calentaron motores los blindados en los cuarteles y en la Brunete se producían movimientos. Aquí es donde el rey y Sabino Fernández Campo emplearon estas horas para ver como evolucionaba la situación.
Se evitó que saliera el Ejército a la calle porque de haber sido así se fortalecería la posición de Tejero, que se estaba negando a que el “Elefante Blanco” propusiera un Gobierno de concentración con presencia de ministros de la izquierda. Con el Ejército en la calle nos habríamos acercado al Golpe Duro.
Estuvieron en contacto con EE.UU. Hay cintas de cassete que grabaron las conversaciones entre Zarzuela y la Embajada que aún no están desclasificadas. El Secretario de Estado (Heighs) planteó que el golpe era un asunto interno de los españoles.
También valoraron el apoyo del hermano de la reina Sofía, Constantino de Grecia, al Golpe de Estado en aquel país que acabaría por llevarse por delante a la Monarquía.
En esas horas se jugó a todo. Se barajaron todas las posibilidades dado que ningún sector del golpismo cuestionaba la monarquía. Todos actuaban en nombre del rey.
Finalmente, ante la negativa de Tejero a la solución Armada el Golpe se quedó sin “Elefante Blanco”. El rey aparecería como salvador del Congreso de los Diputados y de la Constitución de 1978. Saldría reforzado, legitimado. Llamaría a los partidos para reconducir la situación al tiempo que ofrecía a su amigo Armada como cabeza del Golpe.
España entraría en la OTAN, el PSOE se derechizó, las autonomías se frenaron, el chantaje había funcionado. Los poderes tácticos habían reconducido la transición cuya hegemonía estaban perdiendo y la monarquía se legitimó ante la ciudadanía en gran medida, luego el Golpe había sido todo un éxito en lo político y un fracaso en su ejecución militar.
Antonio Romero Ruiz
Presidente de Honor del PCA, ex parlamentario andaluz de IULV-CA y Coordinador de la Red de Municipios por la III República.
España en aquellos días vivía una intensa campaña terrorista de secuestros y asesinatos a manos de ETA.
Andalucía estaba rompiendo el modelo de Estado diseñado por la UCD que garantizaba las autonomías políticas solo para las llamadas comunidades históricas.
La dimisión de Adolfo Suárez provocada por los sectores más reaccionarios de la derecha española y de la administración norteamericana que querían a toda costa el ingreso de España en la OTAN, a lo que Suárez se venía negando.
Las movilizaciones frente a la reconversión industrial y al paro eran muy generalizadas. Existía una gran ebullición social y política. El modelo de transición se estaba cuestionando en la práctica. La Monarquía estaba sujeta con alfileres. Carecía de legitimidad, dado que era una herencia del franquismo.
Las elecciones municipales tres años antes se habían saldado con una amplia derrota de la derecha en todas las grandes ciudades.
En el Ejército, en las fuerzas y cuerpos de seguridad del estado y en los Servicios Secretos, en conexión con las tramas civiles (que aún no han salido a la luz 30 años después), se preparaban tres escenarios de Golpe:
- Cruento y duro
- Militar con participación de la derecha.
- Blando, con gobierno de concentración nacional.
El rey estaba informado porque el objetivo del Golpe blando, apoyado en el secuestro del Congreso por Tejero, lugar donde el “elefante blanco” (autoridad militar, por supuesto), acudiría para anunciar el nuevo gobierno de concentración, suspendería las garantías constitucionales y declararía el Estado de Sitio. Se trataba de consolidar la Monarquía y de reconducir el rumbo de España hacia posiciones conservadoras.
- Ingresando inmediatamente en la OTAN
- Recortando las autonomías (LOAPA)
- Reprimiendo las movilizaciones obreras y sindicales.
- Haciendo frente a ETA con el Ejército y con efectivos para iniciar la guerra sucia.
En los tres escenarios golpistas que se crearon, sólo al cruento sostenía que al rey se le habían ido las cosas de las manos aunque mantenía la monarquía como modelo de Estado.
La primera pregunta ante el mapa de ocupaciones de los golpistas en Madrid sigue siendo la siguiente: ¿Por qué no ocuparon la Zarzuela para neutralizar al rey? ¿Lo consideraban uno de los suyos? ¿Por qué tardó tantas horas en comparecer en televisión? Concretamente desde las 18:30 hasta la 1:20 de la madrugada.
Además, no utilizó la radio ni otros medios durante todo ese tiempo.
El General Armada estaba preparado para comparecer en el Congreso en nombre del rey, e imponer un Gobierno de concentración. Milans del Bosch sacó los tanques a la calle. En Sevilla calentaron motores los blindados en los cuarteles y en la Brunete se producían movimientos. Aquí es donde el rey y Sabino Fernández Campo emplearon estas horas para ver como evolucionaba la situación.
Se evitó que saliera el Ejército a la calle porque de haber sido así se fortalecería la posición de Tejero, que se estaba negando a que el “Elefante Blanco” propusiera un Gobierno de concentración con presencia de ministros de la izquierda. Con el Ejército en la calle nos habríamos acercado al Golpe Duro.
Estuvieron en contacto con EE.UU. Hay cintas de cassete que grabaron las conversaciones entre Zarzuela y la Embajada que aún no están desclasificadas. El Secretario de Estado (Heighs) planteó que el golpe era un asunto interno de los españoles.
También valoraron el apoyo del hermano de la reina Sofía, Constantino de Grecia, al Golpe de Estado en aquel país que acabaría por llevarse por delante a la Monarquía.
En esas horas se jugó a todo. Se barajaron todas las posibilidades dado que ningún sector del golpismo cuestionaba la monarquía. Todos actuaban en nombre del rey.
Finalmente, ante la negativa de Tejero a la solución Armada el Golpe se quedó sin “Elefante Blanco”. El rey aparecería como salvador del Congreso de los Diputados y de la Constitución de 1978. Saldría reforzado, legitimado. Llamaría a los partidos para reconducir la situación al tiempo que ofrecía a su amigo Armada como cabeza del Golpe.
España entraría en la OTAN, el PSOE se derechizó, las autonomías se frenaron, el chantaje había funcionado. Los poderes tácticos habían reconducido la transición cuya hegemonía estaban perdiendo y la monarquía se legitimó ante la ciudadanía en gran medida, luego el Golpe había sido todo un éxito en lo político y un fracaso en su ejecución militar.
Antonio Romero Ruiz
Presidente de Honor del PCA, ex parlamentario andaluz de IULV-CA y Coordinador de la Red de Municipios por la III República.
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