El Día de Córdoba
Por una confusión, la entrevista con Julio Anguita acaba siendo un encuentro entre cafés en el bar El Sótano, a la entrada de la plaza de la Corredera. Pide por favor no posar para las fotos, y mientras comenzamos a hablar, el fotógrafo roba las instantáneas de un político que siempre fue maestro o de un maestro que siempre fue político. Por encima de estos términos sobrevuela en el encuentro la clave de su vida: Julio Anguita se precia de tener una ideología.
P-Me han dicho que no tiene usted sentido del humor.
-Cierto. Cuando hago una entrevista en absoluto tengo sentido del humor. En mi vida privada y con mis amigos soy el primero que cuenta chistes. En una entrevista interesa mi posición y esa posición ha de ser dada con seriedad.
P-¿Sabe usted lo que es el amor?
-Supongo que los sabemos todos. Sí, lo sé.
P-Decía Bobby Fisher que el ajedrez no era más importante que la vida, el ajedrez era la vida. ¿Cuál es su vida?
-Mi vida es una serie de satisfacciones, de deseos, de pulsiones y de vivencias y memoria. Usted y yo somos memoria, memoria andante. Si nos quitasen la memoria, seríamos zombies.
P-En esa memoria, ¿se siente usted mas político o más educador?
-No hay diferencia. Todo ser humano intenta proyectar a los demás sus vivencias y necesita comunicación. Todo ser humano es político. Los que dicen que son apolíticos o ignoran lo que son o son unos farsantes y mienten. Otra cosa es el que es concejal o diputado o vive de esas cosas, pero el político con mayúsculas en el sentido griego, que es lo que estamos hablando, somos todos. Yo he compaginado ambas actividades, son dos caras de la misma moneda.
P-Hablando de educación, ¿Quién tiene la culpa de que cuando se evalúa la educación en España siempre nos dan un suspenso?
-Para empezar los padres, responsables de no saber educar a sus hijos diciéndoles que estudiar es su obligación. Hemos educado a unos hijos queriéndoles evitar las cosas malas por las que nosotros pasamos. Nuestra generación se educó sabiendo que teníamos derechos pero también obligaciones. Hoy, gran error de la democracia, no se educa a los hijos en deberes. Una parte del profesorado, sólo una parte, no hace nada más que quejarse en vez de hacer piña con los demás para resolver el problema. Y por supuesto es culpable la administración, una administración claudicante, asustada, pendiente del voto, que cree que no hay que ir a contracorriente y refugiada en apuestas técnicas para no enfrentarse a problemas que son de relaciones humanas y autoridad democrática.
P-¿Qué es un comunista?
-Desde tiempo inmemorial la humanidad ha tenido colectivos que han tendido a la estricta igualdad. Ahora bien, hay una inflexión, el comunismo de inspiración marxista, eso es otra cosa. Marx planteó que el comunismo era una visión científica en la medida en que no obedecía sólo a pulsiones, a deseos de justicia, sino que se preparaba, se organizaba, se sistematizaba. Y a partir de ahí, Marx define el comunismo y su definición es la que me sirve: comunismo es todo el movimiento real que continuamente va superando contradicciones. Después están las aplicaciones de esa teoría a la realidad, donde hay de todo. Hay hechos gloriosos y horrores, pero como a todos. Cuando me confieso comunista no tengo ningún complejo de inferioridad.
P-¿Qué hubiera sido de esta ciudad sin alcaldes comunistas?
-Por el principio de Marx aquí no hubo una aplicación de una política comunista, no se abolió la propiedad privada, ni el Estado, ni las instituciones. Lo que hubo fue una corporación con una minoría mayoritaria que se unió para ir en la realidad concreta superando contradicciones. Empezamos a hablar de la participación ciudadana, de las infraestructuras. Tuvimos que aprender muchísimo y funcionamos como un equipo.
P-Aquella unión de PCE, PSOE, PSA y UCD en el gobierno de la ciudad parece una quimera hoy día. Me refiero al entendimiento y la colaboración.
-Bueno era hija de las circunstancias, tenga en cuenta que la Transición había pasado hace apenas dos años y era tal el cúmulo de problemas y la situación de los municipios que no ponerse de acuerdo para hacer lo fundamental era suicida, y aquí lo conseguimos, nos pusimos de acuerdo con un programa, siempre con un programa, y lo empezamos a desarrollar. Cuando pasó un año o dos ya hubo las primeras disensiones y fue como consecuencia del enfrentamiento con el obispo. Se fue UCD, luego el PSOE, quedamos en minoría el PCE y el PSA.
P-Aquel enfrentamiento siendo usted alcalde con el obispo Infantes Florido eran del tipo del cura Don Camilo y Peppone de Giovanni Guareshi.
-No. Don Camillo y Peppone, con todos los respetos a Guareschi (autor de los libros), es una caricatura. Esas películas de comunistas y curas son tomaduras de pelo, son falsas. Mi debate con el obispo, lo voy a contar por primera vez, tiene varias etapas. Recién elegido alcalde, el PCE me pidió que mediara ante el obispo para quitar una inmunda lápida que estaba colgada en la Catedral, no sé si estará todavía, donde venía la lista de los sacerdotes muertos por la revolución comunista. Le tuve que decir al obispo que aquí nunca hubo una revolución comunista, que aquello era históricamente una calumnia, una falsedad. Me dijo que no y tuvimos ya el primer atranque porque en aquel debate hubo ya palabras tensas. Después, en otra ocasión fui a pedir si era posible, porque venían unos mandatarios árabes, pedí, con mucho cuidado si podían rezar en el mihrab y también fue que no y luego vino ya lo de la cesión de la pequeña mezquita de Abú Imán a unos que venían a restaurarla. Pero era una cuestión en la que salió a relucir una cuestión que hoy debería estar totalmente claro, que Iglesia y Estado deberían estar totalmente separados.
P-Seguirá IU en la alcaldía de Córdoba.
-Una de las cosas que me tienen equilibrado es que tengo un distanciamiento con la política cordobesa. No sé nada de la política cordobesa ni me meto en cábalas.
P-Trigo se fue, Rosa se fue...
-Se fueron sí, uno cuando terminó su mandato y la otra señora se fue en pleno mandato. No son cosas equiparables, hay matices importantes y gordos.
P-Los políticos de los primeros años de la democracia tienen algo que ver con los de ahora.
-Los que ejercíamos la función política en aquellos años entramos en política porque previamente teníamos ideas políticas. Yo era comunista y como consecuencia entré en política. Creo que ahora pesa más alcanzar el cargo que tener una ideología. La política no es un juego para políticos profesionales. Los tránsfugas no tienen ideología, sino intereses.
P-Es necesaria una Tercera República o el problema será mayor que la solución.
-La Tercera República, como todo, es necesaria si trae un proyecto. La República por la República no tiene sentido. Cuando la Revolución de 1868 echó a Isabel II, el general Prim dijo en el Congreso, "los Borbones en España jamás", y a los ocho años su hijo Alfonso XII estaba gobernando de nuevo. Las Cortes Constituyentes de la II República, en la madrugada del 20 al 21 de noviembre de 1931, es curiosa la fecha, declararon fuera de la ley a Alfonso XIII y despojaron al monarca de todos sus derechos tanto para él como para todos sus descendientes. La decisión de la última legitimidad, no digo legalidad, digo legitimidad política, que hemos tenido, que es la de la República, no se ha cumplido, tenemos al nieto de Alfonso XIII reinando. Para mi la república significa el acuerdo entre la inmensa mayoría de los ciudadanos para afrontar la situación de la crisis económica porque hay un modelo de economía que ha fracasado. Hace falta un modelo para hablar de corresponsabilidad, de ética, de economía, de derechos, de deberes; y para reestablecer esa legitimidad rota. Y también para ver que la Transición fue una gran ilusión, los grandes problemas no se han afrontado. El franquismo existía antes que Franco. Franco es hijo del franquismo. Con Franco estaba toda la jerarquía de la Iglesia, todos los obispos, estaba el capital, estaba la banca y un grupo nutrido de la clase trabajadora media e incluso del pueblo. Venían a representar todo lo que había contrario a la Ilustración y el pensamiento, es decir la España de Fernando VII fue la que ganó la guerra. El vivan las caenas y muera la nación.
P-Parece como si en España, tras la Transición, viviésemos un camino inverso al alemán, país reunificado en 1989. Nosotros parece que cada vez nos separamos más.
-Le diré una cosa que cuando la publique me lloverán bofetadas. En España sigue estando vigente la necesidad de cultura democrática y eso no sucederá hasta que el Rey pase por las urnas para ver si quiere monarquía o no. La Constitución de 1978 nadie la cumple, ni los poderes económicos, ni los políticos. Hay un ciudadano inviolable, el rey, cuando la Constitución dice que todos somos iguales ante la ley. Hemos vivido en un montaje artificial. El franquismo serpenteando en las estructuras del estado. En España el pensamiento generalmente ha estado proscrito. Todo esto se ha tolerado por unos medios de comunicación, sálvese el que pueda, al servicio del poder.
P-Hace poco decía usted en televisión que conocía los nombres y apellidos de los culpables de la crisis pero a la postre no mencionó a ninguno. ¿No le importaría darnos algún que otro apellido?
-Los culpables son los bancos norteamericanos y en España, donde no había hipotecas subprime, las cajas de ahorros se han endeudado por prestarlo todo en la fiebre del ladrillo. Aquí tienen nombre y apellido todos los señores que evaden a Hacienda y el poder inmenso de la Banca con Botín y González al frente. Y los distintos gobiernos que no han hecho reformas fiscales como debieran para que pague más el que más tiene. Y aquellos que han ido desmantelando el sector público español. Y aquellos que dijeron, ministros como Eguigaray, que la mejor política industrial es aquella que no existe; como Solchaga, que dijo que España es el mejor país para hacer negocios y como el gobierno de Aznar que hicieron contrarreformas fiscales. A este país lo han sometido a varios timos de la estampita y uno de ellos era decir que la modernidad y progreso eran destruir tejido productivo.
P-¿Hemos vivido por encima de nuestras posibilidades?
-Eso es la teoría de los pollos. Si usted se come un pollo y yo ninguno, ambos nos hemos comido medio pollo. Aquí ha habido una sociedad a la que le han puesto como meta el despilfarro, la ostentación, el derroche, la improvisación. Ha vivido una minoría divinamente, unas clases medias bastante bien, pero ha habido mucho parado y mucho marginado. Los que se han forrado han sido los bancos y los que tenían mucho dinero. Esos sí han vivido por encima, gracias a lo que han ido robando, porque ésa es la palabra, robar.
P-¿Qué hacemos con tanto albañil?
-Es de locura lo que ha pasado aquí con el ladrillo. Parecía que esto iba a ser eterno y como producía dinero y los ayuntamientos vivían gracias a su política de suelo. Enderezar la economía española va a costar. Ésta es la mayor crisis que ha habido nunca. Hay crisis de sobreproducción, a la que hay que añadirle la energética, alimentaria, ambiental y la ética. Así que con los albañiles habrá que tener en cuenta una política que diga que primero están los ciudadanos y la economía al servicio. Eso implica que muchos albañiles no estarán de acuerdo con las ayudas a tomar, pero lo que no podemos es empezar a construir de nuevo. El gobierno le ha dado dinero a los bancos y éstos, en vez de sanearse, han comprado bonos del Estado. Eso se llama robo a mano armada. Y todo el mundo callado.
P-Supongo que Zapatero y Rajoy no le parecerán el Capablanca y el Alexander Alekhine de la política.
-Tengo una pobre impresión de ambos señores. Ambos consultan todo el día lo que dicen las imágenes, los gestos. No hay discurso de Estado, hay discurso coyuntural. Ambos me aburren bastante.
P-¿Seremos los siguientes después de Grecia?
-Le voy a decir algo que me ha costado agresiones e insultos y críticas acervas de los medios de comunicación por oponerme a Maastricht. Yo soy europeo, que no es lo mismo que europeísta. Esto no es Europa, la UE es un mercado de mercaderes. De aquellos polvos vienen estos lodos. Grecia no tiene solución, como no lo van a tener los siguientes. Usted sabe el nivel de endeudamiento que tienen los estados. Es pavoroso. ¿Y sabe por qué se han endeudado? Por salvar a la banca. Y la banca con ese dinero que se le ha dado en vez de sanear ha comprado bonos del Estado. El problema que nadie quiere ver es que el euro es el marco alemán, basado en el poder de Alemania. No hay solución. EEUU ha resuelto este problema, igual que el Japón e Inglaterra, con lo que se llama derecho de enseñoreaje, haciendo dólares en una maquinita y claro como no hay riqueza, la riqueza la producen seres humanos y sólo se han hecho monedas, no riquezas. Esa deuda la tiene Grecia, entre otras cosas, por no cobrar a los que más tienen, por llevar políticas de despilfarro, por no cumplir el tratado de Maastricht, un tratado que, por cierto, cuando Francia y Alemania lo incumplieron nadie dijo ni pío.
P-¿Hay alguna solución?
-Yo no doy soluciones. Las di cuando estaba en el Congreso de los Diputados. En sus actas pueden leerse las dos veces que me dirigí a Felipe González con propuestas concretas. Mis propuestas de nacionalizar la banca pública, el problema del déficit del estado, los impuestos, la fiscalidad progresiva, las distintas reformas agrarias, la apuesta por el medio ambiente. Nos movemos, como dice un economista amigo mío, entre la catástrofe y el caos. Con los parámetros de economía actuales no hay solución. Cuando la gente le pide a los economistas que den una solución la gente pide un imposible porque la solución no es económica, es política, moral, ética, ciudadana, democrática. Cambio de estructura, cambio de paradigma. Hay que hablar de austeridad, que significa hablar de asesores y cargos.
Por una confusión, la entrevista con Julio Anguita acaba siendo un encuentro entre cafés en el bar El Sótano, a la entrada de la plaza de la Corredera. Pide por favor no posar para las fotos, y mientras comenzamos a hablar, el fotógrafo roba las instantáneas de un político que siempre fue maestro o de un maestro que siempre fue político. Por encima de estos términos sobrevuela en el encuentro la clave de su vida: Julio Anguita se precia de tener una ideología.
P-Me han dicho que no tiene usted sentido del humor.
-Cierto. Cuando hago una entrevista en absoluto tengo sentido del humor. En mi vida privada y con mis amigos soy el primero que cuenta chistes. En una entrevista interesa mi posición y esa posición ha de ser dada con seriedad.
P-¿Sabe usted lo que es el amor?
-Supongo que los sabemos todos. Sí, lo sé.
P-Decía Bobby Fisher que el ajedrez no era más importante que la vida, el ajedrez era la vida. ¿Cuál es su vida?
-Mi vida es una serie de satisfacciones, de deseos, de pulsiones y de vivencias y memoria. Usted y yo somos memoria, memoria andante. Si nos quitasen la memoria, seríamos zombies.
P-En esa memoria, ¿se siente usted mas político o más educador?
-No hay diferencia. Todo ser humano intenta proyectar a los demás sus vivencias y necesita comunicación. Todo ser humano es político. Los que dicen que son apolíticos o ignoran lo que son o son unos farsantes y mienten. Otra cosa es el que es concejal o diputado o vive de esas cosas, pero el político con mayúsculas en el sentido griego, que es lo que estamos hablando, somos todos. Yo he compaginado ambas actividades, son dos caras de la misma moneda.
P-Hablando de educación, ¿Quién tiene la culpa de que cuando se evalúa la educación en España siempre nos dan un suspenso?
-Para empezar los padres, responsables de no saber educar a sus hijos diciéndoles que estudiar es su obligación. Hemos educado a unos hijos queriéndoles evitar las cosas malas por las que nosotros pasamos. Nuestra generación se educó sabiendo que teníamos derechos pero también obligaciones. Hoy, gran error de la democracia, no se educa a los hijos en deberes. Una parte del profesorado, sólo una parte, no hace nada más que quejarse en vez de hacer piña con los demás para resolver el problema. Y por supuesto es culpable la administración, una administración claudicante, asustada, pendiente del voto, que cree que no hay que ir a contracorriente y refugiada en apuestas técnicas para no enfrentarse a problemas que son de relaciones humanas y autoridad democrática.
P-¿Qué es un comunista?
-Desde tiempo inmemorial la humanidad ha tenido colectivos que han tendido a la estricta igualdad. Ahora bien, hay una inflexión, el comunismo de inspiración marxista, eso es otra cosa. Marx planteó que el comunismo era una visión científica en la medida en que no obedecía sólo a pulsiones, a deseos de justicia, sino que se preparaba, se organizaba, se sistematizaba. Y a partir de ahí, Marx define el comunismo y su definición es la que me sirve: comunismo es todo el movimiento real que continuamente va superando contradicciones. Después están las aplicaciones de esa teoría a la realidad, donde hay de todo. Hay hechos gloriosos y horrores, pero como a todos. Cuando me confieso comunista no tengo ningún complejo de inferioridad.
P-¿Qué hubiera sido de esta ciudad sin alcaldes comunistas?
-Por el principio de Marx aquí no hubo una aplicación de una política comunista, no se abolió la propiedad privada, ni el Estado, ni las instituciones. Lo que hubo fue una corporación con una minoría mayoritaria que se unió para ir en la realidad concreta superando contradicciones. Empezamos a hablar de la participación ciudadana, de las infraestructuras. Tuvimos que aprender muchísimo y funcionamos como un equipo.
P-Aquella unión de PCE, PSOE, PSA y UCD en el gobierno de la ciudad parece una quimera hoy día. Me refiero al entendimiento y la colaboración.
-Bueno era hija de las circunstancias, tenga en cuenta que la Transición había pasado hace apenas dos años y era tal el cúmulo de problemas y la situación de los municipios que no ponerse de acuerdo para hacer lo fundamental era suicida, y aquí lo conseguimos, nos pusimos de acuerdo con un programa, siempre con un programa, y lo empezamos a desarrollar. Cuando pasó un año o dos ya hubo las primeras disensiones y fue como consecuencia del enfrentamiento con el obispo. Se fue UCD, luego el PSOE, quedamos en minoría el PCE y el PSA.
P-Aquel enfrentamiento siendo usted alcalde con el obispo Infantes Florido eran del tipo del cura Don Camilo y Peppone de Giovanni Guareshi.
-No. Don Camillo y Peppone, con todos los respetos a Guareschi (autor de los libros), es una caricatura. Esas películas de comunistas y curas son tomaduras de pelo, son falsas. Mi debate con el obispo, lo voy a contar por primera vez, tiene varias etapas. Recién elegido alcalde, el PCE me pidió que mediara ante el obispo para quitar una inmunda lápida que estaba colgada en la Catedral, no sé si estará todavía, donde venía la lista de los sacerdotes muertos por la revolución comunista. Le tuve que decir al obispo que aquí nunca hubo una revolución comunista, que aquello era históricamente una calumnia, una falsedad. Me dijo que no y tuvimos ya el primer atranque porque en aquel debate hubo ya palabras tensas. Después, en otra ocasión fui a pedir si era posible, porque venían unos mandatarios árabes, pedí, con mucho cuidado si podían rezar en el mihrab y también fue que no y luego vino ya lo de la cesión de la pequeña mezquita de Abú Imán a unos que venían a restaurarla. Pero era una cuestión en la que salió a relucir una cuestión que hoy debería estar totalmente claro, que Iglesia y Estado deberían estar totalmente separados.
P-Seguirá IU en la alcaldía de Córdoba.
-Una de las cosas que me tienen equilibrado es que tengo un distanciamiento con la política cordobesa. No sé nada de la política cordobesa ni me meto en cábalas.
P-Trigo se fue, Rosa se fue...
-Se fueron sí, uno cuando terminó su mandato y la otra señora se fue en pleno mandato. No son cosas equiparables, hay matices importantes y gordos.
P-Los políticos de los primeros años de la democracia tienen algo que ver con los de ahora.
-Los que ejercíamos la función política en aquellos años entramos en política porque previamente teníamos ideas políticas. Yo era comunista y como consecuencia entré en política. Creo que ahora pesa más alcanzar el cargo que tener una ideología. La política no es un juego para políticos profesionales. Los tránsfugas no tienen ideología, sino intereses.
P-Es necesaria una Tercera República o el problema será mayor que la solución.
-La Tercera República, como todo, es necesaria si trae un proyecto. La República por la República no tiene sentido. Cuando la Revolución de 1868 echó a Isabel II, el general Prim dijo en el Congreso, "los Borbones en España jamás", y a los ocho años su hijo Alfonso XII estaba gobernando de nuevo. Las Cortes Constituyentes de la II República, en la madrugada del 20 al 21 de noviembre de 1931, es curiosa la fecha, declararon fuera de la ley a Alfonso XIII y despojaron al monarca de todos sus derechos tanto para él como para todos sus descendientes. La decisión de la última legitimidad, no digo legalidad, digo legitimidad política, que hemos tenido, que es la de la República, no se ha cumplido, tenemos al nieto de Alfonso XIII reinando. Para mi la república significa el acuerdo entre la inmensa mayoría de los ciudadanos para afrontar la situación de la crisis económica porque hay un modelo de economía que ha fracasado. Hace falta un modelo para hablar de corresponsabilidad, de ética, de economía, de derechos, de deberes; y para reestablecer esa legitimidad rota. Y también para ver que la Transición fue una gran ilusión, los grandes problemas no se han afrontado. El franquismo existía antes que Franco. Franco es hijo del franquismo. Con Franco estaba toda la jerarquía de la Iglesia, todos los obispos, estaba el capital, estaba la banca y un grupo nutrido de la clase trabajadora media e incluso del pueblo. Venían a representar todo lo que había contrario a la Ilustración y el pensamiento, es decir la España de Fernando VII fue la que ganó la guerra. El vivan las caenas y muera la nación.
P-Parece como si en España, tras la Transición, viviésemos un camino inverso al alemán, país reunificado en 1989. Nosotros parece que cada vez nos separamos más.
-Le diré una cosa que cuando la publique me lloverán bofetadas. En España sigue estando vigente la necesidad de cultura democrática y eso no sucederá hasta que el Rey pase por las urnas para ver si quiere monarquía o no. La Constitución de 1978 nadie la cumple, ni los poderes económicos, ni los políticos. Hay un ciudadano inviolable, el rey, cuando la Constitución dice que todos somos iguales ante la ley. Hemos vivido en un montaje artificial. El franquismo serpenteando en las estructuras del estado. En España el pensamiento generalmente ha estado proscrito. Todo esto se ha tolerado por unos medios de comunicación, sálvese el que pueda, al servicio del poder.
P-Hace poco decía usted en televisión que conocía los nombres y apellidos de los culpables de la crisis pero a la postre no mencionó a ninguno. ¿No le importaría darnos algún que otro apellido?
-Los culpables son los bancos norteamericanos y en España, donde no había hipotecas subprime, las cajas de ahorros se han endeudado por prestarlo todo en la fiebre del ladrillo. Aquí tienen nombre y apellido todos los señores que evaden a Hacienda y el poder inmenso de la Banca con Botín y González al frente. Y los distintos gobiernos que no han hecho reformas fiscales como debieran para que pague más el que más tiene. Y aquellos que han ido desmantelando el sector público español. Y aquellos que dijeron, ministros como Eguigaray, que la mejor política industrial es aquella que no existe; como Solchaga, que dijo que España es el mejor país para hacer negocios y como el gobierno de Aznar que hicieron contrarreformas fiscales. A este país lo han sometido a varios timos de la estampita y uno de ellos era decir que la modernidad y progreso eran destruir tejido productivo.
P-¿Hemos vivido por encima de nuestras posibilidades?
-Eso es la teoría de los pollos. Si usted se come un pollo y yo ninguno, ambos nos hemos comido medio pollo. Aquí ha habido una sociedad a la que le han puesto como meta el despilfarro, la ostentación, el derroche, la improvisación. Ha vivido una minoría divinamente, unas clases medias bastante bien, pero ha habido mucho parado y mucho marginado. Los que se han forrado han sido los bancos y los que tenían mucho dinero. Esos sí han vivido por encima, gracias a lo que han ido robando, porque ésa es la palabra, robar.
P-¿Qué hacemos con tanto albañil?
-Es de locura lo que ha pasado aquí con el ladrillo. Parecía que esto iba a ser eterno y como producía dinero y los ayuntamientos vivían gracias a su política de suelo. Enderezar la economía española va a costar. Ésta es la mayor crisis que ha habido nunca. Hay crisis de sobreproducción, a la que hay que añadirle la energética, alimentaria, ambiental y la ética. Así que con los albañiles habrá que tener en cuenta una política que diga que primero están los ciudadanos y la economía al servicio. Eso implica que muchos albañiles no estarán de acuerdo con las ayudas a tomar, pero lo que no podemos es empezar a construir de nuevo. El gobierno le ha dado dinero a los bancos y éstos, en vez de sanearse, han comprado bonos del Estado. Eso se llama robo a mano armada. Y todo el mundo callado.
P-Supongo que Zapatero y Rajoy no le parecerán el Capablanca y el Alexander Alekhine de la política.
-Tengo una pobre impresión de ambos señores. Ambos consultan todo el día lo que dicen las imágenes, los gestos. No hay discurso de Estado, hay discurso coyuntural. Ambos me aburren bastante.
P-¿Seremos los siguientes después de Grecia?
-Le voy a decir algo que me ha costado agresiones e insultos y críticas acervas de los medios de comunicación por oponerme a Maastricht. Yo soy europeo, que no es lo mismo que europeísta. Esto no es Europa, la UE es un mercado de mercaderes. De aquellos polvos vienen estos lodos. Grecia no tiene solución, como no lo van a tener los siguientes. Usted sabe el nivel de endeudamiento que tienen los estados. Es pavoroso. ¿Y sabe por qué se han endeudado? Por salvar a la banca. Y la banca con ese dinero que se le ha dado en vez de sanear ha comprado bonos del Estado. El problema que nadie quiere ver es que el euro es el marco alemán, basado en el poder de Alemania. No hay solución. EEUU ha resuelto este problema, igual que el Japón e Inglaterra, con lo que se llama derecho de enseñoreaje, haciendo dólares en una maquinita y claro como no hay riqueza, la riqueza la producen seres humanos y sólo se han hecho monedas, no riquezas. Esa deuda la tiene Grecia, entre otras cosas, por no cobrar a los que más tienen, por llevar políticas de despilfarro, por no cumplir el tratado de Maastricht, un tratado que, por cierto, cuando Francia y Alemania lo incumplieron nadie dijo ni pío.
P-¿Hay alguna solución?
-Yo no doy soluciones. Las di cuando estaba en el Congreso de los Diputados. En sus actas pueden leerse las dos veces que me dirigí a Felipe González con propuestas concretas. Mis propuestas de nacionalizar la banca pública, el problema del déficit del estado, los impuestos, la fiscalidad progresiva, las distintas reformas agrarias, la apuesta por el medio ambiente. Nos movemos, como dice un economista amigo mío, entre la catástrofe y el caos. Con los parámetros de economía actuales no hay solución. Cuando la gente le pide a los economistas que den una solución la gente pide un imposible porque la solución no es económica, es política, moral, ética, ciudadana, democrática. Cambio de estructura, cambio de paradigma. Hay que hablar de austeridad, que significa hablar de asesores y cargos.
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