Efraín Campos/larepublica.es
Secretario de Organización del Comité Provincial del PCA de Málaga
“Don Quijote soy, y mi profesión la de andante caballería.
Son mis leyes, el deshacer entuertos, prodigar el bien y evitar el mal. Huyo de la vida regalada, de la ambición y la hipocresía, y busco para mi propia gloria la senda más angosta y difícil”.
En esta última Feria de Málaga una periodista de la SER me preguntó porque teníamos en la caseta del Partido esta frase, junto con un dibujo de la silueta Alonso Quijano y Sancho a lomos de sus monturas. Mi respuesta fue que, en el fondo, todos los comunistas tenemos un poco de quijotes (incluso el Che lo cita en la carta de despedida a sus padres), y luchamos contra molinos que se supone que no podemos vencer. Lo bueno es que muchas veces los hemos vencido.
El próximo molino que tenemos en el camino es el XVIII congreso del PCE, y podemos acabar enredados en sus aspas o vencer a nuestro propio gigante
El XVIII Congreso va a ser un hito en nuestra Historia, que definirá el futuro de la izquierda española. Si no conseguimos avanzar en nuestras propuestas políticas y empezar a definir un modelo organizativo válido para la sociedad actual, creo que no nos quedarán más oportunidades. Eric Hobsbawn, historiador marxista, plantea que el gran problema de los partidos comunistas occidentales es que no han resuelto la dicotomía de cómo ser partidos revolucionarios sin perspectivas de Revolución… hemos gastado los comodines, tenemos que contestar ya a la pregunta o el presentador pasará a la publicidad y perderemos lo que habíamos ganado.
Duros, blandos, los “Partido, Partido, Partido”, los pro-izquierda unida, los sindicalistas, los que se mueven en el ámbito de los movimientos sociales, los institucionalistas, los que no tienen claro donde ubicarse, los que lo tienen claro y no lo dicen, los que abogan por la refundación, los que quieren la unificación de todas las fuerzas comunistas… por encima de las etiquetas que ponemos o nos ponen, todos y todas tenemos que salir unidos por un objetivo común en el Congreso; yo tengo mi propia idea, como no podía ser de otra manera, y la defenderé en mi agrupación y en los órganos superiores; pero parto de una premisa que para mí es irrenunciable: el PCE es el lugar donde los comunistas forjan su opinión, y de ahí los llevamos a los distintos lugares donde realizamos labores militantes, ya sea la institución, sindicatos, movimientos sociales, Izquierda Unida…, entiendo que si esto no es así, el PCE no tiene sentido más que como grupo de presión dentro de nuestra apuesta estratégica, y ese no es el modelo de organización donde quiero militar. Quiero participar en un proyecto político capaz de hacer frente al sistema capitalista, que lo derribe para construir una sociedad más igualitaria y más justa, que tenga por horizonte la creación del Socialismo, y entiendo que esto solo se puede dar desde un concepto del Partido como organización independiente de cualquier otra, que tome autónomamente sus decisiones políticas y que después las traslade a los frentes de lucha que se han decidido colectivamente; porque es el PCE, por su Historia, militancia y capacidad la única organización que tiene posibilidades de hacerlo en el estado español, que puede dar coherencia a un proyecto político de Izquierda Transformadora.
Los últimos años han sido complicados, nos hemos dedicado sobre todo a lo interno y hemos abandonado a nuestra base, a lo que realmente es el Partido, y también hemos dejado de lado nuestra capacidad de elaborar política; tenemos que ser capaces de romper esta tendencia y ensuciarnos de calle, contaminarnos de lo que nos rodea para ser capaces de entender cómo llegar a la ciudadanía, sin renunciar a nada, pero haciendo que nuestras propuestas sean comprensibles. Tenemos que ser capaces de CREAR, de inventar esos nuevos modos de hacer política de los que tanto hablamos, pero que no somos capaces, por el momento, de concretar. Sé que es más fácil de escribir que de hacer, pero si nos hubiesen gustado las cosas fáciles hace tiempo que hubiésemos montado un grupo de debate, y nos habríamos metido en una ONG, por aquello de acallar la conciencia y tal…
El planteamiento de realizar encuentros con el mundo de la cultura, el sindical, con profesores universitarios, con asociaciones de todo tipo, etcétera, me parece muy acertado: es imprescindible para nosotros reencontrarnos con los distintos movimientos sociales para recoger sus propuestas y trasladarles las nuestras, pero sobre todo me parece importantísimo que salgamos de las sedes y que se visualice a los y las comunistas como referente en la sociedad. Debe ser el primero de la multitud de pasos que tenemos que dar, y tenemos que darlos sin miedo, ya que ahora mismo no tenemos nada que perder, y en cambio tenemos todo un mundo que ganar.
He leído cosas muy interesantes que se han escrito de cara a este congreso, sobre las que no me voy a posicionar en este artículo, lo haré en las reuniones con mi voto y/o mi intervención, pero sí creo que estos textos deben multiplicarse por mil antes del Congreso Federal ya que nos hacen falta ideas. Aunque algunas nos parezcan tonterías, seguro que todas aportan algo, nos hacen reflexionar y llegar a conclusiones; además, es un deber de todo comunista exponer sus ideas a la organización para mejorarla.
Camaradas, tenemos un gran reto en este proceso congresual, pero estoy convencido de que podemos superarlo, como siempre hemos hecho, y que seremos capaces de RE-crear-construir-fundar (escójase la expresión que más le guste al lector, personalmente creo que no hay más diferencias entre las tres palabras que las que les queramos dar) esa organización que puede ser el instrumento útil que necesita la clase obrera para su emancipación, que es el Partido Comunista de España. La creación siempre es más difícil que la destrucción, la crítica constructiva exige más esfuerzo que la destructiva, cambiar las cosas es infinitamente más complejo que mantener lo que existe, pero el momento histórico en el que nos encontramos exige que demos lo mejor de cada uno de nosotros y nosotras para que el proyecto comunista sobreviva.
Secretario de Organización del Comité Provincial del PCA de Málaga
“Don Quijote soy, y mi profesión la de andante caballería.
Son mis leyes, el deshacer entuertos, prodigar el bien y evitar el mal. Huyo de la vida regalada, de la ambición y la hipocresía, y busco para mi propia gloria la senda más angosta y difícil”.
En esta última Feria de Málaga una periodista de la SER me preguntó porque teníamos en la caseta del Partido esta frase, junto con un dibujo de la silueta Alonso Quijano y Sancho a lomos de sus monturas. Mi respuesta fue que, en el fondo, todos los comunistas tenemos un poco de quijotes (incluso el Che lo cita en la carta de despedida a sus padres), y luchamos contra molinos que se supone que no podemos vencer. Lo bueno es que muchas veces los hemos vencido.
El próximo molino que tenemos en el camino es el XVIII congreso del PCE, y podemos acabar enredados en sus aspas o vencer a nuestro propio gigante
El XVIII Congreso va a ser un hito en nuestra Historia, que definirá el futuro de la izquierda española. Si no conseguimos avanzar en nuestras propuestas políticas y empezar a definir un modelo organizativo válido para la sociedad actual, creo que no nos quedarán más oportunidades. Eric Hobsbawn, historiador marxista, plantea que el gran problema de los partidos comunistas occidentales es que no han resuelto la dicotomía de cómo ser partidos revolucionarios sin perspectivas de Revolución… hemos gastado los comodines, tenemos que contestar ya a la pregunta o el presentador pasará a la publicidad y perderemos lo que habíamos ganado.
Duros, blandos, los “Partido, Partido, Partido”, los pro-izquierda unida, los sindicalistas, los que se mueven en el ámbito de los movimientos sociales, los institucionalistas, los que no tienen claro donde ubicarse, los que lo tienen claro y no lo dicen, los que abogan por la refundación, los que quieren la unificación de todas las fuerzas comunistas… por encima de las etiquetas que ponemos o nos ponen, todos y todas tenemos que salir unidos por un objetivo común en el Congreso; yo tengo mi propia idea, como no podía ser de otra manera, y la defenderé en mi agrupación y en los órganos superiores; pero parto de una premisa que para mí es irrenunciable: el PCE es el lugar donde los comunistas forjan su opinión, y de ahí los llevamos a los distintos lugares donde realizamos labores militantes, ya sea la institución, sindicatos, movimientos sociales, Izquierda Unida…, entiendo que si esto no es así, el PCE no tiene sentido más que como grupo de presión dentro de nuestra apuesta estratégica, y ese no es el modelo de organización donde quiero militar. Quiero participar en un proyecto político capaz de hacer frente al sistema capitalista, que lo derribe para construir una sociedad más igualitaria y más justa, que tenga por horizonte la creación del Socialismo, y entiendo que esto solo se puede dar desde un concepto del Partido como organización independiente de cualquier otra, que tome autónomamente sus decisiones políticas y que después las traslade a los frentes de lucha que se han decidido colectivamente; porque es el PCE, por su Historia, militancia y capacidad la única organización que tiene posibilidades de hacerlo en el estado español, que puede dar coherencia a un proyecto político de Izquierda Transformadora.
Los últimos años han sido complicados, nos hemos dedicado sobre todo a lo interno y hemos abandonado a nuestra base, a lo que realmente es el Partido, y también hemos dejado de lado nuestra capacidad de elaborar política; tenemos que ser capaces de romper esta tendencia y ensuciarnos de calle, contaminarnos de lo que nos rodea para ser capaces de entender cómo llegar a la ciudadanía, sin renunciar a nada, pero haciendo que nuestras propuestas sean comprensibles. Tenemos que ser capaces de CREAR, de inventar esos nuevos modos de hacer política de los que tanto hablamos, pero que no somos capaces, por el momento, de concretar. Sé que es más fácil de escribir que de hacer, pero si nos hubiesen gustado las cosas fáciles hace tiempo que hubiésemos montado un grupo de debate, y nos habríamos metido en una ONG, por aquello de acallar la conciencia y tal…
El planteamiento de realizar encuentros con el mundo de la cultura, el sindical, con profesores universitarios, con asociaciones de todo tipo, etcétera, me parece muy acertado: es imprescindible para nosotros reencontrarnos con los distintos movimientos sociales para recoger sus propuestas y trasladarles las nuestras, pero sobre todo me parece importantísimo que salgamos de las sedes y que se visualice a los y las comunistas como referente en la sociedad. Debe ser el primero de la multitud de pasos que tenemos que dar, y tenemos que darlos sin miedo, ya que ahora mismo no tenemos nada que perder, y en cambio tenemos todo un mundo que ganar.
He leído cosas muy interesantes que se han escrito de cara a este congreso, sobre las que no me voy a posicionar en este artículo, lo haré en las reuniones con mi voto y/o mi intervención, pero sí creo que estos textos deben multiplicarse por mil antes del Congreso Federal ya que nos hacen falta ideas. Aunque algunas nos parezcan tonterías, seguro que todas aportan algo, nos hacen reflexionar y llegar a conclusiones; además, es un deber de todo comunista exponer sus ideas a la organización para mejorarla.
Camaradas, tenemos un gran reto en este proceso congresual, pero estoy convencido de que podemos superarlo, como siempre hemos hecho, y que seremos capaces de RE-crear-construir-fundar (escójase la expresión que más le guste al lector, personalmente creo que no hay más diferencias entre las tres palabras que las que les queramos dar) esa organización que puede ser el instrumento útil que necesita la clase obrera para su emancipación, que es el Partido Comunista de España. La creación siempre es más difícil que la destrucción, la crítica constructiva exige más esfuerzo que la destructiva, cambiar las cosas es infinitamente más complejo que mantener lo que existe, pero el momento histórico en el que nos encontramos exige que demos lo mejor de cada uno de nosotros y nosotras para que el proyecto comunista sobreviva.
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