Querid@s compañer@s, mañana salgo para El Cairo y de allí
para Málaga. Os mando el relato de las últimas actividades y la foto de un
chaval muerto en un ataque el pasado miércoles a Gaza.
Saludo fraternales.
Manolo García.
Y Gaza 3.
Este fin de semana ha sido intensivo en reuniones con sindicatos, y
organizaciones sociales y profesionales. Pero primero hay que informar de
nuevas agresiones israelíes, esta vez con víctimas. El jueves por la mañana se
hizo público, que el miércoles murió víctima de asesinato selectivo, a través
de un bombardeo en la zona de Zaitoon el joven de 23 años, militante de las
milicias de Hamas, Mahmud Mohammad Al Heeqi. Os adjunto una foto de él mientras lo llevan.
Hubo además 4 heridos más. El viernes por la noche, mataron a otro joven
palestino por acercarse a la valla, al norte de Gaza, en la zona de Erez. (Una
zona que visitamos el domingo por la mañana). El comunicado de las fuerzas de
ocupación israelí dice que mataron a un hombre e hirieron a otro que huyó
cuando pretendían cruzar la valla fronteriza.
Empezamos el viernes, día festivo musulmán, nos invitan a comer a su
casa, una amiga bloguera de Manu. En casa nos presenta a sus padres, el hombre
estuvo unos pocos de años, preso en Israel y su hija se dedica a difundir por
Internet la situación de los presos palestinos. Tiene dos hermanas,
veinteañeras como ella y un hermano más joven. Además nos encontramos que
también han invitado a comer a una pareja de activistas él noruego y ella
japonesa, otra activista canadiense, uno de Estados Unidos, y algunos amigos y
amigas palestinas más. Comemos paella palestina con pollo. La casa tiene un
gran salón adornado con mucho gusto y en un sitio destacado está el rostro del
Ché en relieve. Después de la comida, las chicas palestinas nos piden que le
enseñemos a bailar salsa, y Saray nos saca del apuro, pues ella pone allí a
bailar a todas las mujeres, y disfrutamos tod@s de la música y el baile.
Después de comer nos vamos de
viaje hacia Rafah, donde vamos a visitar los famosos túneles por donde pasan
todas las mercancías que están aliviando el bloqueo israelí. En Rafah, antes de
salir para los túneles, nos tomamos un té en la sede del partido y un joven nos
explica su trabajo con niños y niñas en una Asociación llamada Rachel Corrie.
El joven conoció y fue amigo de Rachel. Esta chica norteamericana, estudiante
de la Universidad
de Olimpia en Washington, tenía 23 años, cuando fue asesinada en noviembre de
2003, por un bulldozer israelí que iba a
echar una casa palestina abajo. Ella se puso delante de la casa y el bulldozer
la aplastó sin miramiento, delante de sus compañeros que estaban mirando, y de
otros jóvenes palestinos como el que nos hemos encontrado. Uno de sus compañeros
también norteamericano, también murió de un disparo israelí al ponerse delante
de los campesinos que trabajaban la tierra cerca de la valla y que suelen ser
tiroteados por los soldados.
Pudimos visitar un par de túneles
de los cerca de 3.000 que se calculan que existen a lo largo de la frontera con
Egipto, al ser día festivo y estar parado el trabajo, ya que el resto de los
días trabajan 24 horas continuadas. Es todo un monumento a la hipocresía de las
relaciones internacionales. En los acuerdos de Paz de Oslo, de 13 de septiembre
de 1.993, que iban a dar a Palestina su derecho a existir como estado en el
plazo de 5 años, mantenía mientras tanto el control de la frontera de Rafah en
manos israelí, que a su vez delegaba, a través de un convenio en el gobierno egipcio.
Como aún no hay estado palestino, Egipto, a instancias de Israel, tenía la
frontera cerrada, con lo cual no vulneraba su acuerdo con Israel, pero hacía la
vista gorda en el paso de gente y mercancías a través de túneles que
atravesaban la frontera y que son tan públicos que Israel los bombardea de
cuando en cuando. Es una situación insostenible, que seguramente evolucionará a
una apertura total de la frontera egipcia.
Después visitamos otro sinsentido
como la construcción, por parte de la
ONU de zonas residenciales nuevas para alojar a los
palestinos que han perdido sus casas en Rafah por los bombardeos de Israel. La ONU paga lo que Israel
destruye, pero a Israel no se la sanciona, ni se le exige reparación de daños,
y además se le da un trato preferencial en las relaciones comerciales en Europa
y cuantiosas ayudas por EEUU.
Finalmente, mientras visitamos,
ya de noche el punto fronterizo de playa, entre Gaza y Egipto, un pescador nos
invita a tomar te en su casa. Nos vuelve a pedir que denunciemos que ellos
necesitan pescar, que de él dependen 16 miembros de su familia y que a partir
de las dos millas, las lanchas patrulleras de Israel empiezan a disparar.
El sábado por la mañana viajamos
al campo de refugiados de Al-Burij al sur de Ciudad de Gaza. Los campos de
refugiados que los occidentales imaginamos son tiendas de campaña instaladas en
zonas donde no había nada. Los campos de refugiados palestinos datan de 1.948,
cuando fueron expulsados a la fuerza por las distintas fracciones armadas del
entonces naciente ejército israelí, contraviniendo el mandato de repartición de
Palestina que había aprobado la ONU. Son
como suburbios de las ciudades, con casas peor construidas, con menos
servicios, con menos calles asfaltadas y con calles mas estrechas. Visitamos un
centro que se dedica a actividades extraescolares, que consisten en enseñar a
pintar y a cantar y hacer teatros a niños de hasta 12 años. Además, les dan
alguna comida. El centro no depende del gobierno, sino de un partido de
izquierda, que tiene esta actividad dentro de su programa de actividades
sociales. A cada curso anual le ponen un
nombre distinto y el de este año se llama Mahmoud al Gherpawy, un preso
palestino, fallecido recientemente en la cárcel de Israel después de 23 años preso.
El centro es sólo para niños, y los camaradas, ante nuestra incomprensión
porque desde la izquierda no se promueva la enseñanza mixta, nos dicen que la
población de los campos es muy conservadora, pero que ya tienen un proyecto
para el año que viene de curso mixto. Los niños son felices, y nos hacen
felices. Nos regalan dibujos, nos cantan canciones, y también disfrutan viendo
gente rara.
Después nos acercamos a la playa,
otra vez en dirección Ciudad de Gaza, y nos encontramos, en el Restaurante
Haifa, con la Unión
de Jóvenes Progresistas y con Estudiantes Progresistas. Hacemos un amplio
círculo de sillas, hay unos 30 chicos y unas 10 chicas. Hay un “cantaor” y un
guitarrista (con laud), que nos recibe cantando una especie de fandango árabe.
Luego empieza a cantar unas canciones más rítmicas de estilo árabe y salen a
bailar seis chicos abrazados por los hombros, en una sola fila. Después de
disfrutar un rato, nos reunimos formalmente con un grupo de ellos. A la
reunión, que hacemos mientras nos comemos un bocadillo de pollo con ensalada y
un refresco, asisten 12 chicos y 4 chicas de las dos organizaciones. La Juventud Progresista
Nos habla del problema del paro
juvenil. La Juventud Estudiantil
de lo difícil que es estudiar ya que excepto una pública, todas las
universidades son privadas, y que van de caras, a muy caras y carísimas. La
pública está entre las caras. Señalan que el primer problema para la juventud
es la ocupación de palestina que es fuente de todos los demás. Luego enumeran
como problemas, el paro juvenil, la imposibilidad de viajar, las dificultades para
investigar y crear, y la desigualdad entre chicos y chicas. En las universidades islámicas están
segregados por sexo y en las que están juntos, no son libres para poder
relacionarse entre ellos y ellas. Les volvemos a recriminar que al centro del
baile solo han salido chicos y nos contestan que están enseñando a las chicas
(y es verdad, porque luego vemos a un grupo mixto ensayando en otro salón del
restaurante) y que además, son la única organización de Gaza que tiene un grupo
mixto de baile.
Después de comer vamos a
reunirnos con dirigentes sindicales de Federación General de Sindicatos de
Palestina en Gaza (Palestine General Federatión Trade Unions). Hay compañeros
del sector de servicios y comercio, de la construcción, de la enseñanza, de la
pesca, de la salud y de servicios públicos. Han participado en reuniones
internacionales y en España en encuentros con UGT. Conocen bien la situación
por la que estamos pasando en España y nos animan a que le hagamos frente. Nos
explican que la legislación laboral que tiene la Autoridad Palestina ,
es del año 2000, que hay una normativa para el sector privado y otro para la
administración pública que es también la que se aplica a quienes trabajan con
los organismos internacionales, que son muy numerosos. En el sector privado se
trabajan 45 horas a la semana repartido en seis días y tiene dos semanas de
vacaciones anuales. No tienen salario mínimo, pero no se suele pagar menos de
10 $ diarios, por día trabajado. En el sector público la jornada semanal es de
39 horas, 1 mes de vacaciones al año y los salarios varían mucho, entre un
mínimo de 300$ mensuales hasta 2000$ de altos cargos. Los conflictos, en el
sector privado, del que se quejan que raramente cumplen la legislación, los
resuelven con intentos de conciliación directos del sindicato con los
empresarios, y en caso contrario acuden a su juzgado de lo social del que nos
dicen que están muy satisfechos, ya que los jueces son siempre pro-operarios.
Los sindicatos tienen unos 100.000 cotizantes en Gaza (de una población de 1’7
millones) y pagan 1’5 chequels al mes, que viene a ser como el 0’1% del salario
medio mensual.
Están muy descontentos con el
gobierno de Hamás. El partido religioso, al contrario que Fatah, que tiene una
gran influencia dentro de la
Federación de Sindicatos, no ve con muy buenos ojos la
existencia de los sindicatos y es contraria a que la gente se afilie. Dificulta
todo lo que puede el funcionamiento sindical y ha reprimido manifestaciones
sindicales como la del pasado Primero de Mayo, donde varios días antes
detuvieron a 16 dirigentes para advertirles que no tolerarían una
manifestación. Como la manifestación se hizo igualmente, a pesar de las
advertencias, fue disuelta a palos por la policía, y volvieron a detener un
grupo numeroso de dirigentes sindicales.
El domingo 15, comenzamos con una
reunión en la sede de la Unión
de Sindicatos de la
Agricultura (Unión Of Agricultural Work Committees). Nos
cuentan que su principal problema es la agresión a pescadores y agricultores en
las zonas fronterizas. A los pescadores los tirotean alrededor de las tres
millas, y desde 2006, han muerto 20 pescadores y han detenido a unos 500. De
los 3.600 pescadores que antes salían a faenar, ahora solo salen 250.
Igualmente han muerto unos 35 campesinos en las tierras de labor cercanas a la
valla fronteriza. Antes del bloqueo exportaban fresas, tomates Sherry y flores.
Ahora ya no pueden. Además están los problemas de falta de energía que
dificultan las explotaciones agrícolas como las granjas avícolas, y como un
problema cada vez más acuciante la escasez de agua, por la sobreexplotación
israelí de los acuíferos. Después de la reunión visitamos a un grupo de
pescadores en el puerto que cosen redes. Uno muy mayor nos cuenta que su
sobrino de 19 años murió faenando por disparos de las lanchas israelíes.
Después nos vamos a ver a la zona fronteriza del norte, para ver las zonas de
cultivos fronterizos donde es peligroso acercarse a menos de 1 Km . de la valla. Los
campesinos nos regalan berenjenas y no nos dejan que nos acerquemos mucho.
De la frontera norte volvemos al
sur, pasando ciudad de Gaza, hasta la ciudad de Dayr al-Balah. Allí visitamos
un centro de atención a niñas y niños sordos. En el mismo centro, además de dar
clase de lenguaje de signos a ellos y sus familias, hay un sistema de enseñanza
a través de un sistema de ampliación de sonido inalámbricos por el cual se
enseña ha hablar a personas con sordera. Hay además instalaciones de
audiometría, y de fisioterapia, para consultas externas. Tienen también el 50%
de las personas que trabajan con problemas de minusvalías. Un
obrador-confitería donde también trabajan minusválidos y permite financiar
parte de los gastos del centro y una emisora de radio, especializada en
integración de minusválidos, que emite para toda la zona árabe de Oriente Medio.
Los locutores y locutoras tienen minusvalías físicas y ceguera.
Después, nuestro amigo el
catedrático de economía, el Dr. Issam, que estudió en Salamanca, nos invita a
comer paella palestina con pollo en su casa. Nos presenta a su familia. Mujer,
hijo y tres hijas, y a la más pequeña le ha puesto el nombre de Andalucía,
porque dice que habiendo estudiado en Salamanca, a quien ama de verdad es a
Andalucía. Después de comer, nos hace un recorrido, donde vemos, todavía, las
huellas del tremendo bombardeo de finales de 2008 y principios de 2009.
Acabamos el domingo, con una
visita a una niña de la familia Samouny, prima de los dos chicos que traemos a
operar en Andalucía. Ella tiene metralla dentro de la cabeza. Aunque le curaron
las heridas externamente, le está perjudicando en su desarrollo cognitivo.
Además, también su padre y un hermano están en la nómina de personas muertas,
en el ataque a la casa donde concentraron a toda la familia. Nos comprometemos
ha hacer un análisis de las radiografías con médicos en España, para ver si se
le puede intervenir.
Mañana, nos vamos para el Cairo.
Todavía no están los permisos y tenemos que volver al trabajo y a participar en
la jornada de lucha del día 19 de julio contra las medidas del PP. Ya le
dijimos a la gente de los sindicatos palestinos, que para después de agosto
vamos a otra Huelga General.
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