Estuve en este Forum de nueva economía hace apenas seis meses y, sin embargo, parece haber pasado mucho más tiempo. Muchas cosas serias y de gran trascendencia han ocurrido desde entonces. El 15M, las elecciones autonómicas y municipales, el abandono de Zapatero, la designación de Rubalcaba y el agravamiento de la crisis económica. No les voy a cansar con su enumeración, porque hablaré de algunas de ellas a lo largo de mi intervención.
Pero hoy no puedo empezar sin referirme a lo que aconteció el pasado sábado. Millones de personas, en más de 800 ciudades de todo el mundo, en 80 países, en los cinco continentes, nos movilizamos por un cambio político global. No sé lo que harán otros, pero aseguro que nosotros hemos tomado buena nota de lo que significa la mayor movilización mundial de la Historia : que otro mundo es posible y que ello implica otro orden económico e internacional más justo y más democrático.
Seguro que coincidimos en que el 15-O es lo más importante que ha acontecido en mucho tiempo. Sin duda hará historia.
Y todo ello coincide con otro hecho significativo. Hace algunos días el señor Trichet, gobernador del Banco Central Europeo, se despidió de su cargo afirmando que estamos ante una crisis sistémica. Nada más y nada menos. Puedo asegurar que Trichet no se ha afiliado todavía a Izquierda Unida.
Como aseguro que de esta crisis no saldremos si no es con profundas transformaciones en el sistema que nos está llevando al desastre. Esa es la base que explica buena parte de las propuestas que presento hoy aquí.
Ya es un clásico que el Gobierno primero negó la crisis, después la vinculó a la crisis internacional, lo que era cierto pero no era toda la verdad. Tras ello, el pensamiento económico oficial, inundó los medios de comunicación limitando la crisis a una mera crisis financiera.
El diagnóstico era y es falso y por eso la medicación ha sido contraproducente. El enfermo se ha agravado.
Cinco millones de parados, más de 1.300.000 mil personas sin ningún tipo de ayuda económica, una deuda privada tres veces superior a la pública y que presiona sobre la solvencia de esta, una paralización económica con claras amenazas de recesión, el estancamiento de los países principales destinatarios de nuestras exportaciones lo que hace extremadamente difícil la recuperación por la mejora de la balanza exterior, etc. apuntan la envergadura de la crisis de la que estamos hablando.
El paro, con las escasas perspectivas de mejora del mercado de trabajo y las previsibles dificultades de nuestra balanza de pagos, son las causas reales de la rebaja de la calificación de nuestra deuda soberana que han hecho dos agencias de calificación (ante las que por cierto nos querellamos) porque esos son los dos elementos que estrangulan nuestro futuro.
Todos sabemos que en muchos círculos financieros, económicos y políticos se conocía perfectamente que estábamos ante una crisis global del sistema capitalista que está afectando esencialmente a los países centrales del mismo y a una guerra de divisas que afecta a la estabilidad del euro. Incluso se llegó a hablar de “Refundar el capitalismo”.
Nosotros, modestamente, preguntamos a expertos reconocidos por todos; economistas españoles prestigiosos como los que forman el Consejo Científico de ATTAC España, conocimos la opinión de algunos premios Nóbel de Economía, estudiamos el ejemplo de países como Islandia, Turquía, Brasil, Argentina y otros, que han coincidido en el hecho de hacer caso omiso de las recomendaciones del FMI.
Por eso planteamos desde el principio que la alternativa está en fomentar la demanda mediante dos ejes fundamentales: creando y ayudando a crear empleo, por un lado, y estimulando la economía productiva mediante el apoyo a las pyme, por otro.
La creación de empleo que debe iniciarse inmediatamente desde lo público (el sector privado tiene pocas capacidades para tirar de la economía) y que se puede concentrar en la creación de empleos verdes, en el fortalecimiento de los servicios sociales (educación, salud, Ley de Dependencia), fortalecimiento de las Administraciones Públicas (Justicia, Agencia Tributaria, Inspección de Trabajo, Servicios de Empleo), rehabilitación de viviendas habituales para lograr una edificación sostenible medioambientalmente, inversión pública en infraestructuras y dotaciones sociales de proximidad, entre otros. Programas para la contratación de jóvenes y mujeres y un Plan de Empleo y Formación que permitiría reorientar a centenares de miles de trabajadores hacía las necesidades planteadas por un nuevo modelo productivo. Defendemos también el reparto del trabajo existente mediante la jornada de 35 horas.
Por otro lado, el apoyo a las pymes, crucial para el empleo, debe venir por asegurar su viabilidad mediante tres medidas esenciales: el pago de las deudas de las Administraciones Públicas en 30 días, tal como dice la Directiva Europea aprobada en julio pasado, medidas serias para habilitar el crédito que se necesita y la creación de un polo de Banca Pública que debe constituirse mediante la nacionalización de las Cajas de Ahorro.
Proponemos además un Plan de Apoyo para la contratación del primer trabajador y la ayuda a las pyme y autónomos para la contratación de nuevos trabajadores que sean necesarios por la aplicación de la jornada de 35 horas.
Nosotros hemos estimado la inversión en 40.000 millones de euros durante los tres primeros años de la legislatura. Puede parecer mucho dinero, pero no tanto, si lo comparamos con las ayudas a la Banca o con el fraude, que según los técnicos de Hacienda originan el 3% de las grandes empresas y fortunas, que es del orden de 42.000 millones de euros anuales. Y parece razonable reclamar que también los ricos cumplan la Ley.
Pero, por otra parte, por cada 1.000 euros que se invierten en contratación laboral, el Estado y la Seguridad Social recuperan de forma directa unos 580 € y además se genera riqueza, consumo, comercio, etc. Y además se ahorran prestaciones de desempleo, desgarros y conflictos sociales. El trabajo humano es lo único que crea riqueza.
Los objetivos de Izquierda Unida para el próximo período son razonables: alcanzar en el plazo de la legislatura las medias de paro, contribución fiscal y gasto social de la Unión Europea. Es decir, reducir el paro a menos de la mitad, aumentar los ingresos fiscales en 8,5 puntos de PIB y elevar el gasto social en 7 puntos de PIB.
Izquierda Unida considera esencial el cambio de modelo productivo. Creemos necesario un gran debate nacional en el que participemos todas las fuerzas políticas, económicas, sindicales y sociales. Nuestra actitud es radical y constructiva, porque hay que ir a la raíz de los problemas y la situación no permite curar la pulmonía con tiritas, y porque podemos aportar medidas y compromisos en favor de la economía productiva y el empleo.
Un factor esencial de ese nuevo modelo productivo es lograr una nueva cultura fiscal en el país. Hay que combatir seriamente la economía sumergida y el fraude fiscal. Es la herramienta con mayores posibilidades para resolver el déficit y apoyar la creación de empleo.
Hay que legislar sobre un nuevo sistema de contribución fiscal de los ciudadanos sobre dos bases esenciales: Una, la progresividad real establecida en la Constitución , que hoy no se da porque en nuestro país paga proporcionalmente menos impuestos un directivo de banca que su secretaria y una gran empresa que una pequeña, y dos, la tributación igual de las rentas del trabajo y del capital.
Uno de los factores de agravamiento de la actual situación ha sido el descenso de la recaudación, debido al estancamiento económico, pero sobre todo por las rebajas fiscales de los Gobiernos del PP y del PSOE. El FMI ha publicado que el 40% de nuestro déficit se debe a ello. Rubalcaba ha reconocido en El País casi 3 puntos de PIB.
Esas rebajas han traído estos recortes que están dañando gravemente los servicios sociales y el Estado de Medio Estar que se desangra día a día. Es curioso ver como el bipartidismo competía antes de la crisis por quien rebajaba más impuestos y hoy se acusan de recortadores.
Hay que ser serios en las medidas de austeridad, recortes y congelaciones. Quiero subrayar que ninguna de esas medidas ayudará a salir de la crisis. Son medidas para acabar con los derechos de los trabajadores, transformar en mercancías importantes sectores públicos y garantizar los intereses del capital financiero. Por ahí no hay salida social de la crisis, sino más beneficios del capital financiero, y con ellos más control económico, político e ideológico de la sociedad. No solamente son los trabajadores los perjudicados, también los empresarios que están en la economía productiva y no son empresas de la Banca ; es decir, la inmensa mayoría de la población.
Quiero que quede claro. Nosotros estamos con los de abajo, que son los que viven de su trabajo o actividad, frente a los de arriba, que son quienes viven del trabajo y de la actividad de los demás.
Les decía, anteriormente, que la irrupción y el desarrollo del movimiento 15M en los últimos meses han representado la mayor sacudida eléctrica que ha vivido la política española en los últimos años. Una nueva generación de jóvenes indignados se ha incorporado a la política denunciando la corrupción, los recortes sociales e impugnando un sistema económico y político incapaz de dar respuestas a sus demandas, incapaz de ofrecerles un futuro.
Aquellos jóvenes, en una explosión democrática sin precedentes dijeron “No nos representan”, dijeron “lo llaman Democracia y no lo es”, cuestionaron el sistema de partidos y el bipartidismo asfixiante e hicieron una crítica general a la actual política de la que nosotros hemos querido tomar nota.
Nosotros no pretendemos representar a ese movimiento plural del que además, nuestra gente también forma parte. Nadie puede hacerlo, y reconocemos que nos ha enseñado muchas cosas y que coincidimos en muchas propuestas. En la reivindicación de una democracia plena y real, que opere en el terreno de la economía, y que, como su propio nombre indica, extienda los derechos y el poder a los de abajo.
Ese movimiento, que ya es histórico ha abierto también el debate para un cambio profundo Constitucional. Sin embargo el único cambio que ejecutan el PP y el PSOE es la reforma exigida por Merkel y Sarkozy, vendiendo nuestra soberanía. Una reforma, y lo digo con toda solemnidad, que es como un golpe de Estado de los poderosos contra la mayoría ciudadana. Y este país no puede ser de quienes lo entregan a los especuladores financieros protegidos por las agencias evaluadoras, ni de los que tienen cuentas en Suiza, sino el país de los ciudadanos corrientes.
Ciudadanos corrientes a quienes nos produce indignación que algunos pretendan criminalizar a los parados, desde la Secretaria General del PP, la Presidencia del Congreso de Diputados o desde el nacionalismo del rostro más egoísta, como el del Sr Durán, cuando afirmaba que muchos que cobran el PER en Andalucía se lo pasan en el bar. Para los que sabemos lo que es el trabajo en el campo, escuchamos con rabia esas afirmaciones de quien se permite pagar por una noche en una suite la ayuda que reciben dos jornaleros andaluces para sacar sus familias adelante durante todo un mes.
Esa clase de políticos, esa política es la que los jóvenes y no tan jóvenes, están censurando en la calle. Y censuran y censuramos el giro radical de Zapatero, que saco las tropas de Irak, pero que con apoyo de los patriotas del PP, las ha mantenido en Afganistán, nos ha metido en la guerra de Libia y además vende nuestra soberanía militar a los EEUU con el escudo antimisiles y la carrera de armamento, que de poco sirven a los parados de éste país.
Zapatero se ha convertido en un comercial de los mercados y los banqueros. Nunca en tan poco tiempo se ha demostrado un trasvase más escandaloso del poder hacia los que no ha elegido nadie. Zapatero, Rubalcaba y Rajoy han convertido la CE en papel mojado.
Venimos diciendo desde hace tiempo que PSOE y PP se han convertido en un bipartito. Sabemos que no son lo mismo, pero el Partido Socialista lleva demasiados meses queriéndose parecer al PP, (hasta ha cambiado el decorado del fondo de escenarios al color azul).
El PSOE ha renunciado a las políticas mínimamente socialdemócratas decepcionando a sus votantes y poniendo la democracia de rodillas ante los mercados financieros.
Es obvio que comparte con el PP, las políticas neoliberales que emanan de la llamada nueva gobernanza económica en la UE , del Pacto de Estabilidad y Crecimiento, de la Reforma Estructural y del Pacto del Euro, que solo pretenden garantizar la acumulación del capital y desmantelar el modelo social europeo.
Quiero insistir en que es un escándalo, que en la reforma de la CE se priorice el pago de la deuda antes que la salud o la educación. Se han cargado el pacto constitucional.
Recuerdo que mientras PP y PSOE imponían con sus votos la Reforma de la Constitución , muchos jóvenes, en la puerta del Congreso, estaban protestando. Habían pasado la noche frente al Congreso y gritaban "ahora no es Tejero, son Rajoy y Zapatero".
Es curioso que los que deberían defender la Constitución en el congreso la estuvieran malvendiendo, y a quienes en la calle la defendían, y defendían un Referéndum, les enviaran a la policía, como hicieron también en Cataluña, con los jóvenes, que aunque no compartamos puntualmente algunas formas, no es para que acaben en la Audiencia Nacional. Así no.
En realidad lo que aquellos jóvenes dijeron y dicen es: “Escuchadnos” y la respuesta ni debió ser ni debe ser policial.
Plantear las protestas en la calle como un problema de orden público es sólo una cortina de humo para ocultar la ofensiva contra los servicios públicos que el bipartito y CIU llevan a cabo en el país y en las Comunidades Autónomas y que encuentran cada vez mayor rechazo de la ciudadanía.
Los delincuentes de guante blanco y quienes les amparan, quienes se llenan los bolsillos con sueldos y rentas escandalosas, los responsables del incendio, los que consiguen que el Estado les salve los agujeros de su festín y los que obviaron sus responsabilidades de vigilar los desmanes, no están en ningún banquillo, mientras se destruye la sanidad pública catalana o la educación pública en Madrid
No es de extrañar que aquellos jóvenes, esos que no se van a jubilar en la vida, gracias al PSOE y al PP, gritaran “no nos representan”.
Y mientras tanto ¿Qué hacen el PSOE y el PP? No hace mucho competían en quien rebajaba mas los impuestos, hoy se acusan de recortadores mutuamente con él “y tú más”. Recortes de los que ambos son responsables.
También, como saben, en las calles se pide una reforma del sistema electoral que implique un reparto más justo de escaños, que haga que toda la soberanía popular esté representada en el Parlamento, justamente.
¿Alguien les escucha? Un candidato se atrevió a usar las palabras “escuchar”, “hacer”, “explicar” como su lema, pero le duró solo un día. La gente pedía referéndum y nadie escuchó, ni hizo ni explicó nada. La gente que defendemos a las personas que están siendo desahuciadas, pedimos la dación el pago, algo tan sencillo como que el que pierde una casa no tenga que seguir pagando por ella y, de nuevo, la justa protesta, fue tratada como un problema de orden público. Nadie escuchó, no hizo ni explicó.
Nos duele tener que decirlo pero el PSOE cada vez se parece más al PP. Por eso el 20N queremos dar la oportunidad a sus votantes de que les lancen un mensaje muy sencillo pero contundente: que la gente de izquierdas no confía en ellos y esta vez no les va a votar, porque han hecho que los platos rotos del festín de los poderosos los pague la mayoría ciudadana que no fue invitada a la fiesta.
Concurrimos a estas elecciones con una propuesta de Estado. No es tiempo de guiños ni amagos, sino de decisión, coraje y rigor. Pero también, de ilusión y de confianza en lo que podemos hacer juntos.
Por eso quiero poner en valor la amplia coalición que hemos impulsado en estas últimas semanas, la mayor de la historia reciente. Efectivamente hemos elaborado, con más de 12 organizaciones políticas progresistas, un proyecto de recuperación de la soberanía nacional y popular. Es el fruto de lo que hemos llamado la convergencia social y política y un hito en el camino de aunar esfuerzos y sensibilidades para un proyecto de defensa y extensión de la democracia, la soberanía y los derechos.
En la Asamblea de Convocatoria Social cristalizaron en 7 grandes revoluciones programáticas. Ya he explicado en mayor detalle el correspondiente a la economía. Apunto brevemente las demás:
1) POR LA DEMOCRACIA. Queremos hacer una Ley electoral que refleje la realidad del país, y trabajaremos por un Estado Laico y Republicano que construya mecanismos de transparencia, y amplíe y profundice los cauces para la participación popular. Por unos presupuestos participativos, la rendición de cuentas y la participación de los trabajadores en la economía.
2) POR LA ECOLOGIA. Proponemos un pacto intergeneracional con los que están por llegar y van a heredar este planeta. Y vamos a hacerlo con un nuevo plan energético acorde a las limitaciones de nuestro planeta y que apueste por las energías renovables. Para ello, apostamos de forma decidida por la gestión pública de los recursos naturales para librarlos de la depredación, la preservación del medio natural y la agricultura sostenible.
3) POR UNA SOCIEDAD DE IGUALES Y DE DIFERENTES. No hay democracia sin el derecho a ser iguales en derechos y diferentes en identidades. No hay democracia si no es paritaria, si no garantizamos los derechos sexuales y reproductivos, de todos y de todas. No hay democracia sin derechos para los migrantes, que son y deben ser ciudadanos y no brazos de alquiler.
4) POR LA CULTURA. La cultura es un derecho universal que se defiende compartiendo. Por eso apostamos por una Ley de medios que garantice el derecho de acceso ciudadano a los mismos y su regulación por un Consejo Estatal de Medios Audiovisuales que lo asegure. Por eso estamos por el fomento público de la cultura y las artes con estímulos pero con autonomía.
5) POR LA PAZ. Cuando la humanidad, nuestros pueblos, reclaman solucionar la crisis social y ecológica, se acelera la absurda carrera de gastos militares y la guerra, que siempre sufren los más pobres. Para nosotros, en cambio, son los Objetivos del Milenio, la solidaridad y el internacionalismo nuestras brújulas para una política exterior al servicio de los pueblos.
6) POR LA RECONQUISTA DE LO PÚBLICO. Porque la educación, los cuidados de la infancia y la tercera edad, la energía, el transporte, el agua o la cultura, no pueden ser mercancías sino derechos de todos los ciudadanos que por tanto deben estar en manos de los ciudadanos y no al albur de la especulación. Hay que desmercantilizar las necesidades sociales para asegurar que la riqueza colectiva sirve al beneficio social y no a la rapiña. Queremos servicios públicos robustos, eficientes y participados, porque son la piedra angular del ejercicio de la ciudadanía, de la convivencia, de la igualdad y de la democracia.
Podemos decir entonces, con humildad pero con orgullo, que la izquierda se presenta con una alternativa. La queremos construir con quienes están siendo desposeídos por unos pocos. Nuestro proyecto es con ellos o no es.
A nadie se nos escapa que estas elecciones son históricas. No se elige entre PSOE o PP, se va elegir entre Democracia o Mercado, entre Público o Privado, entre Soberanía o vender el país a trozos.
El candidato Rajoy es el hombre de los silencios, que depende de los dictados del FMI. Los que sí hablan en su partido son sus gobernantes de las CCAA que ya nos anuncian cual va a ser el eje de sus políticas: Recortes.
Rubalcaba va dejando la credibilidad por el camino, votando unas cosas y prometiendo las contrarias. No puede esconder su responsabilidad en el gobierno bajo la alfombra. No es creíble y es responsable esencial en las políticas de Recortes.
Los programas del PSOE y del PP, (este aún secreto) siguen siendo los de la R de los Recortes.
Nosotros, sin embargo, venimos a estas elecciones con una A. La A de la Alternativa.
A los poderosos no les hace daño la abstención, ni el voto en blanco o nulo. Esto sólo refuerza su proyecto de vaciar la soberanía popular, de gobernar sin control ciudadano. Se dirimen muchas cuestiones claves en esta coyuntura histórica. No todas en las elecciones, ciertamente, pero no pocas en ellas. Ninguna de las medidas antisociales puestas en práctica en el último año tenía nada de inevitable: fueron decisiones de gobernantes que no las llevaban en sus programas electorales, y que por ello no deben volver a recibir un cheque en blanco. Ni unos ni otros. Que nadie se permita olvidar que democracia es poder elegir.
Hay algunos que quisieran cerrar ya las urnas a golpe de encuestas pero la voz la tiene el pueblo y las urnas están vacías.
Muchas gracias.
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