Carta abierta a la ciudadanía
A los 86 días del calendario Mariano
Estimados ciudadanos, estimadas ciudadanas:
La transición “modélica” dejó intacto el aparato judicial
franquista y abandonó a las víctimas republicanas de la guerra civil. Todos los
muertos del lado franquista tuvieron sepultura, lápida con sus nombres,
homenajes, monumentos, cruces, medallas,..., se trataba de los caídos por Dios
y por España. Los otros españoles, los que defendieron la legalidad republicana
quedaron en las cunetas.
Jueces que en su mayoría estuvieron al servicio de un
régimen criminal nacido en un mar de sangre en el que ahogaron a la segunda
república; para muestra veamos una instrucción de uno de los generales
golpistas, el General Mola: “Es necesario crear una atmósfera de terror. Hay
que dejar sensación de dominio eliminando sin escrúpulos ni vacilaciones a todo
el que no piense como nosotros. Tenemos que causar una gran impresión. Todo
aquel que abierta o secretamente defienda al frente popular debe ser fusilado.”
Estas instrucciones reservadas fueron emitidas en agosto de
1936 y cumplidas por los golpistas Queipo de Llano, Yagüe, Varela y otros.
Garzón intentó defender los derechos de las víctimas de este
genocidio. En el juicio María Martín López de 83 años de edad relató ante el Tribunal
Supremo que tenía 6 años cuando asesinaron a su madre, a su hermana mayor la
pelaron y le dieron aceite de ricino. Ella se dirigió a Garzón para seguir buscando
los restos de su madre y cumplir así la ultima voluntad de su padre,
enterrarlos juntos.
Más de 122.000 personas están enterradas en las cunetas,
olivares y fosas comunes. España es el segundo país del mundo en numero de
desaparecidos, Garzón además se ha enfrentado estos días a otras causas
abiertas contra él, las escuchas a los abogados del caso Gurtel y como ha dicho
el ex-fiscal anticorrupción Jiménez Villarejo “el Supremo es una casta
burocrática al servicio de la venganza”.
Recuerdo una visita que hicimos Nicolás Sartorius y yo a la Fiscalía General
del Estado como diputados de IU, Sartorius le comentó al fiscal su sorpresa por
encontrar allí fiscales que habían estado en el Tribunal de Orden Público
pidiendo penas de muerte y largas condenas a los luchadores antifranquistas,
estaban culminando su carrera y trabajaban en la Fiscalía General
del Estado.
Los jueces del Supremo y de otros tribunales juraron los
principios del Movimiento Nacional y ahora imparten justicia en nombre de la
democracia.
Constituye una vergüenza para España que uno de sus jueces
mas brillantes, de mayor prestigio internacional, Baltasar Garzón haya sido
condenado y apartado de la carrera judicial.
Ante la indignación y el estupor que han mostrados las
organizaciones de derechos humanos, de juristas internacionales y asociaciones
de víctimas, un coro de voceros gubernamentales, (Gallardón, Santamaría,...)
han pedido respeto para el Tribunal Supremo y han añadido que la justicia es
igual para todos, cabria preguntarnos:
-¿Es igual para Camps que para un joven carterista de
Barcelona?
-¿Es igual para Urdangarín y para la infanta Cristina que
para un camello de poca monta de la
Palmilla ?
-¿Es igual para un genocida franquista que para una víctima
republicana?
-¿Es igual para los que tienen dinero y contratan despachos
famosos de abogados, despachos de lujo que para los que son invisibles para la
ley?
-¿Es igual para un banquero con fondos en paraísos fiscales
que para un autónomo que olvida pagar
una factura del IVA?
Podíamos preguntarle al preso indultado que ha pasado más
años en prisión sin delito de sangre, encadenando condenas, desde la primera
que fue por desertar del ejército, aquí no ha prescrito ninguna de las causas
abiertas contra él durante tantos años, ello demuestra que la justicia no es
igual para todos.
¿Respeto para jueces que protegen a las redes de corrupción
y la impunidad del franquismo, de sus crímenes contra la humanidad que no prescriben,
que levantaron el brazo haciendo el saludo fascista en muchos casos?
Se merecen respeto, solidaridad y comprensión víctimas como
María Martín López que declararon llenas de dignidad en el juicio.
No podemos acatar, respetarles sentencias como la dictada
contra Garzón desde la lealtad a los valores de la democracia y a los
principios de la justicia universal.
Los que formaron parte o justifican hoy al aparato represivo
y criminal del franquismo no pueden reclamar respeto porque no se han respetado
ni a ellos mismos.
Un saludo
Antonio Romero Ruiz
Coordinador de la
Red de Municipios por la III República
Presidente de honor del P.C.A.
Ex parlamentario de I.U.
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