Crónica de la Comisión de Derechos Sociales del Ayuntamiento de Málaga. Renta básica, Rumbo a Gaza y Democracia participativa
Hoy he asistido por primera vez a una Comisión de Derechos Sociales del Ayuntamiento de Málaga, en representación de IU.Y hay dos aspectos, que vistos por un agujerito desde afuera, llaman la atención: el primero, que es una comisión en la que de sus 7 miembros, 5 somos mujeres, sin embargo la presidencia y la vicepresidencia de la comisión, la ocupan Francisco Pomares y Julio Andrade (sobra decir que son los dos únicos hombres de la comisión). El segundo aspecto llamativo es que, a pesar de ser una comisión abierta a lxs vecinxs, estxs solo tienen la oportunidad de hablar y hacer escuchar a lxs políticxs sus demandas, en el último punto de ruegos y preguntas, cuando ya está tó el pescao vendío.
Entramos en un nuevo punto de debate: ahora nos toca a Izquierda Unida llevar la iniciativa. Y lo hacemos apoyando la Iniciativa Social Rumbo a Gaza, por la valentía y el compromiso militante expresado en la II Flotilla de la Libertad , en la que tres compañeros malagueños, junto a otros activistas internacionales, se embarcaron con el propósito de introducir ayuda humanitaria en la Franja de Gaza y se vieron impedidos para partir, por la negativa del Gobierno griego, que durante varios días hizo caso omiso a las presiones de Israel. Aunque la Flotilla ha conseguido navegar, tras encierros, huelgas de hambre, movilizaciones,…continua siendo necesario exigir al gobierno que garantice la seguridad de la flotilla ante las posibilidad de ataques por parte de Israel. La Comisión se ha comprometido a exigir el levantamiento del bloqueo de la Franja de Gaza que se prolonga ya cinco años, y que supone una violación flagrante de los derechos humanos. Segundo round superado con acuerdo.
Volvemos a tomar la iniciativa. De hecho, el PP ha presentado una moción, y el PSOE ninguna. Esta vez lo hacemos con la pretensión de comprometer al ayuntamiento en el desarrollo de medidas concretas que permitan el ejercicio efectivo del derecho a la participación política y social. Intentábamos así que la institución fuera permeable al sentimiento de indignación expresado en las calles y las plazas. Un sentimiento de rabia e indignación que cuestiona este sistema democrático, y reclama poder, poder para decidir el designio de sus vidas, sus barrios y sus ciudades. Y hemos propuesto dos medidas, insuficientes por supuesto, pero necesarias para abrir en el marco institucional del ayuntamiento, el necesario debate sobre la profundización democrática y la imperiosa necesidad de que la democracia esté al servicio de los derechos de las mayorías sociales.
Presupuestos participativos, entendidos como derecho político, y por tanto universales, vinculantes, en tanto han de comprometer las decisiones políticas posteriores, autorreglamentandos, fruto de las diversas formas de autoorganización social de la ciudad y de las normas construidas y consensuadas entre estas; con sistemas de transparencia y control, rendición de cuentas y asambleas ciudadanas. Esta ha sido la primera propuesta que hemos hecho, y que no ha encontrado el acuerdo entre los tres grupos políticos.
La segunda propuesta comprometía al ayuntamiento a celebrar consultas con carácter vinculante sobre temas sensibles y estratégicos para la ciudad. Les preocupaba al PSOE y al PP el carácter vinculante y autorreglamentado de los presupuestos participativos y de las consultas. Intentábamos explicarles que democratizar la democracia implica abrir nuevos espacios de toma de decisiones para la ciudadanía. Que lo que la gente está reclamando en las calles es poder decidir, y que por tanto, un proceso que no vincula las decisiones del gobierno, es un acto como mucho, de buena voluntad, pero que en ningún caso modifica ni transforma las relaciones de poder asimétricas que se producen en la sociedad en general y en nuestra ciudad en particular. Participar y decidir es un derecho político de ciudadanía, un ejercicio de soberanía y democracia, no otorgado ni concedido, si no más bien, exigible y reclamable.
El Autorreglamento,…debate ampliamente tratado en las redes de municipios y movimientos estatales e internacionales, tales como la Red FAL de municipios por la Inclusión Social y la Democracia Participativa. El prefijo auto- aporta una dimensión diferente al acto de reglamentación, un valor añadido, que contiene toda una visión política del para qué y el cómo de la democracia participativa. Democracia participativa como modelo de gestión, en el cuál, las normas que regulan su funcionamiento, se construyen colectivamente, desde los diálogos, prácticas comunes, interacciones, disensos y consensos entre las distintas iniciativas, movimientos, asociaciones y actores sociales de la ciudad. Colectivos, ciudadanía que participa a título particular,, han de tener espacios asamblearios y de delegadxs en los que se elaboren, debatan y aprueben las normas y mecanismos para la participación democrática en la ciudad. No pudimos llegar a acuerdo.
Echo el cierre de esta primera crónica de comisiones municipales, con la intención de darle continuidad, y de que de alguna manera, sirva como herramienta de difusión de los debates políticos que se producen en ese espacio, en el que se toman decisiones que nos afectan, y que con tanta frecuencia nos parecen lejanos, ocultos, absurdos cuando no desconocidos.
Cierro con la propuesta que un vecino ha trasladado en el último punto de ruegos y preguntas de la comisión. Se podrían poner las comisiones por las tardes, para que pueda venir la gente. Algo tan sencillo, y que se torna tan complicado: que las comisiones en las que se deciden temas relevantes que nos afectan, se convoquen en horarios que faciliten la participación de vecinas y vecinos. Tan sencillo, que solo requiere de voluntad política. Tanto nos queda por construir…
Antonia Morillas
Concejal de IULV-CA en el Ayto. Málaga
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