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martes, 14 de septiembre de 2010

Teodulfo Lagunero: “Cayo Lara en Málaga”

Fotografía: Rosa Ortuño
Larepublica.es
El sábado 11, Cayo Lara asistió en Málaga a la manifestación a favor de la huelga general del próximo día 29. Gran asistencia de manifestantes. Banderas de CCOO, UGT, Izquierda Unida, y PCE. Muchas banderas republicanas. Cuando callaban los tambores, el pueblo repetía rítmicamente: huelga, huelga, huelga….
La Plaza de la Constitución se llenó, resistiendo al sol del mediodía, para escuchar a los oradores. Todos lo hicieron bien. Pedro, el profesor candidato de IU a la Alcaldía de Málaga, los representantes sindicales, y luego Cayo Lara.
Siempre digo lo que pienso y siento. A mis 84 años, no aspiro ni a ser presidente ni de mi comunidad de vecinos. Nunca he alabado a nadie. No es justificación no pedida, es, sencillamente, una advertencia de lo que voy a decir:
La verdadera izquierda española tiene buenos dirigentes y líderes. Por todos, en el PC, Centella, Antonio Romero, etc., y en IU, Cayo Lara, Diego Valderas, etc. Hoy voy a hablar de Cayo Lara.
Cayo Lara es un líder. Mira de frente con mirada limpia y sincera. Su persona emana sencillez y honradez, tanto como energía y vitalidad. Es una de esas personas a las que uno seguiría. Habla bien, con voz potente, con energía y sobre todo con convicción en lo que dice. Ante él sabes que estas ante un ser inteligente y tierno. Sin embargo, intuyes que puede ser duro, muy duro si las circunstancias lo exigen. En Málaga tronó en la Plaza de la Constitución. Dijo todo lo que tenía que decir. Absolutamente todo. Nada sobró ni nada faltó en su discurso. Dio una lección de economía -sentido común y lógica de campesino autodidacta- Dijo lo que dicen todos los economistas -incluidos los tres premios Nobel actuales, que no están a sueldo del dictado de los bancos y el dinero-
Sostuvo que las medidas del sedicente gobierno socialista, impuestas por los mercados -los bancos, el dinero y los especuladores- nos llevan por el camino del desastre económico y la tragedia de un paro mantenido o aumentado, que va a durar muchos años. El gobierno de Zapatero -¡esa Elena neoliberal que va a matar a ZP a disgustos!-, como toda la Europa de los mercaderes, incluso más neoliberal y retrógrado que los Estados Unidos, con un Obama medio sensato en lo económico que prefiere promover la economía y atajar el paro invirtiendo en infraestructuras -como hizo Roosvelt en los años 30-, mientras que aquí, en Europa y en España, lo importante es la “deuda”. Para los neoliberales el paro son simples cifras, pequeños efectos colaterales. El gobierno siempre por detrás de los acontecimientos. No da una en el clavo que mueva la economía y disminuya el paro. Sus golpes son solo para disminuir la deuda. Para el gobierno, ésta solo se disminuye con menos gasto, parando obras de infraestructura, reduciendo salarios y prestaciones sociales, olvidando algo tan elemental como que el déficit se puede disminuir aumentando los ingresos, esto es, aumentando los impuestos a los ricos, reponiendo el impuesto de patrimonio, tan disparatadamente suprimido cuando algún ingenioso del gobierno o del Partido Socialista se le ocurrió la mamarrachada de que “disminuir impuestos era de izquierdas”. El déficit debe bajarse, no hoy ni en dos o tres años, que no hay tanta urgencia, sino cuando corresponda, una vez reanimada la economía con inversiones, una vez atajada la tragedia del paro, que es el verdadero problema de España, no solo con esa subida de impuestos a los ricos, sino fundamentalmente impidiendo que éstos no paguen impuestos mediante la defraudación. Cayo Lara citó con exactitud y rigor el caso del impuesto de sociedades, que no son como se dice del 25% o 30%, sino en la realidad solo de un 10%. ¡Y el PP quiere aún bajarlo más! El déficit hay que bajarlo luchando contra el fraude fiscal, haciendo que de verdad los impuestos los paguemos todos los españoles en función de nuestra capacidad económica, tanto de ingresos como de patrimonio. Suprimiendo los paraísos fiscales, que sí es posible suprimirles para los españoles, aunque no lo haga Europa, con el sencillo procedimiento de gravísimas multas a quien cometa tal desafuero antipatriótico, llevando sus fortunas a esos engendros de la insolidaridad. O impidiendo que cualquier sociedad española –incluyendo los bancos- mantengan en sus cuentas actividades y sociedades en ellos. Y no hay que darle vueltas.
Acertó Cayo Lara cuando sostuvo con energía que hasta el día 29 lo más importante es hacer que la huelga triunfe. Que los trabajadores y todos los españoles paremos ese día esta España esperpéntica y demostremos al gobierno, al PSOE, a la CEOE, a Bancos y banqueros y a ese nefasto Banco de España, que el pueblo no está dispuesto en absoluto a consentir las disparatadas medidas impuestas y defendidas por todos ellos. Sí, el día 29 todos a la huelga y a la calle. España paralizada. En mi modesto despacho de abogado ese día no contestaremos ni al teléfono. Así toda España. El día 29 debe ser el fin de lo que hay y el primer día de lo que debe venir.
Ahora bien, -así lo dijo Cayo Lara, y así es- nuestros enemigos son el PP con todos sus neofranquistas y corruptos, que si llegasen al poder harían aún las cosas mucho peor que lo está haciendo Zapatero. Sobre todo, mucho peor para los trabajadores.
Terminó Cayo Lara su discurso haciendo referencia al sistema electoral, porque es sencillamente el abandono de los principios democráticos que exigen la igualdad de todos ante la Ley. Que nadie sea más que nadie, ni valga más que nadie. Es intolerable, absolutamente intolerable, antidemocrático y anticonstitucional, el que el Parlamento no represente la voluntad popular, como exige la Constitución en todo su articulado. ¿Cómo va a estar representada la voluntad popular en un Parlamento en el que un Diputado del Partido Nacionalista Vasco solo necesita 51.000 votos y uno de Izquierda Unida necesita más de 400.000 votos? Esas dos figuras hieráticas, que se retan en la televisión, el Presidente Zapatero y Rajoy como jefe de la oposición, echándose en cara el tú más, mientras sus bancadas les aplauden como borregos, saben que actúan como polichinelas ante un teatro vacío, pues lo hacen en un Parlamento esperpéntico, a fuer de no ser un Parlamento democrático y representativo. Nos roban los Diputados, nos ningunean en la información pública, televisión y radio nacional. Los medios privados son el capital, -dijo Cayo Lara, que El País, pertenece a un alto porcentaje a intereses económicos norteamericanos-. Nos roban también los dineros, pues lo que cobran los partidos políticos, sale del bolsillo de todos los españoles -incluso de los que no estamos representados en el Parlamento- pues nuestro voto no ha servido para representarnos. Luego se lo reparten como trileros entre el PSOE y el PP.
Permítaseme dar ahora mi opinión. ¡Sí, el día 29 todos, absolutamente todos a la huelga! Después, sin perder ni un solo minuto, todos a exigir por todos los medios posibles que se impida ese robo de Diputados en el Parlamento; que continúen los medios de información públicos robándonos espacios y tiempo; que se repartan impunemente nuestros dineros. Esto es, que se apruebe una Ley electoral que acate la Constitución y sea proporcional. Que cada ciudadano sea un voto, y que ese Parlamento de verdad represente a la soberanía popular y que el gobierno que salga de ese Parlamento sea de verdad el gobierno de todos los españoles. Una vez más insisto: si es necesario, recurramos a la huelga de hambre, y permanezcamos día y noche en las escalinatas del Parlamento y en la Plaza entre el Palace y ese templo de la soberanía, con la única arma de una Constitución en la mano, exigiendo que ésta se cumpla y se de de verdad la soberanía al pueblo, o allí nos dejaremos morir de hambre, para escarnio y vergüenza de los que llevan 34 años tomando el pelo al pueblo, a la soberanía nacional, llámense socialistas o falsos patriotas de la derecha.
Para terminar, quiero recordar como Cayo Lara, con ironía y gracia, nos contó cómo al llegar a Málaga había comprado un periódico local para ver cómo informaban sobre su mitin del día anterior en Granada. El periódico nada decía de ello, pero eso sí, le regalaron una medalla de Fray Leopoldo. No dudó de que se fraile fuese un hombre bueno y caritativo, pero dijo que sabía leer lo que esta en el respaldo de la medalla que no era sino una protesta contra las injusticias sociales. Los oyentes aplaudieron como antes habían ido aplaudiendo numerosas intervenciones de Cayo Lara. He presenciado durante muchos años cientos de mítines en España y Europa. Nunca había presenciado lo que ocurrió en la Plaza de la Constitución de Málaga. El pueblo aplaudía y aplaudía sin necesidad de que el orador esperase con falsa modestia a que callasen los aplausos. Él seguía hablando y su oratoria viril, enérgica y sensata, se simultaneaba con los aplausos que se mantenían durante largos minutos. Ese simultanear de aplausos y oratoria se repitió una y otra vez. Aseguro que era un espectáculo digno de escucharse.
Post data. Lo que no sabía Cayo Lara cuando se refirió con cariño y respeto a Fray Leopoldo, es que al día siguiente en el acto que se celebró en la base aérea de Armilla en Granada, en presencia de autoridades del Estado, Autonómicas y locales entre ellas la mayoría socialistas, el representante del Vaticano iba a usar esas instalaciones militares españolas para hacer un feroz ataque a la represión republicana en la guerra sin hacer siquiera mención al terrible y espantoso genocidio que hicieron los fascistas con la bendición, el beneplácito y el apoyo de la Iglesias. Un esperpento más ocurrido en unas instalaciones militares españolas.
http://larepublica.es/firmas/blogs/index.php/teodulfolagunero/2010/09/13/cayo-lara-en-malaga

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