Mundo Obrero
Mundo Obrero: ¿Qué espera conseguir CC.OO. con esta huelga general?
Ignacio Fernandez Toxo: Cambiar las políticas del Gobierno en materia económica, laboral y de protección social, empezando por la rectificación de la reforma laboral. Ni se puede ni se debe recortar los derechos de los trabajadores, que nada han tenido que ver con esta crisis, mientras las ideas, grupos y personas que la provocaron salen indemnes.
M.O.: ¿Qué propuestas tiene CC.OO ante la crisis?
I.F.T.: La primera de ellas, atender a las personas que la sufren: con más protección y políticas activas de empleo. En segundo lugar, reactivar la economía con políticas públicas para garantizar la inversión y la creación de empleo, todo ello en la perspectiva de nuevo modelo productivo que se apoye en una política industrial con mayor inversión en I+D+i, reforma del sistema educativo para acercarlo a las necesidades del mercado de trabajo, reforma del sistema fiscal para hacerlo más suficiente, equitativo y redistributivo, y avanzar en nuestro modelo de protección social con especial atención a la viabilidad del sistema público de pensiones.
M.O.: ¿Qué opina sobre la deriva de la política del gobierno ante esta situación?
I.F.T.: Inaceptable. El Gobierno empezó por no reconocer la gravedad de la crisis cuando debía; siguió improvisando paquetes de medidas para reducir el déficit; aplicó un severo recorte a la inversión pública y acabó abrazando el liberalismo económico, atacando los derechos de los trabajadores. Un giro radical a su política económica que además explica como dogma de fe, siguiendo las pautas del converso. Nadie podrá convencernos nunca de que los que provocaron la crisis sean ahora los que marquen el camino de salida.
M.O.: ¿Qué le diría a los ciudadanos que aún no saben si secundar esta huelga o no?
I.F.T.: Vamos a matizar la pregunta. La convocatoria de huelga va dirigida a los trabajadores. A los ciudadanos les pedimos que apoyen la huelga -por supuesto, los trabajadores también son ciudadanos-, pero son los trabajadores en paro o en activo los que deben protagonizar esta jornada. A quienes duden sobre la oportunidad y necesidad de esta huelga, creo que puedo sugerirles una reflexión: si alguien ha demostrado en este país voluntad de diálogo y negociación en los últimos años esos han sido los sindicatos. Un ejercicio de responsabilidad del que no nos arrepentimos y seguiremos defendiendo. Pero no estaríamos a la altura de las circunstancias, no defenderíamos los intereses de los trabajadores con dignidad y eficacia, si ante el mayor ataque a sus derechos desde la transición democrática permaneciésemos parados. La huelga general es un recurso excepcional y así lo utilizamos en CCOO, y creo que las decisiones del Gobierno en materia económica, laboral y social deben ser respondidas con la huelga general.
M.O.: ¿Cree que va a haber dificultades a la hora de negociar los servicios mínimos vista la posición de patronal e instituciones visto lo que pasó con la huelga del metro en Madrid?
I.F.T.: Las habrá con toda seguridad. Los poderes públicos se muestran muy celosos con el derecho al trabajo en una jornada de paro general, pero desprecian un derecho constitucional como es el derecho de huelga. Por cierto, no estaría mal que el derecho al trabajo ocupase la agenda del Gobierno cada día. Estamos dispuestos a pactar servicios mínimos razonables, sobre los que hay abundante jurisprudencia, pero denunciaremos y recurriremos judicialmente servicios mínimos abusivos.
M.O.: ¿Qué medidas se plantea su sindicato para organizar a los cuatro millones y medio de parados y los jóvenes en busca de su primer empleo participen activamente en la huelga y en las fases posteriores de la lucha obrera?
I.F.T.: La función esencial del sindicato es defender a quienes no tienen empleo y a los que buscan su primer empleo. Es a partir de esta consideración, que el sindicato como es lógico, tiene que preocuparse también de los que tienen trabajo. Pero si hacemos memoria de las huelgas generales de los últimos 30 años, todas ellas han estado estrechamente ligadas a las demandas de jóvenes y parados. Por lo tanto, ellos son, también en esta ocasión, los principales destinatarios de la convocatoria de huelga general, y el sindicato el mejor lugar e instrumento para sacar adelante sus reivindicaciones. CCOO trabaja y trabajará para que la estructura del sindicato sea especialmente sensible con las personas sin empleo.
M.O.: La reforma laboral es sólo el comienzo. Ya se están preparando el recorte de las pensiones y Salgado asegura que se hará en este ejercicio. ¿Qué va a hacer CC.OO. ante este nuevo ataque a los trabajadores?
I.F.T.: Nos movilizamos para cambiar las políticas del Gobierno, y no para que sean el comienzo de nuevos recortes sociales. Sobre el sistema público de pensiones lo que procede es no improvisar. Rechazamos el retraso obligatorio de la edad legal de jubilación a los 67 años -forma parte de los motivos de la huelga- y hemos advertido al presidente del Gobierno que no aceptaremos reformas del sistema de pensiones que ignoren el diálogo social. Después de la huelga general del 29 de septiembre, evaluaremos la situación creada y las decisiones que vaya tomando el Ejecutivo y actuaremos en consecuencia.
M.O.: ¿Qué opina CC.OO. sobre las empresas de contratación que actúen como intermediaros laborales privados interfiriendo en la selección del personal de las administraciones públicas?
I.F.T.: No estamos de acuerdo con que las empresas privadas de contratación actúen en las Administraciones Públicas. Nuestro desacuerdo es evidente, sobre todo si tenemos en cuenta el estado agónico de los Servicios Públicos de Empleo, que año tras año el Gobierno se niega a reforzar como instrumentos eficaces para la intermediación en el mercado de trabajo. Es un ejemplo más del abandono de las políticas públicas a favor de la iniciativa privada.
M.O.: ¿Este pulso lanzado a la gestión económica de la crisis realizada por el gobierno puede convertirse en una oportunidad para recuperar la conciencia dormida de la clase obrera y la militancia sindical?
I.F.T.: No estoy de acuerdo con eso de la "conciencia dormida de la clase obrera". La lucha de clases conoce procesos desiguales que no siempre se expresan con una movilización general o un conflicto abierto. Es cierto que el movimiento sindical y la izquierda deben ajustar su proyecto para responder a las nuevas demandas sociales y políticas con instrumentos de organización más permeables y eficaces. Tenemos que ser capaces de hacer sindicalismo reivindicativo y de propuesta que, desde la autonomía cultural y política de las organizaciones sindicales, contribuya a generar cultura de cambio y transformación en los trabajadores y la ciudadanía.
M.O.: Se ha globalizado la política económica neoliberal contra los trabajadores de toda Europa ¿Cómo se está coordinando la respuesta unitaria de los sindicatos y trabajadores europeos?
I.F.T.: Se ha producido un avance del programa liberal para enfrentar la crisis en toda Europa, aunque algunos gobiernos (no el español) acompañan sus medidas de recortes sociales con tímidos gestos fiscales hacia las rentas más altas o los sectores financieros. Efectivamente, la Confederación Europea de Sindicatos -no con la celeridad que a CCOO le gustaría- progresa en su objetivo de construir un verdadero sindicato europeo y coordinar con mayor eficacia las movilizaciones sindicales en toda Europa. La Jornada de Movilización Europea del 29 de septiembre, coincidiendo con la huelga general en España, es un ejemplo de este avance hacia una respuesta más general y unitaria de los trabajadores europeos.
M.O.: ¿Cómo valora el trabajo que está realizando el Partido Comunista de España para que la Huelga General sea un éxito duradero?
I.F.T.: Un buen trabajo que agradecemos. Son muy necesarios los apoyos a la huelga y, lo que es más importante, la participación de personas y organizaciones en el proceso de preparación de la misma. Las huelgas, una vez convocadas, necesitan ser organizadas en todo el tejido productivo para asegurar su éxito, y por eso agradecemos dicho apoyo.
M.O.: Ya que es en el Parlamento donde se aprueban o no las leyes ¿va a apoyar CC.OO la reforma electoral propuesta por IU para que todos los votos tengan el mismo valor?
I.F.T.: Es una rémora de la democracia que el sistema electoral actual castigue a algunas formaciones políticas como IU. Cualquier demócrata debería exigir esa reforma, para que el voto tenga el mismo valor y la misma traducción en escaños, sea uno u otro el partido que lo reciba.
M.O.: ¿Por qué frente a la reforma laboral no se plantea la reforma empresarial para conseguir la cogestión, la coparticipación en la empresa?
I.F.T.: Que las empresas necesitan reformas es algo incuestionable. No tanto para imponer por ley la cogestión o la coparticipación - en el camino hacia la cogestión la intervención del sindicato en la empresa dispone de instrumentos de defensa de los intereses de los trabajadores- como para evitar que incumplan la legislación vigente y los acuerdos colectivos. Por supuesto que cada día el sindicato pelea en la empresa por ganar espacios de negociación y diálogo para intervenir en la organización del trabajo y el futuro económico y social de la empresa.
M.O.: Si el trabajo es un bien escaso, ¿Por qué no se reparte y se instauran ya las 35 horas?
I.F.T.: Compartimos la necesidad de avanzar en la reducción de la jornada laboral, y nuestra prioridad es que ese objetivo se aborde en el diálogo bilateral que mantienen las organizaciones sindicales y empresariales. Es imprescindible cambiar la cultura empresarial en materia de empleo y rescisión de contratos, para que en tiempos de crisis el primer recurso no sea el despido, sino el reparto del trabajo.
mundo-obrero@pce.es
Mundo Obrero: ¿Qué espera conseguir CC.OO. con esta huelga general?
Ignacio Fernandez Toxo: Cambiar las políticas del Gobierno en materia económica, laboral y de protección social, empezando por la rectificación de la reforma laboral. Ni se puede ni se debe recortar los derechos de los trabajadores, que nada han tenido que ver con esta crisis, mientras las ideas, grupos y personas que la provocaron salen indemnes.
M.O.: ¿Qué propuestas tiene CC.OO ante la crisis?
I.F.T.: La primera de ellas, atender a las personas que la sufren: con más protección y políticas activas de empleo. En segundo lugar, reactivar la economía con políticas públicas para garantizar la inversión y la creación de empleo, todo ello en la perspectiva de nuevo modelo productivo que se apoye en una política industrial con mayor inversión en I+D+i, reforma del sistema educativo para acercarlo a las necesidades del mercado de trabajo, reforma del sistema fiscal para hacerlo más suficiente, equitativo y redistributivo, y avanzar en nuestro modelo de protección social con especial atención a la viabilidad del sistema público de pensiones.
M.O.: ¿Qué opina sobre la deriva de la política del gobierno ante esta situación?
I.F.T.: Inaceptable. El Gobierno empezó por no reconocer la gravedad de la crisis cuando debía; siguió improvisando paquetes de medidas para reducir el déficit; aplicó un severo recorte a la inversión pública y acabó abrazando el liberalismo económico, atacando los derechos de los trabajadores. Un giro radical a su política económica que además explica como dogma de fe, siguiendo las pautas del converso. Nadie podrá convencernos nunca de que los que provocaron la crisis sean ahora los que marquen el camino de salida.
M.O.: ¿Qué le diría a los ciudadanos que aún no saben si secundar esta huelga o no?
I.F.T.: Vamos a matizar la pregunta. La convocatoria de huelga va dirigida a los trabajadores. A los ciudadanos les pedimos que apoyen la huelga -por supuesto, los trabajadores también son ciudadanos-, pero son los trabajadores en paro o en activo los que deben protagonizar esta jornada. A quienes duden sobre la oportunidad y necesidad de esta huelga, creo que puedo sugerirles una reflexión: si alguien ha demostrado en este país voluntad de diálogo y negociación en los últimos años esos han sido los sindicatos. Un ejercicio de responsabilidad del que no nos arrepentimos y seguiremos defendiendo. Pero no estaríamos a la altura de las circunstancias, no defenderíamos los intereses de los trabajadores con dignidad y eficacia, si ante el mayor ataque a sus derechos desde la transición democrática permaneciésemos parados. La huelga general es un recurso excepcional y así lo utilizamos en CCOO, y creo que las decisiones del Gobierno en materia económica, laboral y social deben ser respondidas con la huelga general.
M.O.: ¿Cree que va a haber dificultades a la hora de negociar los servicios mínimos vista la posición de patronal e instituciones visto lo que pasó con la huelga del metro en Madrid?
I.F.T.: Las habrá con toda seguridad. Los poderes públicos se muestran muy celosos con el derecho al trabajo en una jornada de paro general, pero desprecian un derecho constitucional como es el derecho de huelga. Por cierto, no estaría mal que el derecho al trabajo ocupase la agenda del Gobierno cada día. Estamos dispuestos a pactar servicios mínimos razonables, sobre los que hay abundante jurisprudencia, pero denunciaremos y recurriremos judicialmente servicios mínimos abusivos.
M.O.: ¿Qué medidas se plantea su sindicato para organizar a los cuatro millones y medio de parados y los jóvenes en busca de su primer empleo participen activamente en la huelga y en las fases posteriores de la lucha obrera?
I.F.T.: La función esencial del sindicato es defender a quienes no tienen empleo y a los que buscan su primer empleo. Es a partir de esta consideración, que el sindicato como es lógico, tiene que preocuparse también de los que tienen trabajo. Pero si hacemos memoria de las huelgas generales de los últimos 30 años, todas ellas han estado estrechamente ligadas a las demandas de jóvenes y parados. Por lo tanto, ellos son, también en esta ocasión, los principales destinatarios de la convocatoria de huelga general, y el sindicato el mejor lugar e instrumento para sacar adelante sus reivindicaciones. CCOO trabaja y trabajará para que la estructura del sindicato sea especialmente sensible con las personas sin empleo.
M.O.: La reforma laboral es sólo el comienzo. Ya se están preparando el recorte de las pensiones y Salgado asegura que se hará en este ejercicio. ¿Qué va a hacer CC.OO. ante este nuevo ataque a los trabajadores?
I.F.T.: Nos movilizamos para cambiar las políticas del Gobierno, y no para que sean el comienzo de nuevos recortes sociales. Sobre el sistema público de pensiones lo que procede es no improvisar. Rechazamos el retraso obligatorio de la edad legal de jubilación a los 67 años -forma parte de los motivos de la huelga- y hemos advertido al presidente del Gobierno que no aceptaremos reformas del sistema de pensiones que ignoren el diálogo social. Después de la huelga general del 29 de septiembre, evaluaremos la situación creada y las decisiones que vaya tomando el Ejecutivo y actuaremos en consecuencia.
M.O.: ¿Qué opina CC.OO. sobre las empresas de contratación que actúen como intermediaros laborales privados interfiriendo en la selección del personal de las administraciones públicas?
I.F.T.: No estamos de acuerdo con que las empresas privadas de contratación actúen en las Administraciones Públicas. Nuestro desacuerdo es evidente, sobre todo si tenemos en cuenta el estado agónico de los Servicios Públicos de Empleo, que año tras año el Gobierno se niega a reforzar como instrumentos eficaces para la intermediación en el mercado de trabajo. Es un ejemplo más del abandono de las políticas públicas a favor de la iniciativa privada.
M.O.: ¿Este pulso lanzado a la gestión económica de la crisis realizada por el gobierno puede convertirse en una oportunidad para recuperar la conciencia dormida de la clase obrera y la militancia sindical?
I.F.T.: No estoy de acuerdo con eso de la "conciencia dormida de la clase obrera". La lucha de clases conoce procesos desiguales que no siempre se expresan con una movilización general o un conflicto abierto. Es cierto que el movimiento sindical y la izquierda deben ajustar su proyecto para responder a las nuevas demandas sociales y políticas con instrumentos de organización más permeables y eficaces. Tenemos que ser capaces de hacer sindicalismo reivindicativo y de propuesta que, desde la autonomía cultural y política de las organizaciones sindicales, contribuya a generar cultura de cambio y transformación en los trabajadores y la ciudadanía.
M.O.: Se ha globalizado la política económica neoliberal contra los trabajadores de toda Europa ¿Cómo se está coordinando la respuesta unitaria de los sindicatos y trabajadores europeos?
I.F.T.: Se ha producido un avance del programa liberal para enfrentar la crisis en toda Europa, aunque algunos gobiernos (no el español) acompañan sus medidas de recortes sociales con tímidos gestos fiscales hacia las rentas más altas o los sectores financieros. Efectivamente, la Confederación Europea de Sindicatos -no con la celeridad que a CCOO le gustaría- progresa en su objetivo de construir un verdadero sindicato europeo y coordinar con mayor eficacia las movilizaciones sindicales en toda Europa. La Jornada de Movilización Europea del 29 de septiembre, coincidiendo con la huelga general en España, es un ejemplo de este avance hacia una respuesta más general y unitaria de los trabajadores europeos.
M.O.: ¿Cómo valora el trabajo que está realizando el Partido Comunista de España para que la Huelga General sea un éxito duradero?
I.F.T.: Un buen trabajo que agradecemos. Son muy necesarios los apoyos a la huelga y, lo que es más importante, la participación de personas y organizaciones en el proceso de preparación de la misma. Las huelgas, una vez convocadas, necesitan ser organizadas en todo el tejido productivo para asegurar su éxito, y por eso agradecemos dicho apoyo.
M.O.: Ya que es en el Parlamento donde se aprueban o no las leyes ¿va a apoyar CC.OO la reforma electoral propuesta por IU para que todos los votos tengan el mismo valor?
I.F.T.: Es una rémora de la democracia que el sistema electoral actual castigue a algunas formaciones políticas como IU. Cualquier demócrata debería exigir esa reforma, para que el voto tenga el mismo valor y la misma traducción en escaños, sea uno u otro el partido que lo reciba.
M.O.: ¿Por qué frente a la reforma laboral no se plantea la reforma empresarial para conseguir la cogestión, la coparticipación en la empresa?
I.F.T.: Que las empresas necesitan reformas es algo incuestionable. No tanto para imponer por ley la cogestión o la coparticipación - en el camino hacia la cogestión la intervención del sindicato en la empresa dispone de instrumentos de defensa de los intereses de los trabajadores- como para evitar que incumplan la legislación vigente y los acuerdos colectivos. Por supuesto que cada día el sindicato pelea en la empresa por ganar espacios de negociación y diálogo para intervenir en la organización del trabajo y el futuro económico y social de la empresa.
M.O.: Si el trabajo es un bien escaso, ¿Por qué no se reparte y se instauran ya las 35 horas?
I.F.T.: Compartimos la necesidad de avanzar en la reducción de la jornada laboral, y nuestra prioridad es que ese objetivo se aborde en el diálogo bilateral que mantienen las organizaciones sindicales y empresariales. Es imprescindible cambiar la cultura empresarial en materia de empleo y rescisión de contratos, para que en tiempos de crisis el primer recurso no sea el despido, sino el reparto del trabajo.
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