PRUEBAS DE ADN A CASI 3.000 RESTOS DE LA MAYOR FOSA ABIERTA DE FRANCO
Público.es/pcamalaga.org
La asociación Contra el Silencio y el Olvido ha logrado exhumar, en tres años de trabajo, los cuerpos de los represaliados entre 1937 y 1951 en el cementerio de San Rafael, en Málaga.
Cuando los arqueólogos exhumaron la fosa 4 del cementerio malagueño de San Rafael en la que fueron enterrados en 1937 los restos de Vicente Córdoba, ayudante de zapatero, su hija Francisca, estaba allí, a pie de zanja. "Estaba puesto de laíto. Me cogí un huesecito y casi me caigo", recuerda con emoción, sentada a resguardo de mareos en el sillón de su casa, en la que desde hace poco vive de alquiler, porque la que tiene en propiedad, en un cuarto piso, no tiene ascensor y Paca, como la conoce todo el mundo, ya necesita usar bastón. Tiene ahora 77 años y una memoria de elefante, según Miguel, su marido.
Hasta ahora, el cuerpo de su padre, Vicente, es el único identificado de los 2.700 que han exhumado, según el equipo de arqueólogos, dirigido por Sebastián Fernández, decano de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Málaga. La fosa malagueña es la mayor en la que se trabaja desde la II Guerra Mundial. Ahora tratarán de ponerle nombres y apellidos con pruebas de ADN a los cuerpos encontrados tras tres años de excavación.
El cuerpo hallado en la fosa 4 medía 1,57 metros, y Paca es bajita; llevaba zapatos de calidad, y él trabajaba para un zapatero, y se encontró donde Paca decía que iba a estar, en el lugar que le había dicho el sepulturero conocido de Vicente a su tía, la misma tarde de julio del 37 que lo enterró. José Alberto Fernández, uno de los miembros del equipo que trabaja en la fosa afirma con prudencia que los indicios indican que el cuerpo es el de Vicente Córdoba, pero advierte que no hay certeza absoluta.
Contra el problema de las identificaciones, la asociación Contra el Silencio y el Olvido y por la Recuperación de la Memoria Histórica, encargada de la exhumación, prepara a partir de septiembre, para rematar un trabajo ejemplar, pruebas de ADN a todos los familiares de represaliados que quedan vivos, que son centenares. En enero, prevén también comenzar a hacérselas a todos los cadáveres. Los expertos alertan: identificar por el ADN será muy complicado.
El 21 de julio de 1937 Málaga ya estaba dominada por las tropas franquistas. Paca era una niña de 5 años y había ido con su madre a llevar comida en una lata a un hombre "muy bajito, muy rubio, muy enamoradizo", su padre, Vicente a la sazón de 37 años, que estaba preso "por haber piropeado a una mujer". Iban un día sí y otro no. La madre tenía que atender a cuatro hijos. En la puerta de la cárcel de Málaga dejaron, como era costumbre desde hacía tres meses, la lata, a la que habían amarrado, como hacían siempre, un cartel con el nombre: Vicente Córdoba. Y, como habitualmente, esperaron a que alguien saliera para hacer el intercambio de latas. Pero el 21 de julio de 1937 nadie fue.
"Y ya dieron las tres. Y mi madre, nerviosa, preguntó. A ese de madrugá se lo llevaron a la tapia, le dijeron. Mi madre cayó al suelo, junto a mí y la lata. Nos sacaron, mi madre llorando conmigo. Estuvimos un rato en un descampado, yo lloraba de ver llorar a mi madre. Cuando se repuso fuimos a casa", rememora Paca. En el sillón deja salir un hondo suspiro, la mirada lejana, con la lata grabada en los ojos marrones.
Pruebas a cientos de familias
Las pruebas de ADN las hacen porque las tienen que hacer. Dentro de unos años no quedará nadie vivo y será imposible ni siquiera tratar de poner nombres y apellidos a los cuerpos. Sin embargo, no confían en el éxito. No quieren dar falsas esperanzas a nadie. Antonio Somoza, pieza clave en la exhumación, recuerda el caso de los conocidos como los 13 de Priaranza exhumados el 28 de octubre de 2000, en Priaranza del Bierzo (León) cuando se logró la primera identificación por ADN (la del abuelo de Emilio Silva, presidente de la ARMH), pero donde no se pudo identificar a todos. Y eran sólo 13.
Se han encontrado restos de niños que murieron enfermos sin cuidados
Las técnicas han mejorado, pero la cal viva que arrojaron los franquistas sobre la fosa y los 70 años de enterramiento han deteriorado los restos. Por ello, el ADN se extraerá preferentemente de la dentadura, donde ha quedado más protegido, aseguran los arqueólogos. Los expertos recuerdan, como un mensaje a las familias, que no deben hacerse ilusiones, que serán difíciles las identificaciones.
Un cráneo semienterrado con un tajo limpio en la frente preside la entrada al llamado Patio Civil del camposanto. Está protegido por una carpa, debajo de la que se afanan los arqueólogos. Al fondo, hay esqueletos amontonados, tirados de cualquier manera, los brazos sujetos con alambre, hay que detenerse para saber a quién pertenece ese fémur o aquel cráneo. Un botón, un anillo, suelas de zapato emergen de la tierra removida como testimonio mudo de la barbarie. "Es duro porque esto está vivo aún. Los familiares están aquí. Todos los días viene alguien y te emocionan", afirma José Alberto Fernández.
La mujer de un rojo
El patio civil es el noveno lugar en el que excavan y el único que lleva un nombre. Al resto, los arqueólogos los han calificado con números. De la fosa 1 han exhumado 251 cuerpos; de la fosa 2, fueron 225; de la fosa 3, extrajeron 177 cadáveres; en la 4, donde estaba Vicente Córdoba, pudieron encontrar 278 restos; de la 5, sacaron 206; de la 6, la cifra llegó a los 210; en la 7 hallaron 150 cuerpos y en el sector 8, se toparon con 21 fosas, zanjas de 2,5 por 2,5 metros en los que había unos 50 hombres en cada una de ellas. Más de mil en total. "En vez de una fosa grande, hicieron zanjas y apilaron los cuerpos", dice José Alberto Fernández.
"La represión franquista para ellas fue distinta. Quedaban marcadas. Era la mujer de un rojo"
De los 2.700 cuerpos sólo el 4% pertenece a mujeres. "La represión franquista para ellas fue distinta. Quedaban marcadas. Era la mujer de un rojo", afirma Raquel Zugasti, historiadora que ha participado en la elaboración del mapa de fosas en la provincia de Málaga. También se han encontrado restos de niños, pero los investigadores no creen que fueran fusilados no han encontrado señales de violencia, sino que eran de barrios pobres y cuando se morían desnutridos, enfermos, sin cuidados las familias no tenían recursos para un entierro. Entonces, las autoridades se deshacían de ellos.
El trabajo de los arqueólogos es exhaustivo. Conservan datos detallados de cada uno de los cadáveres, cuidadosamente catalogan en fichas la posición del cuerpo, los objetos encontrados, toda la información útil. En unos barracones, utilizados al mismo tiempo como despacho y almacén, descansa la memoria del desastre: en cajas de madera amontonadas y clasificadas están los esqueletos rotos por 14 años de matanza. Hasta el año 1951, se fusiló en la tapia del camposanto de San Rafael. Se encontraron no sólo balas de máuser, sino también de Parravicino-Carcano, el rifle del ejército italiano, y casquillos de ametralladora. Cuando había que matar a muchos: tac, tac, tac, al bulto, tac, tac, tac. A la zanja.
Después de 72 años, Vicente y los 2.700 encontrarán en breve un entierro digno.
La exhumación ha podido llevarse a cabo gracias a la colaboración de las administraciones, gobernadas por socialistas (Gobierno y Junta de Andalucía) y conservadores (Ayuntamiento). Unicaja y la Universidad de Málaga también colaboran.
El cementerio dejó de utilizarse como tal en 1987. En 2002 se planteó la posibilidad de hacer un parque, a lo que se oponían los vecinos. El alcalde, Francisco de la Torre, que viene de UCD, se decantó por esperar. El parque se hará cuando acabe la exhumación con un monumento a las víctimas.
Los 4.300 del 'Carnicerito' de Málaga
El que fuera presidente del Gobierno, Arias Navarro, organizó la represión en Málaga
Un listado con más de 4.300 nombres y apellidos de fusilados, perfectamente documentados tras un rastreo en varios archivos, es el horizonte de la fosa común del camposanto de San Rafael, la mayor exhumada desde la II Guerra Mundial. Han sacado ya 2.700 cadáveres, asesinados por los franquistas que ocuparon Málaga en febrero de 1937 y podrían llegar a 3.000 en breve. Sin embargo, encaran la recta final de los trabajos. El georradar les deja pocas opciones más donde buscar y dudan de si 1.500 cuerpos fueron trasladados al Valle de los Caídos, monumento levantado por presos del franquismo, poco antes de su inauguración, en 1958.
Francisco Espinosa, fundador de la asociación Contra el Silencio y el Olvido, ha encontrado una factura de unas 40.000 pesetas de entonces de la funeraria Jesús del Gran Poder, en la que se detalla la construcción de 800 ataúdes, unos individuales y otros en los que cabrían hasta 15 personas, así se llegaría a la cifra de 1.500 personas. Sin embargo, tras preguntar en el Valle de los Caídos, se les comunica que sólo hay documentado el traslado de una veintena de cadáveres. Espinosa duda de si los ataúdes eran para los represaliados de San Rafael o para otros de la vecina localidad de Ronda.
"En Málaga hubo un genocidio", dice José Galisteo, uno de los fundadores de la asociación y veterano sindicalista en CCOO. La represión en Málaga se desató en febrero de 1937 y la protagonizó como fiscal el que luego anunciara en televisión con gesto compungido la muerte del dictador, el entonces presidente del Gobierno Carlos Arias Navarro. Su mano dura alcanzó gran fama y recibió con justicia el sobrenombre de Carnicerito de Málaga.
Durante la primera semana de la toma de Málaga por las tropas franquistas, del 8 al 14 de febrero de 1937, los nacionales ejecutaron sin juicio previo a 3.500 personas y hasta 1944, otros 16.952 fueron condenados a muerte y fusiladas en Málaga, según un informe del cónsul británico documentado por el historiador Anthony Beevor.
El dirigente comunista José Gallardo Moreno fue de los primeros restos en ser identificado
Los restos del dirigente comunista, concejal del frente Popular y Secretario local de la UGT, José Gallardo, fue uno de los primeros en ser identificados al abrir las fosas ya que se sabía donde estaban porque los comunistas malagueños en un acto de heroísmo se jugaron la vida por rescatar sus restos para darles entierro digno, tras ser fusilado por los asesinos franquistas. Su familia una vez trascurrido el tiempo volvió a depositar sus restos en los inicios de la democracia junto a sus camarada y amigos enterados en la fosas de san Rafael. Hoy aquellos luchadores por la libertad y la república esperan, junto a sus camaradas, una sepultura digna y honorable que recuerde a los luchadores por la libertad, la justicia social y la democracia en España.
Ver biografía en http://www.todoslosnombres.org/
El episodio del rescate de su cuerpo:
Tras el crimen de José Gallardo, la incipiente organización clandestina del PCE, dirigida por el joven comunista Joaquín Luna Nieto, se ve en la responsabilidad, ante la petición expresa de doña Elvira, su madre, de que se recogiera su cadáver. Para ello Luna se vale de su antigua amistad, con uno de los integrantes del Tribunal de la Masonería y el Comunismo, D. Carlos Álvarez Ulmo. Este era amigo de Joaquín Luna por su pertenencia al Patronato de Exploradores de Málaga durante la República, y le otorgó permiso para que, de forma particular, lo hicieran. A Carlos Álvarez les costó el puesto y fue llamado a declarar a la Capitanía General de Sevilla.
Luna y sus camaradas, que se jugaron la vida en ello, cuenta este episodio:
“... Hube de requerir a D. Carlos Álvarez Ulmo no antes de muchas valoraciones, pros y contras, solo de ti para mí por encima de riesgos, redactó el oficio (...) La madrugada siguiente Pepe Alcaraz, Elvira, Concha y su hermano, yo y el sepulturero fuimos testigos de la extracción del cadáver y previamente adecentado de las heridas y envuelto en sábanas llevadas por su madre fue enterrado en una fosa particular (...) Como llovió torrencialmente hubimos de penetrar en la fosa llena de agua, buscar entre los cadáveres hasta dar con el de Pepe Gallardo, limpiado con aquellas aguas generosas del cielo que sirvieron de abluciones a cuerpo de persona tan querida de las clases trabajadoras de la ciudad...”
2 comentarios:
DAROS LAS GRACIAS en mi nombre y en el de mis familiares que no pueden hacerlo.
Manuel GM
Por ellos me quedo sin palabras, pero no sin voz.
Por ellos mantengo viva la llama de la memoria.
Por ellos no me permito el lujo de olvidar.
¡Salud, Memoria y Libertad!
Estoy de acuerdo en la dificultad para identificar los restos, pero no por los mismos motivos ya que llevan casi tres años en casetas obra, sin aire acondicionado, ni control de humedad, las cuales pueden llegar a alcanzar los 50 o 60 grados de temperatura en verano.
Algo que tampoco comprendo es que desde un principio se nos comunicó que según el profesor Echevarría, era muy difícil, por no decir imposible identificarlos, especialmente por su número, y tras tres años de mal estado de conservación, haya posibilidades de identificarlo por el ADN, aluden que tienen pocos familiares, comunicarles que hay bastantes más, pero tras observar, la falta de información y la manipulación de la asociación, no quieren pertenecer a la misma.
Esto me suena a una nueva maniobra para contentar a los familiares descontentos, pues al igual que yo, hemos pedido se nos informe de el destino de dinero de las subvenciones, a lo que el presidente de la asociación nos contesta, que la asociación es suya y que si queremos explicaciones se las pidamos a PARCEMASA, eso a los que no ha contestado, explicarle a este señor que yo no tengo por que pedir cuantas a nadie, solo a la directiva de la asociación a la que le fueron concedidas las subvenciones, no entiendo esa falta de transparencia, cuando han pasado por el cementerio, parlamentarios, diputados y concejales, que han podido observar, al igual que yo misma que no existe aire acondicionado en las casetas de los restos, además del trato que se me ha dado dejándome en la calle, sin baño, aunque se vanaglorian de haberme dejado una caseta, en el interior del cementerio con aire acondicionado (que ya no funciona) y sin baño, por lo cual cada vez que necesite hacer una necesidad, deba buscar quien me abra la puerta del cementerio y trasladarme al bar mas cercano (500m.) que ha puesto un baño en su local Para que yo valla a hacer mis necesidades.
Han intentado por todos los medios posibles que no esté en el cementerio, llegando a negarme el verano pasado poner mi vehículo, en el que suelo descansar a la sombra, que gracias a la intervención de dos compañeros CCOO y Sr. Torres, me volvieron a permitir ponerlo a la sombra.
Vergüenza siento de que la Asociación que ha colgado esta noticia, al igual que las anteriores, desprestigiándome a mi y la compañera Rafi, lleve el nombre el nombre de Julián Grimau, pues tras entrevistarme con el Sr. Del Rosal y mostrarle todas las pruebas de las irregularidades observadas en el cementerio, volvió am colgar otro comentario, peor que el anterior si cabe, ¿Dónde estaba USTED cuando las mujeres de los presos luchábamos por ellos? ¿Cuándo mi marido era torturado en gobernación? Luchando por una libertad, que hoy ustedes intentan arrebatarme, por lo menos los fascistas venían de cara y sabíamos a que nos enfrentábamos.
Son ustedes un grupo de manipuladores y mentirosos.
QUE NO OS ENGAÑEN QUE NO IDENTIFICARAN, SOLO ES OTRA MANIOBRA, PARA MAS, ME NIEGO A QUE LOS RESTOS DE MI PADRE VICENTE SANCHEZ MONTES, SEA TRASLADADO DEL CEMENTERIO DE SAN RAFAEL.
TENED CLARO QUE LLEVO TODA LA VIDA LUCHANDO Y PIENSO SEGUIR HACIENDOLO, LAS IRREGULARIDADES HAY QUE DENUNCIARLAS VENGAN DE DONDE VENGAN, SI NOSERMOS COMPLICES.
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