El martes 7 de julio tuvo lugar en el Ateneo de Málaga la presentación de “Heroínas invisibles, mujeres entre la represión y la resistencia”, nuevo número de la revista Andalucía en la Historia, publicación editada por el Centro de Estudios Andaluces, que dedica su número 25 a la historia de las andaluzas vencidas en la Guerra Civil y represaliadas en el primer franquismo.
Las vencidas tras la Guerra Civil fueron víctimas de la maquinaria represiva del franquismo que las castigó doblemente: por ser mujeres y por ser rojas. Así resumen el pasado de las andaluzas castigadas por el franquismo las profesoras de Historia Contemporánea de la Universidad de Málaga, Encarnación Barranquero y Lucía Prieto, que presentaron ayer junto al director del Centro de Estudios Andaluces, Demetrio Pérez Carretero, el último número de la revista y en la que también intervinieron la investigadora Pura Sánchez Sánchez, coordinadora del tema central de la revista, y el vicepresidente del Ateneo, Luciano González Ossorio.
Este evento, que significaba la presentación en nuestra capital de esta revista, mereció que el salón de actos de Ateneo quedara completamente repleto, sobresaliendo la presencia de familiares de dirigentes comunistas asesinados y encarcelados por la dictadura. La hija del significado militante comunista y oficial republicano Salvador Trujillo; el hijo del dirigente del PCE y Comisario político del Regimiento “Vitoria” nº8 Pepe Sánchez y de la miliciana comunista Concha Gallardo Moreno; el sobrino del Secretario Local de la UGT, concejal comunista y comisario del Batallón “México” Pepe Gallardo Moreno y también el hijo y la hija del que fuera Secretario general del PCE de Málaga y vicepresidente de la Comisión Gestora Provincial y del Comité permanente de Enlace del Frente Popular, Rodrigo Lara Vallejo. Asimismo acudieron miembros e la directiva de la Asociación Contra el Silencio y el Olvido de Málaga para la recuperación de la memoria histórica, miembros de la CGT, historiadores y estudiantes universitarios, así como significados miembros de IULV-CA y del PCA, entre ellos el secretario de Memoria Histórica del Comité provincial.
El castigo recibido por estas mujeres andaluzas que se mantuvieron fieles a la República aún fue mayor, señalan las investigadoras, ya que al ser encarceladas, desterradas e incluso asesinadas, su condena puso en peligro la subsistencia de la unidad familiar porque, sentenciándolas a ellas, se castigaba a su vez a niños, ancianos y maridos (algunos de ellos también presos) que, en muchos casos, dependían absolutamente del trabajo de sus madres, hijas o esposas. Y sin embargo, pese a que el régimen no escatimó esfuerzos para combatir la libertad y los derechos de las mujeres, éstas fueron, en muchos casos, capaces de resistir al poder utilizando todas las armas a su alcance: crearon redes de solidaridad dentro y fuera de las cárceles y desafiaron la política del hambre con estrategias de todo tipo.
«La situación de hambre y pobreza que sobrevino tras la guerra afectó de manera especial a las mujeres, porque ellas eran las encargadas de mantener a flote a sus familias», apostillaba ayer Barranquero momentos antes de la presentación de la revista en el Ateneo de Málaga.
Además, la historiadora destacó el carácter arbitrario de los tribunales franquistas: «Muchas mujeres eran encarceladas sólo por ser familiares o parejas de representantes de la República. Además, se da la circunstancia de que muchas mujeres que estuvieron en el frente se salvaron y otras fueron apresadas y fusiladas por asuntos menores».
Barranquero ha encontrado documentación de más de 80 mujeres ajusticiadas por las autoridades franquistas. Un número que, en su opinión, irá en aumento con el paso de las investigaciones, ya que se trata sólo de los fusilamientos notificados de manera oficial.
Como señaló la profesora Lucía Prieto, echaban piedras cogidas en la playa al agua para intentar dar sabor a pescado al caldo; iban a las cafeterías a pedir los posos del café que hervían una y otra vez para obtener un líquido deslavazado pero caliente; recorrían kilómetros y kilómetros a pie para conseguir algunas frutas u hortalizas con las que alimentar a sus hijos. Algunas llegaron a echarse al monte para combatir y muchas se quedaron en el llano desempeñando el papel de enlace para abastecer e informar a los huidos. Fueron juzgadas por tribunales militares sin ninguna garantía y acabaron encerradas en cárceles insalubres, donde el día a día estaba marcado por el adoctrinamiento.
Esa falta de luz histórica ahora se palia, en parte, con este número monográfico, elocuente desde su propia portada: 'Heroínas invisibles'. Con esa expresión, 'Andalucía en la Historia' hace referencia a la doble persecución que sufrieron las mujeres durante los años más oscuros de la historia reciente de España. Perseguidas por rojas y por mujeres. Y, pese a todo, la Historia oficial les ha escatimado con frecuencia ese protagonismo activo.
Un papel que ahora reivindica el número de 'Andalucía en la Historia' coordinado por la especialista Pura Sánchez. La experta explicaba ayer que la represión franquista, más allá de una forma de intimidación, «constituyó una manera de organizar el poder».
De este modo, Sánchez sostuvo que las andaluzas padecieron la violencia «del lenguaje verbal y del lenguaje no verbal». En el primer apartado, la especialista situó la violencia sexual, el escarnio público de verse convertidas en botín de guerra, un dolor propio que además se usaba para horadar la moral de los adversarios varones. Y en el segundo caso, Sánchez citaba los «juicios morales» en los que a las mujeres también se las condenaba «por no comportarse como debían».
De todos los castigos que les fueron impuestos, el silencio fue, sin duda, el peor. Por este motivo, la revista Andalucía en la Historia, editada por el Centro de Estudios Andaluces, ha decidido recordar su historia. Coordinado por la investigadora Pura Sánchez Sánchez, el dossier de la publicación, que lleva por título Heroínas invisibles, mujeres entre la represión y la resistencia (1936-1939) que publica la revista Andalucía en la Historia, recorre las vivencias de estas mujeres, les pone nombre y apellidos y desvela los mecanismos con los que se articuló una represión que fue cualitativamente distinta en el caso de los hombres y de las mujeres.
Las vencidas tras la Guerra Civil fueron víctimas de la maquinaria represiva del franquismo que las castigó doblemente: por ser mujeres y por ser rojas. Así resumen el pasado de las andaluzas castigadas por el franquismo las profesoras de Historia Contemporánea de la Universidad de Málaga, Encarnación Barranquero y Lucía Prieto, que presentaron ayer junto al director del Centro de Estudios Andaluces, Demetrio Pérez Carretero, el último número de la revista y en la que también intervinieron la investigadora Pura Sánchez Sánchez, coordinadora del tema central de la revista, y el vicepresidente del Ateneo, Luciano González Ossorio.
Este evento, que significaba la presentación en nuestra capital de esta revista, mereció que el salón de actos de Ateneo quedara completamente repleto, sobresaliendo la presencia de familiares de dirigentes comunistas asesinados y encarcelados por la dictadura. La hija del significado militante comunista y oficial republicano Salvador Trujillo; el hijo del dirigente del PCE y Comisario político del Regimiento “Vitoria” nº8 Pepe Sánchez y de la miliciana comunista Concha Gallardo Moreno; el sobrino del Secretario Local de la UGT, concejal comunista y comisario del Batallón “México” Pepe Gallardo Moreno y también el hijo y la hija del que fuera Secretario general del PCE de Málaga y vicepresidente de la Comisión Gestora Provincial y del Comité permanente de Enlace del Frente Popular, Rodrigo Lara Vallejo. Asimismo acudieron miembros e la directiva de la Asociación Contra el Silencio y el Olvido de Málaga para la recuperación de la memoria histórica, miembros de la CGT, historiadores y estudiantes universitarios, así como significados miembros de IULV-CA y del PCA, entre ellos el secretario de Memoria Histórica del Comité provincial.
El castigo recibido por estas mujeres andaluzas que se mantuvieron fieles a la República aún fue mayor, señalan las investigadoras, ya que al ser encarceladas, desterradas e incluso asesinadas, su condena puso en peligro la subsistencia de la unidad familiar porque, sentenciándolas a ellas, se castigaba a su vez a niños, ancianos y maridos (algunos de ellos también presos) que, en muchos casos, dependían absolutamente del trabajo de sus madres, hijas o esposas. Y sin embargo, pese a que el régimen no escatimó esfuerzos para combatir la libertad y los derechos de las mujeres, éstas fueron, en muchos casos, capaces de resistir al poder utilizando todas las armas a su alcance: crearon redes de solidaridad dentro y fuera de las cárceles y desafiaron la política del hambre con estrategias de todo tipo.
«La situación de hambre y pobreza que sobrevino tras la guerra afectó de manera especial a las mujeres, porque ellas eran las encargadas de mantener a flote a sus familias», apostillaba ayer Barranquero momentos antes de la presentación de la revista en el Ateneo de Málaga.
Además, la historiadora destacó el carácter arbitrario de los tribunales franquistas: «Muchas mujeres eran encarceladas sólo por ser familiares o parejas de representantes de la República. Además, se da la circunstancia de que muchas mujeres que estuvieron en el frente se salvaron y otras fueron apresadas y fusiladas por asuntos menores».
Barranquero ha encontrado documentación de más de 80 mujeres ajusticiadas por las autoridades franquistas. Un número que, en su opinión, irá en aumento con el paso de las investigaciones, ya que se trata sólo de los fusilamientos notificados de manera oficial.
Como señaló la profesora Lucía Prieto, echaban piedras cogidas en la playa al agua para intentar dar sabor a pescado al caldo; iban a las cafeterías a pedir los posos del café que hervían una y otra vez para obtener un líquido deslavazado pero caliente; recorrían kilómetros y kilómetros a pie para conseguir algunas frutas u hortalizas con las que alimentar a sus hijos. Algunas llegaron a echarse al monte para combatir y muchas se quedaron en el llano desempeñando el papel de enlace para abastecer e informar a los huidos. Fueron juzgadas por tribunales militares sin ninguna garantía y acabaron encerradas en cárceles insalubres, donde el día a día estaba marcado por el adoctrinamiento.
Esa falta de luz histórica ahora se palia, en parte, con este número monográfico, elocuente desde su propia portada: 'Heroínas invisibles'. Con esa expresión, 'Andalucía en la Historia' hace referencia a la doble persecución que sufrieron las mujeres durante los años más oscuros de la historia reciente de España. Perseguidas por rojas y por mujeres. Y, pese a todo, la Historia oficial les ha escatimado con frecuencia ese protagonismo activo.
Un papel que ahora reivindica el número de 'Andalucía en la Historia' coordinado por la especialista Pura Sánchez. La experta explicaba ayer que la represión franquista, más allá de una forma de intimidación, «constituyó una manera de organizar el poder».
De este modo, Sánchez sostuvo que las andaluzas padecieron la violencia «del lenguaje verbal y del lenguaje no verbal». En el primer apartado, la especialista situó la violencia sexual, el escarnio público de verse convertidas en botín de guerra, un dolor propio que además se usaba para horadar la moral de los adversarios varones. Y en el segundo caso, Sánchez citaba los «juicios morales» en los que a las mujeres también se las condenaba «por no comportarse como debían».
De todos los castigos que les fueron impuestos, el silencio fue, sin duda, el peor. Por este motivo, la revista Andalucía en la Historia, editada por el Centro de Estudios Andaluces, ha decidido recordar su historia. Coordinado por la investigadora Pura Sánchez Sánchez, el dossier de la publicación, que lleva por título Heroínas invisibles, mujeres entre la represión y la resistencia (1936-1939) que publica la revista Andalucía en la Historia, recorre las vivencias de estas mujeres, les pone nombre y apellidos y desvela los mecanismos con los que se articuló una represión que fue cualitativamente distinta en el caso de los hombres y de las mujeres.
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