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viernes, 15 de abril de 2011

La República no es una alternativa neutra


Gloria Aguilar
Secretaria de Movimiento Republicano del PCE 
El 14 de abril de hace ya 80 años, se proclamó en España la II República, abriéndose el periodo más democrático, progresista y moderno de la historia de España.
Conmemorar la II República, no es un acto nostálgico de recuerdo del pasado; aunque nos hace sentirnos orgullosos de la mejor generación de españoles que ha existido jamás.
Conmemorar la II República, es un deber moral con aquellos que dieron su vida por la libertad y la democracia republicana.
Conmemorar la II Republica, es la reivindicación de nuestra historia.
Conmemorar la II Republica, es mirar al futuro con ilusión y esperanza, es momento de tomar conciencia de la necesidad de avanzar en la consolidación de un potente movimiento republicano que sea una alternativa real al actual sistema monárquico, que no es sólo el cambio del Rey por un Presidente/a de la III Republica, sino el desarrollo de lo que venimos denominado Democracia Republicana.
Nos encontramos pues, ante una propuesta política que recaba la participación activa de los ciudadanos y ciudadanas, pues desde el PCE somos conscientes de que la República no viene; se trae, construyéndola. Esta debe ser nuestra tarea en estos momentos.

Tarea que empezó el pasado 27 de noviembre con la celebración de la I Conferencia Republicana del PCE, partimos de la premisa de que nos encontramos en un momento histórico, donde el movimiento republicano debe dar un salto para convertirse en una opción real en la España del siglo XXI, en esta situación de crisis es cuando hay que hablar de República. Tenemos que recordar que las dos repúblicas anteriores nacieron de situaciones de crisis y agitaciones sociales.
Tenemos que afirmar que el debate entre república y monarquía esta alcanzado la normalidad en nuestro país, porque el gran acierto del sistema ha sido blindar este debate, situarlo en términos de Monarquía o Caos. Estamos desmitificando la figura de un monarca que ha sido idealizado como salvador de la democracia el 23 de febrero de 1981 -cuando se empieza a conocer datos que al menos indican cierta confusión en el papel de Juan Carlos en este periodo-, desmitificando la imagen de un monarca austero y campechano, cuando no es capaz siquiera de hacer público cómo se gasta los casi 9 millones de euros que los PGE otorgan al mantenimiento de la Familia Real y, sobre todo, evidenciar el papel del Rey a la hora de tratar que la crisis económica no tenga una salida que cuestione el sistema.
Partimos de la base de que la República es otra forma de Estado, y que en España fue y es posible.
La conquista de la república no es sólo la consecución de un entramado jurídico-político determinado, que también, sino algo más que afecta al modo de vivir y a la propia democracia económica. De un lado, se trata de un sistema donde todo es elegible y revocable por un pueblo donde reside la autentica soberanía, un pueblo que es votante y elector pero que, sobre todo, es ciudadano activo y critico los 365 días del año. Por eso, un lastre de los más claros es la existencia de un jefe del estado hereditario y monárquico, al margen de la ciudadanía.
Democracia republicana
La República no es una alternativa neutra, que solo se caracteriza por hacer electiva la Presidencia de la Jefatura de Estado, en vez de ser heredada, es una concepción de Estado caracterizada por unos determinados principios, valores, contenidos, funcionamiento institucional y vinculación a la realidad social de la cual emana como representación libremente consentida, es lo que hemos llamado Democracia Republicana, cuando hablamos de democracia republicana no estamos hablando de ninguna democracia con apellido, sino de la democracia plena en su sentido más completo; es decir, una democracia no intervenida, no lastrada ni desde dentro ni desde fuera, una democracia participativa en manos de sus ciudadanos.
Por ello, este 14 de abril, tendremos que salir a la calle con alegría, con determinación porque estamos seguros de que no hay 2 sin tres, estamos convencidos de que más pronto que tarde la bandera tricolor ondeara en la Puerta del Sol, para que ese día el Partido no este como en 1931 en una esquina, aislado del Pueblo gritando abajo la República Burguesa, para que la III República no la hegemonice la derecha social o política vamos a trabajar en nuestra alternativa, vamos a ganar la batalla de las ideas en torno al futuro republicano de España.

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