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domingo, 25 de julio de 2010

Cayo Lara: "Zapatero miente cuando dice que es un presidente socialdemócrata"


Juanma Romero Madrid/ publico.es
Intenta revestir todo su discurso, y sus hechos, con coherencia. Incluso su mirada. Se fija en "los semáforos cada vez más llenos de gente" pidiendo limosna, en las largas colas a las puertas de la oficina del Inem que tiene cerca de su casa, en el barrio de Embajadores, en Madrid, en las experiencias de los desahuciados. Hasta prevé ir unos días a Conil de la Frontera (Cádiz), por aquello de su "urbanismo racional, sostenible, ordenado". Y porque allí gobierna Izquierda Unida. Es orgullo de patria ideológica.
Cayo Lara Moya (Argamasilla de Alba Ciudad Real, 1952) ha ganado aplomo en este año y medio con las riendas de IU. No ha mutado su discurso, su conversación algo anárquica y difusa, pero firme, muy firme. Crítica con el neoliberalismo y los "incumplimientos" del PSOE y de su líder, José Luis Rodríguez Zapatero, a quien acusa de "mentir" por querer etiquetarse de "socialdemócrata". "Habría que fijar por ley que se sancione a los que no acatan sus programas electorales", reflexiona. Se enerva, dice, con los conflictos internos que aún existen. Se siente reconfortado cuando ve "cómo la gente llora y se emociona" con sus palabras en sus mítines.

El presidente del Gobierno insufló optimismo a los suyos en su décimo aniversario como líder del PSOE. "Estamos mejor de lo que parece", les dijo. ¿Se lo cree?
Tiene poco que celebrar. El PSOE ha ido perdiendo sistemáticamente su perfil socialdemócrata, se ha convertido en un partido neoliberal en su gestión de la economía y ha renunciado a políticas de transformación social. Hay que celebrar que sacó las tropas de Irak gracias a la presión de IU y de la calle, o que aprobó leyes de derechos civiles. Es el canto de la chicharra, que no conduce a nada. Dirigió su mensaje a los que se han forrado, a la oligarquía financiera. Un discurso fracasado.
¿Añora IU el Zapatero de la oposición, cuando había complicidad?
No, porque en ese tiempo, de 2000 a 2004, también potenció el mismo modelo de desarrollo, el del ladrillo, el de toda España urbanizable.
Gaspar Llamazares, en el debate del estado de la nación, el 14 de julio, acusó al presidente de abrazar "el programa de la derecha". ¿No cree que las circunstancias han cambiado, que obliga la presión internacional, los mercados, el alto déficit...?
La pregunta es por qué un presidente del Gobierno tiene que decir a los trabajadores que han de sufrir para contentar a los mercados. Y la respuesta está en las políticas neoliberales que han aplicado PSOE y PP: adelgazar el Estado, enajenar las empresas públicas, bajar los impuestos a los ricos, privatizar los servicios. El poder financiero tiene más poder que la democracia. Ese es el drama. Zapatero vende que no hay más camino, que otros países hacen lo mismo. Mucha gente le ha creído, pero no es verdad.
Pero los mercados acosaban, dudaban de la solvencia de España. Hacía falta un mensaje rápido.
Me reuní con Zapatero en 2009, y Gaspar y yo hemos hecho propuestas concretas desde hace tiempo. Pero el Gobierno no ha querido adoptar las medidas necesarias. No ha aprobado una fiscalidad progresiva, no tiene voluntad de combatir el fraude fiscal. Según el sindicato de técnicos del Ministerio de Hacienda [Gestha], la economía sumergida alcanzó el 23,3% en 2009 y en los últimos 10 años se dejaron de ingresar 71.000 millones de euros por el fraude fiscal. ¿Por qué el Gobierno redujo un 6,1% la partida destinada a la Agencia Tributaria en los Presupuestos de 2010? Lo expresó Zapatero en el debate del estado de la nación: se quejaba de haber girado sus políticas a la derecha para acercarse a [Mariano] Rajoy y de que luego el PP no se lo votaba. Es infantilismo puro. Rajoy está a lo suyo, a llegar cuanto antes a la Moncloa, sin escrúpulo ninguno ni programa alternativo.
Zapatero aseguró que se está dejando la piel y lo seguirá haciendo. "Me cueste lo que me cueste", aseguró. ¿Quién es más electoralista, el PSOE o el resto de partidos, que no le apoyan?
El Gobierno no se deja la piel, se deja la piel de la gente, a la que hace sufrir. Ataca a su base social mientras permite que los responsables de la crisis se vayan de rositas. Zapatero es un siervo del mercado, del poder financiero internacional y la banca española. Sus medidas son absurdas porque no nos ayudarán a salir de la crisis. Zapatero está poniendo a Rajoy una alfombra azul para que llegue a la Moncloa. El PP crece –y no mucho, por la trama Gürtel– no por méritos propios, sino por el desastre de la política del Gobierno.
¿Sostiene que el presidente representa ya sólo a las élites y no a los trabajadores?
Por lo pronto, no va a ir a la fiesta minera de Rodiezmo, en León. Es la mejor imagen de su divorcio –cuando menos, coyuntural– con los trabajadores y con su sindicato, UGT. Zapatero miente cuando dice que es un presidente socialdemócrata. ¡Si estamos seis puntos por debajo de la media de la UE en gasto social, según los estudios de Vicenç Navarro! Un presidente de un Gobierno de una derecha moderada no haría una política distinta a la que él hace.
Se han anunciado más impuestos para los más ricos. ¿Con qué modelo dará su apoyo IU?
Hay dos elementos vitales que nos diferencian: la lucha contra el fraude y una reforma impositiva progresiva. En España la presión fiscal está en el 33%, frente al 39,3% de la media europea. Hemos hecho propuestas. Veremos si Zapatero las quiere aplicar. Las cosas no apuntan bien. El techo de gasto de 2011 se rebaja un 7,7%, hasta 122.256 millones. Esto indica que no hay previsión de más ingresos. Creo que sí adoptará alguna medida cosmética para decir que cobra más a los más ricos.
Hablando de altos salarios, aún late el conflicto de los controladores aéreos. ¿Son hijos de papá?
Algo de eso hay. Estoy en contra de que el Gobierno meta al Ejército en las torres de control, pero hay una situación viciada desde hace años. Antes cobraban de media 300.000 euros, con muchas horas extras. Tiene que haber jornadas dignas con salarios dignos, y no hacer huelgas encubiertas, con fraude de ley. ¿Por qué el salario más alto en toda la Administración no se iguala al del presidente del Gobierno [ahora, de 78.185,04 euros; antes del recorte, de 91.982,40 euros]? ¿Y por qué no se impone esa cifra como salario máximo en la empresa privada y en la Administración pública? ¿No puede vivir una persona con un sueldo de 91.000 euros? Es un salario digno y decente.
En el debate de la nación, Zapatero se comprometió a estudiar la reforma electoral, a pesar de que la subcomisión del Congreso se ha cerrado ya, hecho que dijo desconocer. ¿Tiene IU una respuesta? También hablaron de este asunto en la reunión que tuvieron en abril en Ferraz con José Blanco y Leire Pajín en Ferraz.
No. Zapatero prefiere que la derecha llegue al Gobierno antes que posibilitar que todos los votos de izquierdas se conviertan en diputados y que la política pueda girar. Eso es gravísimo. Me molestó el desprecio que le hizo a Gaspar. Se hizo el sueco. Yo no le doy credibilidad. PSOE y PP tienen blindado el sistema electoral, han pactado gobernar España con CiU y PNV. Aun así, no tiraremos la toalla.
Llamazares advirtió en el debate de que o el Gobierno rectificaba o habría ruptura total.
No es un problema de romper o no romper. La ruptura con el PSOE está hecha desde el momento en que se niega a reformar la ley electoral. Ahora bien, la política es racionalidad y sentido común. Si el Gobierno aprueba una medida que favorece a los trabajadores, como la prórroga de los 426 euros para los parados, como ha hecho en las resoluciones del debate de la nación, la apoyaremos. Estaremos ahí. Eso es raciocinio.
¿La geometría variable da algo más de si? ¿Percibe al Gobierno agotado?
Su política no es variable, es invariable: intenta hacer consensos con el PP, que luego no le vota. El Gobierno está agotado. Zapatero cambiará su Ejecutivo porque lo necesita. No tiene credibilidad. Ya sólo le salva algún ministerio. Zapatero está en declive, y su confianza bajo mínimos. Tomará alguna decisión en ese sentido. A mí no me importa tanto el cambio de Gobierno si no hay cambio de políticas. No me sirve de nada. En eso no está. El PSOE se ha abrazado al neoliberalismo puro y duro.
¿La geometría variable será sustituida por un pacto con el PNV?
El Gobierno intentará sacar los Presupuestos Generales del Estado de 2011. Vemos sus movimientos hacia un pacto con PNV, Coalición Canaria y Unión del Pueblo Navarro. Eso le dará más gasolina para continuar con sus políticas.
¿Anticipa un cambio de ciclo político?
Zapatero se está llevando por delante los gobiernos autonómicos del PSOE, y a muchos alcaldes, porque los debilita. Su política es indefendible.
El 29 de septiembre habrá huelga general. ¿Los sindicatos han tardado en convocarla? Usted fue lo primero que dijo el 14 de diciembre de 2008, cuando fue elegido coordinador federal.
Nosotros avanzamos esa idea porque veíamos una crisis muy profunda. Yo después me reuní con los cinco grandes sindicatos en la primavera de 2009 y luego a finales de año. En la primera ronda, ellos no veían la necesidad de la Huelga General para nada.
Insisto, ¿tardaron en darse cuenta?
Han tenido sus razones y hay que respetarlas. No voy a cuestionar sus decisiones, y menos con esta ofensiva feroz de la derecha contra los sindicatos. En 2009, pensaban que convocar una huelga general serviría para fustigar al Gobierno y anticipar la llegada de un Ejecutivo del PP, que podía endurecer la reforma laboral, que por aquellas fechas ni se había empezado a concretar apenas. Hubo un tiempo incluso en el que el PP alimentaba la idea de la huelga. Han fijado fecha cuando han visto la propuesta del Gobierno porque es un ataque directo a los trabajadores.
¿Teme que fracase? La de los funcionarios no marchó bien... Y la del 29-S queda lejos, con un verano en medio y la reforma previsiblemente ya aprobada tanto por el Congreso como por el Senado.
La huelga del 8 de junio fue precipitada. Ahora hay tiempo para hacer mucha pedagogía y llevar el mensaje. Hablamos del tijeretazo, el recorte de derechos de los trabajadores, el copago que se anuncia, el pensionazo... Cuando los trabajadores vean esa agresión tan fuerte...
¿Pero, y si fracasa la huelga?
Podrá haber un seguimiento del 60% o del 80%, no un fracaso. Se trata de dar un toque al Gobierno y al poder económico para que giren sus políticas.
¿La sociedad está desmovilizada? ¿Qué culpa tiene la izquierda?
Hay falta de conciencia sindical, sí. Es lo que llamo generación de cerebros tuneados. Falta profundizar en la conciencia de clase, sí. Ocurre que a veces cuando la llamada izquierda gobierna, mucha gente se echa a dormir. La izquierda, la democracia, no puede dormir nunca.
¿Los sindicatos han culminado su acercamiento a IU?Se vio una buena sintonía en la I Asamblea de Refundación, el pasado 26 de junio. ¿Están en luna de miel?
La paz interna, el clima en Izquierda Unida, el proyecto político y la gestión del Gobierno han ayudado. Las propuestas de CCOO y UGT entroncan con las nuestras y con las necesidades y sentimientos de los trabajadores. Y es que IU está nutrida de sindicalistas de todas las centrales. Nuestras relaciones son cordiales, fraternales, respetando la raya roja, la independencia de las organizaciones. Ni los sindicatos son correa de transmisión de IU ni al contrario.
¿No cree necesaria una mayor flexibilización en los contratos?
¿Es que han tenido muchos problemas para despedir a los trabajadores con la ley actual? ¡Si hoy el despido es libre! En la propuesta que presentamos en el Congreso –y que tumbaron esta semana PSOE y PP–, apostábamos por penalizar el empleo precario, por subvencionar la contratación estable. Es algo razonable. ¿Y no podemos repensar la jornada de 35 horas? Esta reforma generará más paro. Busca que los empresarios tengan más ganancias, despidan más barato y se rompa la negociación colectiva.
¿Qué lectura hace del resultado de las pruebas de estrés a la banca, que conocimos ayer viernes?
Primero, que la inyección de recursos públicos a la banca debió de haber contribuido a estos resultados. Segundo, que no hay razones para que los mercados ataquen la deuda pública de España. Vistos los números, la banca debe transformar los expedientes de desahucio en alquileres, inyectar liquidez a las pymes y recortar los bonus a sus ejecutivos. El Gobierno debería tasar los beneficios a la banca. Dada la robustez de las entidades financieras, hay más argumentos para defender la banca pública y utilizar para ello las cajas de ahorros.
Juzgaron el decreto ley de reforma de la Ley Orgánica de Cajas de Ahorros (LORCA), que se convalidó el miércoles, como un cambio "escandaloso". Las cajas no podían captar capital para salvarse, y también está la llamada a la despolitización. ¿No enturbia la gestión espectáculos como el dado por el PP con Caja Madrid?
¿Despolitizar? ¿De qué hablamos? Del desprestigio de lo público o de cargarnos la representación del pueblo en los órganos de toma de decisión. Lo que tenemos que hacer es trabajar por prestigiar la representación política del pueblo. El fondo del problema es que Zapatero nos dijo el 12 de mayo [cuando anunció el tijeretazo] que la democracia no valía nada, que era más débil que los mercados. Lo que hay detrás de la despolitización es terrorífico. El desprestigio de la política condujo al fascismo en los años 1930. Lo decía Bertolt Brecht: "El poder económico cede el poder político a cambio de la destrucción del movimiento obrero". No digo que estemos aún en eso.
Pasemos al Estatut. ¿Cree suficiente el compromiso entre Zapatero y José Montilla de desarrollar lo mutilado por el Tribunal Constitucional (TC) vía leyes estatales?
Lo que no es constitucional no se puede modificar con leyes. Habrá que cambiar la Constitución. Con el Estatut se superaron todos los trámites en Catalunya y en Madrid, y hubo un referéndum. Tras cuatro años, y con un TC sin renovar, la decisión sale viciada. Estaba claro que iba a sentar mal de todas formas.
¿La sentencia y los votos particulares contienen frases humillantes? ¿Hacía falta insistir tanto en la "indisoluble unidad de la nación española"?
Creo que no. El Estado no se va a romper. Tampoco entiendo que se metieran en el charco del preámbulo. Que Catalunya se sienta nación no afecta al tema jurídico. Ahora toca discutir los límites del Estado federal, cerrarlo, para que no haya una guerra sistemática con los nacionalistas, que cada vez quieren sacar más tajada del Estado. Nosotros vamos a trabajar en ello, a hacer una aportación constructiva, ideológica, intelectual sobre la organización del Estado federal.
¿Hay ruptura Catalunya-España? ¿Los catalanes están hartos?
Creo que no. La mayoría de los catalanes se sienten españoles y los españoles se sienten bien en Catalunya.
¿El Estatut mengua las expectativas electorales de Iniciativa per Catalunya Verds (ICV)-Esquerra Unida i Alternativa (EUiA), la marca de IU en Catalunya?
No creo, aunque influirá en el debate. Pero el acento se pondrá en la crisis, no tanto en el Estatut. Pero nuestra organización decidirá. Vamos a colaborar en campaña si nos lo piden.
¿Crecerá el independentismo?
La decisión del TC puede haber alimentado posiciones soberanistas, aunque creo que no es tan exagerado como se cree. La inmensa mayoría de los catalanes quiere seguir conviviendo en España, no la independencia.
Ayer llegaron otros cinco presos cubanos a España. ¿Cree que asoma una nueva etapa en la isla?
Una postura inteligente de la UE y de España sería eliminar ya la Posición Común [pactada en 1996 e impulsada por José María Aznar].
¿Se abre un nuevo escenario hacia una transición democrática, sin limitar derechos individuales?
Recordemos que aquí hay una dictadura de los mercados. En Cuba, hay un modelo distinto. No entiendo el empeño en cambiar la historia de Cuba y no tanto en resolver los problemas de Gaza. Me niego a que tengamos una doble vara de medir.
¿La izquierda no tiene una doble vara de medir con Cuba?
Veo mucha hipocresía. Cuba es noticia todos los días. ¿De verdad que el problema de este país es Cuba? ¿La gente tiene tantísimo interés en que Cuba tenga ese modelo de democracia que tenemos aquí, con una ley electoral así? ¿Podemos dar lecciones de democracia? Me niego a entrar en ese juego. El pueblo cubano tiene que tomar sus decisiones. ¿Qué bloqueo hemos hecho a Israel o a Marruecos, con los que tratamos directamente y donde se violan los derechos humanos diariamente? El cinismo no puede ser mayor.
¿El PP está azuzando a los disidentes?
Es una obviedad. No hay más que ver la foto de Esperanza Aguirre con los cubanos. A ver si se hace una foto con todos los inmigrantes de este país. Y por cierto, a ver si se les da el mismo tratamiento que a los ex presos cubanos.
Está pendiente el juicio a Baltasar Garzón por la memoria histórica. Al margen del resultado, ¿ha perdido parte de la guerra la izquierda por el ruido de la derecha?
No estará perdida hasta que no acabe. Quien perdió su batalla fue el Gobierno, al ser incapaz de restituir los daños de un Gobierno ilegítimo. La Ley de Memoria fue miedosa, corta, tibia. Lo que le ha pasado a Garzón es consecuencia de eso. Y él ha sido un juez justo que ha intentado hacer justicia con gente que tenía a sus muertos en la cuneta.
El PP, en el debate de la nación, pidió elecciones, pero no mostró su alternativa. ¿Por qué?
Porque es peor que la de Zapatero. Su política sería más dura y no se atreve a contarlo. Unas elecciones anticipadas no resolverían ningún problema. Lo que hace falta es un giro en la política económica de este país.
¿La ciudadanía castigará la corrupción? El PP sube en las encuestas.
Ha crecido la animadversión hacia la clase política, y ha influido la corrupción de PSOE y PP, aunque el caso del PP es más sangrante. La Gürtel no es una trama puntual. Está orquestada no desde las alcantarillas del partido, sino desde la dirección. Y además no toma medidas. Pasó de negarla, a decir que eran casos puntuales, luego afirmó que lo de Luis Bárcenas [el ex tesorero] era un caso aislado, luego arropó a sus acusados, sacó su código ético, atacó el aparato del Estado, habló de la conspiración judeomasónica contra el PP. Y ahora, con Carlos Fabra, presidente de la Diputación de Castellón [y por el que la Fiscalía Anticorrupción ha pedido 15 años de cárcel], no hará nada hasta que no haya condena. Así, ayuda al deterioro de la democracia de forma alarmante. Eso aleja a los ciudadanos. Esa desafección de la política es malo para la democracia, la izquierda. Favorece a los partidos conservadores, al poder financiero.
¿Qué pasa para que la izquierda no capitalice el descontento y no despunte en las encuestas?
Quedan los posos de la caída del Muro de Berlín y la Europa del Este.
¿Falta repensar la izquierda?
La socialdemocracia está repensada, igual que la izquierda. La batalla ideológica nos la ha ganado el sistema capitalista, diciendo que era el único posible. No es repensar, sino retomar los valores, las líneas ideológicas de la izquierda clásica y la moderna en el siglo XXI.
IU acaba de celebrar su I Asamblea de Refundación. Da la sensación de que todo avanza lento, de que hay resistencias.
No es una cuestión de familias. Todo el mundo habla de una gran refundación donde se pone patas arriba. Pero lo que hoy hay es un edificio, IU, con grietas, goteras, que hay que modernizar y fortalecer. Es un proceso lento que costará mucho porque hay muy poco organizado fuera de IU. ¿Qué tenemos fuera? ¿Brotes de gente que se marchó, partidos nacionalistas? No estamos por cargarnos el Estado federal, por movimientos independentistas que quieren atomizar el Estado. Hoy hace falta un Estado fuerte, descentralizado, con reparto de competencias, autogobierno, pero un Estado federal fuerte.
¿Cuándo va a cuajar?
No hay un punto final, ni un día D, ni una hora H donde se refunde toda la izquierda española. Y si existe, estará muy lejos. Hay que ir sumando, resolviendo conflictos y evitar los nuevos, que aún aparecen, como en Euskadi o en Illes Balears. Hay a veces determinadas posiciones personales, excesivas cabezas de ratón. Tenemos un edificio importante, con historia, tradición, gente, organización, y ese edificio debe modernizarse, reformarse, fortalecerse. Pero no puedo sumar con ERC, cuyo proyecto es independentista. El eje es la contradicción capital-trabajo y el polo verde. Los dos forman parte de la lucha contra el capitalismo.
¿Cuál es el saldo? A veces parece que hay más rupturas que sumas... En la misma Asamblea de Refundación una federación, Asturias, decidió no ir porque decidieron que acudieran como invitados los miembros del PCE asturiano que habían alentado candidaturas al margen de IU en 2007.
En la Asamblea de Refundación se dijo que se acogía todo el mundo. Ocurrió que Asturias vetó. Vinieron todos los críticos que quisieron. Estuvo incluso ICV. La invitamos y eso que acababa de declararnos no la guerra, pero sí de anunciar que montará un proyecto que va a competir con IU. Para mí la asamblea fue un éxito absoluto. Convivimos un 60% de gente de IU con gente de fuera. Caminamos en esa dirección, con los pies en el suelo, sin aventura. Y no podemos fracasar. Ahora estamos gestionando bien la diversidad. Estamos resolviendo bien la bicefalia entre Gaspar y yo, algo impensable en el PP o en el PSOE. Nuestro diputado está trabajando muy bien en el Parlamento. El PCE también resolvió bien su XVIII Congreso y apostando por IU...
¿Le molestó que ICV decidiera formar un foro estatal con otras formaciones de izquierdas?
Creo que se equivoca. Nos sitúa en una contradicción, no cabe duda. Estamos coaligados con ellos en Catalunya, vamos a ir junstos a elecciones. Es complicado estar juntos en campaña y enfrente en la provincia de al lado.
¿Cómo van a resolverlo?
Hablaremos con ellos, veremos hasta dónde quieren llegar. No creo queo que a la izquierda del PSOE quepan dos izquierdas distintas.
¿Su iniciativa no es síntoma quizá de ciertas carencias en IU, de que falta una mayor apertura, como por otra parte viene reclamando el sector 'gasparista' (IU Abierta)?
No tiene nada que ver. Queremos construir un proyecto federal, y no vamos a renunciar a él por las alianzas. IU está inmersa en un proceso que no es homogéneo, que es distinto en según qué federación. Cada una lleva distintos ritmos y tiempos y tiene relaciones distintas con los partidos de sus territorios.
¿Hay señales dudosas que podrían haberse evitado? Me refiero al adelantamiento de las candidaturas en algunas federaciones, como Madrid.
Ellas son soberanas en las tomas de decisiones.
¿Usted habría preferido una demora?
No voy a desautorizar a ninguna federación y a sus militantes. Soy respetuoso, por el respeto dado en la IX Asamblea Federal. Cuando saltó lo del apartamiento de Inés Sabanés en Madrid, lo dije: el principio de no injerencia es clave en esta organización.
¿Se conforma con el 6,5% que le dan las encuestas? ¿No le preocupa?
No, está claro que no es suficiente. Estamos en una línea ascendente y vamos a continuar así, y más con la desestructuración de la base social del PSOE y con los desencantados.
¿Estaría dispuesto a ser candidato a la Presidencia del Gobierno?
En IU estamos todos disponibles para todo. Yo soy un hombre de compromiso. Si llegado su momento, IU considera que el coordinador debe ser el candidato, tengo dos caminos, o me marcho o acepto. Y yo estoy comprometido con la política. Yo ni soy ambicioso en lo personal ni en lo político. No he luchado por el puesto, y eso es importante.
¿Pero le haría ilusión? ¿Se ve como diputado?
Si los ciudadanos quieren y estoy en la candidatura, estaré.
¿Es lo lógico, siendo el líder de IU?
Hasta ahora, siempre se ha hecho así, pero no tiene por qué seguir siendo así, que el coordinador sea el candidato. No tengo ilusión personal. Yo soy la antítesis de la vanidad. Soy una persona corriente, y eso a mucha gente la descoloca. Soy un hombre de concordia probada. Soy capaz de atar hilos, de unir, de no crear cizaña ni choque.
¿Para cuándo la remodelación de la ejecutiva, que anunció en noviembre de 2009?
No lo sé. No hay fecha. Para después de la huelga general en todo caso. No podemos despistarnos para nada.
¿Será muy profunda?
No, será sencilla, y no tendrá aristas. Ojalá pudiéramos tener un Gobierno a la sombra, para dar una respuesta a todos los problemas de España y a cualquier ministerio. Tenemos muchas limitaciones económicas para tener equipos y gabinetes. Nosotros recibimos 1,8 millones de euros del Estado. La Iglesia, unos 253 millones. Está claro, la ley electoral también nos castiga en lo económico.

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