El Secretario General del PCE, Jose Luis Centella, ha enviado una carta a los partidos y organizaciones sociales de las izquierdas, con las que tenemos relaciones, con el objeto de avanzar en la urgente necesidad de dar una respuesta unitaria al aumento de la tensión militarista que impulsa el imperialismo. Esta carta coincide en el tiempo con la reciente intervención de Fidel Castro en la Asamblea Popular de Cúba donde advertía del peligro de guerra que se cierne con una posible intervención contra Irán.
Reproducimos la carta enviada:
Secretaría General del PCE / 11 ago 10
La defensa de la paz debe ser un objetivo central en el trabajo de las fuerzas progresistas y de izquierdas en todo el planeta. Debe serlo, no solo porque como siempre, sea la clase trabajadora quien tiene mas que perder en cualquier conflicto armado, sino también porque la escalada de tensión armada le sirve al capitalismo para justificar su política de agresión contra los pueblos que no aceptan que los recursos naturales del planeta y los seres humanos se pongan al servicio de los intereses del capital.
Desde este objetivo, la defensa de la paz, tenemos que denunciar una fuerte escalada de la tensión bélica, que busca dos objetivos complementarios, por una parte preparar el terreno para justificar agresiones localizadas en las zonas del planeta que estan plantando cara con éxito al imperialismo y por la otra avanzar en el llamado primer mundo en lo que es un verdadero golpe de estado que implante la dictadura del capital.
A pesar del fracaso evidente del modelo neoliberal, que es el origen y la causa inmediata de la crisis mas grave que ha sufrido el mundo desde la II Guerra Mundial, la tensión militar que provoca el imperialismo busca justificar la imposición de formas de dominio económico con recetas que sólo favorecen a las grandes empresas, la banca y a las corporaciones que quieren que los pueblos paguen el costo de la crisis.
Por ello el Partido de la Izquierda Europea, el Foro de Sao Paulo, y todas las organizaciones de progreso deben volcarse en la defensa de la paz, para avanzar en el camino hacia el cambio radical y de una alternativa a la bancarrota del neoliberalismo y del capitalismo a nivel mundial, un verdadero cambio de sistema que sitúe las soluciones no en el beneficio empresarial sino en la consecución del pleno empleo y la conservación del medio ambiente, la defensa de un Estado del bienestar para todos/as los/as habitantes del planeta, el derecho a la salud y a la educación, y al control universal, público y social de los recursos estratégicos, la supresión de los paraísos fiscales y de las transacciones financieras y la fiscalidad del capital especulativo, la igualdad entre hombres y mujeres, por la justicia social y la lucha contra las crecientes desigualdades sociales que este modelo produce.
El capital y su expresión imperialista necesita generar tensión para utilizarla en su beneficio desde los medios de comunicación de masas tratando de convencer a los pueblos de que todo aquel que se opone a su dominio sobre los recursos naturales del planeta es un terrible enemigo de la humanidad contra el que está justificado el uso de la fuerza militar.
Es por ello que esta apuesta por la defensa de la Paz se debe hacer desde la defensa de una democracia social y política participativa y de unas relaciones internacionales basadas en la multipolaridad, la igualdad en el trato entre estados y la solidaridad entre pueblos.
Pero también se hace para denunciar que estamos asistiendo a algo más que a un intento del capital de que la crisis la paguemos los/as trabajadores/as. Lo que se esta dando en realidad es un intento de implantar una dictadura del capital, y trasladar todo el poder a instituciones supranacionales como el Banco Central Europeo, el Fondo Monetario Internacional o el Banco Mundial, instituciones que no solo no pueden ser controladas desde la soberanía nacional sino que hacen gala de que imponen a los gobiernos y parlamentos nacionales el marco en el que tienen que tomar sus decisiones, en función de un supuesto interés de los mercados, a pesar de que en la mayoría de los casos este interés es abiertamente contrario al interés general de los hombres y mujeres a los que afectan directamente estas políticas impuestas por el BM o el FMI.
Es necesaria una respuesta, pero coordinada desde todas las organizaciones sociales, sindicales y políticas que planteen desenmascarar esta escalada de tensión prebélica, es necesario hacer un llamamiento a la defensa de una paz que permita a los pueblos alcanzar un desarrollo que parta, de poner los recursos naturales del planeta al servicio de la mayoría de las personas y que busque utilizar los avances de todo tipo, médicos, tecnológicos,... en la mejora de la calidad de vida de los seres humanos en su conjunto y no en el enriquecimiento de unos pocos.
Es el momento de hacer realidad estos planteamientos que mueven a tantas personas en todo el mundo y movilizar todos los recursos a nuestro alcance para generar un movimiento mundial que desde las organizaciones de base, de una forma muy abierta y participativa incluya en todos los encuentros regionales o mundiales un punto del orden del día con este tema: Acciones para consolidar un movimiento mundial en defensa de la paz y contra el militarismo, por la transformación de los presupuestos militares en gasto sociales.
El PCE trabajará en los foros sociales, el foro de Sau Paulo, el Partido de la Izquierda Europea, el Encuentro de Partidos Comunistas y Obreros, y en todos los espacios internacionales donde esté presente, para conseguir declaraciones, iniciativas y acciones que pongan de relieve la necesidad de que las NN.UU. y otros organismos internacionales asuman su verdadero papel por encima de las presiones imperialistas y sitúen la defensa de una paz justa como su principal objetivo, e incluso cuando se den las condiciones plantearemos la realización de un encuentro mundial en defensa de la paz, en el que debemos implicar a las fuerzas de la cultura, premios nobeles y otras personalidades , agentes sociales y a cuantos/as quieran situar la defensa del planeta Tierra por encima de cualquier otro objetivo.
José L. Centella Gómez
Secretario General PCE
Reproducimos la carta enviada:
Secretaría General del PCE / 11 ago 10
La defensa de la paz debe ser un objetivo central en el trabajo de las fuerzas progresistas y de izquierdas en todo el planeta. Debe serlo, no solo porque como siempre, sea la clase trabajadora quien tiene mas que perder en cualquier conflicto armado, sino también porque la escalada de tensión armada le sirve al capitalismo para justificar su política de agresión contra los pueblos que no aceptan que los recursos naturales del planeta y los seres humanos se pongan al servicio de los intereses del capital.
Desde este objetivo, la defensa de la paz, tenemos que denunciar una fuerte escalada de la tensión bélica, que busca dos objetivos complementarios, por una parte preparar el terreno para justificar agresiones localizadas en las zonas del planeta que estan plantando cara con éxito al imperialismo y por la otra avanzar en el llamado primer mundo en lo que es un verdadero golpe de estado que implante la dictadura del capital.
A pesar del fracaso evidente del modelo neoliberal, que es el origen y la causa inmediata de la crisis mas grave que ha sufrido el mundo desde la II Guerra Mundial, la tensión militar que provoca el imperialismo busca justificar la imposición de formas de dominio económico con recetas que sólo favorecen a las grandes empresas, la banca y a las corporaciones que quieren que los pueblos paguen el costo de la crisis.
Por ello el Partido de la Izquierda Europea, el Foro de Sao Paulo, y todas las organizaciones de progreso deben volcarse en la defensa de la paz, para avanzar en el camino hacia el cambio radical y de una alternativa a la bancarrota del neoliberalismo y del capitalismo a nivel mundial, un verdadero cambio de sistema que sitúe las soluciones no en el beneficio empresarial sino en la consecución del pleno empleo y la conservación del medio ambiente, la defensa de un Estado del bienestar para todos/as los/as habitantes del planeta, el derecho a la salud y a la educación, y al control universal, público y social de los recursos estratégicos, la supresión de los paraísos fiscales y de las transacciones financieras y la fiscalidad del capital especulativo, la igualdad entre hombres y mujeres, por la justicia social y la lucha contra las crecientes desigualdades sociales que este modelo produce.
El capital y su expresión imperialista necesita generar tensión para utilizarla en su beneficio desde los medios de comunicación de masas tratando de convencer a los pueblos de que todo aquel que se opone a su dominio sobre los recursos naturales del planeta es un terrible enemigo de la humanidad contra el que está justificado el uso de la fuerza militar.
Es por ello que esta apuesta por la defensa de la Paz se debe hacer desde la defensa de una democracia social y política participativa y de unas relaciones internacionales basadas en la multipolaridad, la igualdad en el trato entre estados y la solidaridad entre pueblos.
Pero también se hace para denunciar que estamos asistiendo a algo más que a un intento del capital de que la crisis la paguemos los/as trabajadores/as. Lo que se esta dando en realidad es un intento de implantar una dictadura del capital, y trasladar todo el poder a instituciones supranacionales como el Banco Central Europeo, el Fondo Monetario Internacional o el Banco Mundial, instituciones que no solo no pueden ser controladas desde la soberanía nacional sino que hacen gala de que imponen a los gobiernos y parlamentos nacionales el marco en el que tienen que tomar sus decisiones, en función de un supuesto interés de los mercados, a pesar de que en la mayoría de los casos este interés es abiertamente contrario al interés general de los hombres y mujeres a los que afectan directamente estas políticas impuestas por el BM o el FMI.
Es necesaria una respuesta, pero coordinada desde todas las organizaciones sociales, sindicales y políticas que planteen desenmascarar esta escalada de tensión prebélica, es necesario hacer un llamamiento a la defensa de una paz que permita a los pueblos alcanzar un desarrollo que parta, de poner los recursos naturales del planeta al servicio de la mayoría de las personas y que busque utilizar los avances de todo tipo, médicos, tecnológicos,... en la mejora de la calidad de vida de los seres humanos en su conjunto y no en el enriquecimiento de unos pocos.
Es el momento de hacer realidad estos planteamientos que mueven a tantas personas en todo el mundo y movilizar todos los recursos a nuestro alcance para generar un movimiento mundial que desde las organizaciones de base, de una forma muy abierta y participativa incluya en todos los encuentros regionales o mundiales un punto del orden del día con este tema: Acciones para consolidar un movimiento mundial en defensa de la paz y contra el militarismo, por la transformación de los presupuestos militares en gasto sociales.
El PCE trabajará en los foros sociales, el foro de Sau Paulo, el Partido de la Izquierda Europea, el Encuentro de Partidos Comunistas y Obreros, y en todos los espacios internacionales donde esté presente, para conseguir declaraciones, iniciativas y acciones que pongan de relieve la necesidad de que las NN.UU. y otros organismos internacionales asuman su verdadero papel por encima de las presiones imperialistas y sitúen la defensa de una paz justa como su principal objetivo, e incluso cuando se den las condiciones plantearemos la realización de un encuentro mundial en defensa de la paz, en el que debemos implicar a las fuerzas de la cultura, premios nobeles y otras personalidades , agentes sociales y a cuantos/as quieran situar la defensa del planeta Tierra por encima de cualquier otro objetivo.
José L. Centella Gómez
Secretario General PCE
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