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martes, 11 de agosto de 2009

Antonio Romero exige a Zapatero la anulación de la condena a Blas Infante y todos los juicios franquistas

Carta abierta a Zapatero
El 10 de agosto de 1936 caía fusilado, en el kilómetro 4 de la carretera de Carmona, Blas Infante. En aquellos días los generales golpistas junto a los falangistas organizaban "sacas" en todos los pueblos y ciudades donde triunfó la sublevación fascista y fusilaban a los representantes de las instituciones republicanas, a los militantes de los partidos de izquierda, de los sindicatos y a los simpatizantes de la República. Se trataba de sembrar el terror.
Se asesinaba sin juicios previos, más tarde se celebraron farsas de juicios sumarísimos sin derecho a la defensa y sin ninguna garantía. Sobre Blas Infante pesa una condena dictada el 4 de mayo de 1940, cuatro años después de su asesinato. Con estas sentencias el franquismo quería dar cobertura jurídica al golpe al tiempo que aceptaba un régimen fascista.
¿Puede y debe la democracia española anular los juicios franquistas a los republicanos y republicanas? Puede y debe hacerlo, lo ha hecho Alemania, anulando los juicios nazis. El Gobierno de Rodríguez Zapatero con la actual Ley de Memoria Histórica a lo más que llega es a extender un certificado de buena conducta de rehabilitación declarando ilegítimos los juicios franquistas.
¿Quiénes son ustedes señores Zapatero, De la Vega, Caamaño... para dar certificados de buena conducta a las personas que murieron en defensa de la legalidad republicana al tiempo que no declaran ilegales ni nulos los juicios en los que fueron condenados?
Señores del Gobierno, no solo fueron ilegítimos sino ilegales y si no se anulan por seguridad jurídica dándolos como cosa juzgada, la democracia actual se asienta en una malla de legajos con sentencias anegadas en sangre de los que defendieron a la Segunda República frente al golpe fascista.
Es más pesado para la memoria de los fusilados el hecho de que las sentencias continúen en vigor, que las toneladas de tierra que les cubre desde hace 74 años en los olivares, cunetas y tapias de los cementerios de España.
Si esta democracia reconoce en el Estatuto de Autonomía, que es una Ley Orgánica del bloque constitucional, a Blas Infante como padre de la patria andaluza, y ello convive con una sentencia franquista que le condena, esta democracia me da vergüenza. Si el Estado de Derecho da por buenos los juicios sumarísimos, este Estado de Derecho se asienta en una herencia jurídicamente podrida.
Si ustedes en el gobierno, señor Zapatero, sólo dan diplomas a los descendientes de aquellos héroes, esta democracia está enferma.
Si quedan a efectos jurídicos legalmente juzgados como rebeldes y desleales a España los defensores de legalidad republicana y los golpistas y traidores como tribunales que establecían el orden jurídico, esta democracia me da vergüenza.
Ni Blas Infante, ni Lluís Companys, ni García Lorca, ni los miles de hombres y mujeres del pueblo necesitan que ustedes les rehabiliten, ya les ha rehabilitado la historia, individual y colectivamente.
¿No serán ustedes, señores del Gobierno, los que necesitan una rehabilitación como demócratas?
Antonio Romero Ruiz
Ex Parlamentario de IULV-CA

Secretario Político del PCA-Málaga

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