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lunes, 12 de septiembre de 2011

Crónicas desde El Cairo del camarada Manu Pineda en su camino a Gaza (I)

Disculpad la demora en la elaboración de esta crónica, pero es que a mi pereza natural a la hora de escribir, se le han sumado los efectos de una intoxicación por bombas lacrimógenas de fabricación israelí que, al menos a mí, me provocan mucho sueño.
El viernes fue un día que generaba mucha expectación. Se había convocado por parte de toda la oposición, una concentración en la Plaza de Tahrir, para exigir el final de los juicios militares, y la convocatoria de elecciones democráticas.
El hecho de que se estén celebrando juicios militares en aplicación del estado de emergencia en vigor desde el 81, supone que a manifestantes de la Revolución de Enero le están cayendo penas de 3, 4, 7 y 25 años, incluso varias cadenas perpetuas, en juicios sumarísimos con sentencia en 4 días, y con un acceso a la defensa muy limitado.
En las vísperas de esta concentración, se desmarcaron los hermanos musulmanes y los salafíes, sin aclarar mucho los motivos. Estos dos grupos son los más influyentes en el pueblo egipcio, y su desmarque supuso que se desinflara bastante la protesta.
Por la tarde, un grupo numeroso de manifestantes, varios miles, se trasladó a la embajada sionista en El Cairo con martillos e ira. El edificio de la embajada había sido protegido por un muro de hormigón, después de la última concentración de protesta, tanto dentro como fuera de este muro había una cantidad considerable de militares con tanquetas.
Los manifestantes pudieron llegar al muro y echarlo abajo sin ninguna oposición de los militares. Una vez derribado el muro la gente confraternizó con los militares que estaban rodeando el edificio, se subieron a las tanquetas, los abrazaban…y un par de jóvenes, imitando al actual héroe nacional de Egipto, Flagman (os recomiendo que busquéis en youtube “Flagman Egypt”)  empezaron a subir por el exterior del edificio hasta la novena planta, como si de Spiderman se tratara. Y consiguieron llegar.
A todo esto, los militares se limitaban a mirar, como el resto de las personas que estábamos allí.
Del mismo modo que el Flagman original, quitaron la bandera sionista, y la sustituyeron por la egipcia, pero a diferencia de éste, no se limitaron a esto, sino que entraron en el interior de dependencias de la embajada y empezaron a tirar documentos por la ventana. Cuando llevaban una media hora haciendo esto, empezó a arder lo que creíamos que era la embajada, aunque después nos han dicho que no era la embajada en sí, sino el almacén de documentos de ésta. La euforia de los que estamos contemplando esto es indescriptible, yo creo que no he vivido un entusiasmo colectivo tan grande nunca. Las caras de las personas que estábamos allí transmitían a la vez gran cantidad de satisfacción y odio. Me faltan recursos para explicar ese ambiente.
En esto llegó la policía, y se le quemaron una lechera y dos o tres coches.
Ya subieron soldados a la embajada para desalojarla, y salvarle el culo (de eso ya nos enteramos con posterioridad por la prensa) a seis miembros de la seguridad de israhell.
Ya avanzada la noche, en torno a las doce, llegaron 25 tanquetas militares más, que se fueron situando delante de la embajada saudí, justo al lado de la de israhell. Y empezaron a disparar bombas lacrimógenas (de fabricación israelí, ya las probamos en Grecia) y lo que pensábamos que eran disparos intimidatorios de algún tipo de munición que no fuese fuego real.
Empezaron a caer los manifestantes que eran más sensibles a este gas, y los heridos por los otros disparos. Se empezó a hablar de muertos por las balas. En ese momento no creí que eso fuera verdad, pensaba que era una exageración de los manifestantes más alarmistas. Me enseñaros los casquillos de bala, pero aún sin tener conocimientos en materia de armas, me atreví a considerar que eran unos casquillos demasiado grandes para ser balas de verdad (en un álbum que estoy subiendo poco a poco a Hotmail, conforme me va dejando la lenta conexión a internet que tengo, podéis ir viendo las fotos)
Me equivoqué, el saldo es de 1040 heridos y 4 muertos, tres de ellos por fuego real.
Mi análisis es que el ejército dejo hacer deliberadamente por motivos espurios, y que cuando la cosa se le fue más allá de lo previsto, la reacción fue tremenda.
La subvenciones de EEUU al Ejército egipcio son muy importantes para el gobierno-ejército, y éste es un modo de manifestar lo interesante que es para EEUU-israhell que ese flujo de dinero se mantenga e incluso se incremente. Por otro lado, esto ha servido de justificación para intensificar el Estado de Emergencia.
Desde hoy 12/9:
- Se han recortado el derecho de prensa, siendo perseguible cualquier información que “mienta de liberadamente”
- Se ha recortado el derecho de huelga y de manifestación, y se perseguirá por la ley militar a los miembros de los piquetes y los manifestantes que corten el tráfico.
- Se autoriza a disparar contra los que incumplan estas restricciones.
El sábado fue detenido un productor técnico de Al Jazeera, fue llevado a comisaría, y cuando fue puesto en libertad, denunció que había sido torturado brutalmente. Lo único que concretó fue que le habían estado aplicando descargas eléctricas toda la noche, y que había sido peor que en los tiempos de Mubarak. Hay determinadas prácticas habituales en las torturas en las comisarías egipcias que nunca serían explicitadas por las víctimas porque le suponen una deshonra.
El domingo fue asaltada la sede de Al Jazeera Egipto por la policía. Les quitaron todos los equipos técnicos y le retiraron el permiso para ejercer el periodismo en Egipto. Esto mismo le ocurrió a otros quince medios, pero de menor importancia que la agencia qatarí.
En la continuación de las protestas en la embajada, el sábado, la represión fue muchas más intensa. Se repartieron palos a discreción, los heridos fueron centenares, chicas jóvenes, ancianos, … y grupos lumpen hicieron el trabajo sucio de la policía en el asunto de echar a los extranjeros, especialmente a periodistas. Percibo cierta sensación de paranoia colectiva, tanto en los activistas pro revolución respecto a los extranjeros, como de los extranjeros (especialmente, los periodistas) respecto a los servicios secretos y sus lacayos. Aquí todo el mundo ve espías por todos lados.
Esta intensificación del estado de emergencia puede llevar a un nuevo aplazamiento del anuncio de elecciones. La jugada le está saliendo redonda a la junta militar.
Respecto a la referencia política de los egipcios, pienso que los únicos partidos-movimientos con estructura organizativa, base amplia y capacidad real de movilización son los partidos islamistas, principalmente los Hermanos Musulmanes y los Salafistas. 
Sería pretencioso por mi parte tratar de exponer una tesis rigurosa al respecto, llevando aquí sólo veinte días, y más si añadimos las dificultades que tengo con el idioma. Pero la sensación que percibo tras charla con bastante gente de aquí, es que si se celebrasen ahora elecciones, el conjunto de candidaturas de corte religioso  tendrían un papel casi hegemónico en el nuevo parlamento.
Los partidos de izquierdas están muy atomizados, y a pesar de intentar constantemente llegar a una especie de candidatura de unidad popular, las diferencias ideológicas, el afán de protagonismo de los dirigentes de muchos de estos partidos, y las maniobras de los aparatos del estado, dificultan mucho que este intento cuaje.
El papel de las organizaciones obreras está siendo muy discreto en toda esta etapa, o al menos así lo percibo yo.
Seguiré informándoos en la medida en que considere que hay temas de interés, yo sigo esperando el permiso para cruzar a Gaza.
Abrazos Fraternales.
Manu Pineda
Componente de la II Flotilla “Rumbo a Gaza”, sindicalista de CCOO y militante del PCA e IULV-CA de Málaga

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