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jueves, 27 de marzo de 2014

22M: Un nuevo camino

José Manuel Luque
Secretario Político del Comité Local del PCA de Málaga
Lo que viví el 22M
Llegamos a Madrid a acompañar la última etapa de las 6 columnas finales de las marchas de la Dignidad. Estábamos seguros de que íbamos a ser cientos de miles. Tal vez no tendríamos la movilización más grande pero sí la más ilusionante, unitaria y esperanzadora. 300.00, 400.000 personas hubieran sido suficientes para confirmar que no habíamos llegado para irnos, que habíamos venido para quedarnos, para hacer de esta demostración no un final sino un principio.
Llegué a Plaza de España refunfuñando la directriz de confluencia en ese punto de Izquierda Unida y el PCE para incorporarnos a la marcha a la altura de Cibeles (si confluíamos tod@s las columnas y mareas se iban a quedar huérfanas de nuestra presencia). Y allí nos congregamos unos 10.000 afiliados y simpatizantes. Llegamos a Cibeles a las 16:00, una hora antes del inicio de la manifestación. Miré a mi derecha, al Paseo del Prado y a pocos cientos de metros se divisaba una masa humana compacta. Volví a mirar el reloj, sí, eran las 16:00. Llamé a un camarada que estaba en la pancarta de cabecera y le pregunté que por qué habían salido una hora antes. No habían salido y les iba a ser difícil hacerlo, un kilómetro y medio de personas estaban ya delante de ellos. Miré a mi derecha y también Recoletos hacia Colón estaba llena y se incorporaban por miles desde Alcalá. El recorrido iba a quedar pequeño.
Fuimos, sin duda muchos más de un millón de personas. Una de las manifestaciones más grandes de la historia de este país y, desde luego la más grande realizada contra las políticas de este Gobierno.
De fuera de Madrid, pagando el precio del transporte y aportando para que algunos otros pudieran llegar no podíamos ser más de 100.000. Esta vez Madrid había respondido y era reflejo del estado de opinión general del país.
Se ha abierto un nuevo camino
El éxito de esta movilización y de las redes que se han tejido para su continuidad abre un nuevo camino, una forma de organizar la lucha que puede conducirnos a la victoria. Hasta ahora las movilizaciones, que no habían conseguido este tamaño,  provenían:
a) de la iniciativa sindical, dirigida por CCOO y UGT que parecía la única de articular contestación masiva.
b) de convocatorias "blancas" con pretensión de que sólo la "ciudadanía desorganizada" tenía capacidad de respuesta atrayente para los indignados con este sistema.
Ha quedado claro que no, que hay un camino posible en la confluencia de todos y todas los que estén dispuestos. Llenamos Madrid de personas y banderas, de ciudadanos y colectivos marchando por la dignidad.
Ahora sabemos que podemos articular una respuesta social con capacidad de enfrentarse a este sistema que se ha reconstituido eliminando la democracia real y poniendo los bolsillos de todos al servicio del capital financiero y especulativo.
Nos queda por ganar para esta batalla a unas estructuras sindicales aún muy pendientes de su protagonismo, de su papel institucional e indecisas en articular un enfrentamiento real con el gobierno y sus sicarios. Con ellos, que siguen siendo la mayor estructura de la clase obrera de este país será más fácil, pero sin ellos ahora sabemos que es posible. En sus manos está dar un aldabonazo importantísimo a esta lucha o retardarla. La afiliación crítica de UGT y CCOO tenemos que ganar este pulso y ganarlo pronto.
El miedo ha cambiado de bando
El boicot a la información previa, la desinformación durante los días de la movilización en Madrid y la actuación policial desmedida no han tenido, en este grado, precedentes. Y no podía ser de otra manera, era esta una movilización real, alternativa, antisistema. En su intento de negarla y tergiversarla se ha llegado al extremo de dar 36.000 participantes en un mundo como el actual en que internet permite difundir fotos donde se muestra el tamaño real de la movilización, en un mundo donde sin dinero, sin apoyo mediático podemos estar millones unidos y movilizados.
Y este es otro muro que ha caído. Nuestras fuerzas son suficientes para poder comunicarnos con buena parte de la ciudadanía y organizarla. En nuestras manos está seguir acertando y jugar el papel de organización de la rebelión.
En lo político hay alternativa y se llama Izquierda Unida
Otra de las imágenes que más me impresionó de la manifestación de la tarde del  22M fue la presencia del PCE e Izquierda Unida. A pesar del importante tamaño del cortejo propio en todas las columnas, mareas, en cada espacio de la manifestación estaban presentes nuestras banderas. Muchas de ellas llevaban guardadas en las casas años y volvieron a cogerse. Y muchos más las buscaban y ya no quedaban. Somos el gran referente político de la dignidad de este país. Y lo hemos hecho desde la perseverancia, y la humildad, sin querer usurpar espacios, trabajando para el proyecto común, respetando el protagonismo de las organizaciones sociales, aceptando críticas a nuestras deficiencias, las compartamos enteramente o no. Sabemos que es más lo que nos une que lo que nos separa y tenemos la obligación de construir lo que hay y aportar a que se amplíe. Tenemos que construir la Alternativa política al PP y al PSOE porque ambos son siervos de nuestro enemigo real: la troika.
Va a haber un antes y un después, sin duda del 22M. Va a haber proceso constituyente y va a haber Republica otra vez.
Proxíma Estación: 14 de Abril.

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