Manifiesto de apoyo del PCE a la Jornada Mundial de Lucha por un Trabajo Digno
Secretaría del Mundo del Trabajo del PCE
- Por un empleo de calidad y con derechos
- Por la retirada de la Directiva europea de los 65 horas
- Contra la pobreza y las desigualdades
- Organización y movilización
El próximo día 7 de octubre todos los trabajadores y las trabajadoras del mundo estamos convocados por la Confederación Sindical Internacional (CSI) a una jornada reivindicativa por el trabajo decente.
Una convocatoria que cobra especial relevancia e importancia por tratarse de la primera vez en la historia que estamos llamados a movilizarnos a lo largo del planeta con un objetivo común: empleo de calidad, con derechos, protección básica y derechos sindicales.
La Confederación Sindical Internacional, que agrupa a organizaciones sindicales de 155 países, acordó en su congreso fundacional celebrado en noviembre de 2006 en Viena, realizar una acción conjunta en torno a la defensa de los derechos de los trabajadores, por la erradicación de la pobreza y las desigualdades en todo el mundo.
La globalización neoliberal ha demostrado su incapacidad para satisfacer las necesidades más elementales de la humanidad, más bien al contrario, ha sumido a regiones y pueblos enteros en la pobreza y la explotación, las desigualdades entre países y dentro de ellos, entre las clases sociales, se ha agrandado de forma alarmante en beneficio del capital y de los grupos poderosos.
La jornada reivindicativa del 7 de octubre debe servir para sensibilizar, debatir, organizar y movilizar a la ciudadanía en contra de esta dramática situación, abriendo el camino hacia otro modelo económico y social que ponga en el centro de sus políticas el bienestar del ser humano.
Esta jornada, además, se celebra en un contexto de crisis económica sin precedentes, la frenética actividad especulativo del capital en busca del máximo beneficio que ha ido a parar a muy pocas manos durante años, toca a su fin. Ahora cuando la estructura se tambalea, aquellos defensores a ultranza del libre mercado sin regulación ni intervención de los poderes públicos, piden que se intervenga con fondos del Estado, que paguen los ciudadanos los desmanes del capitalismo, todo un despropósito que se ajusta a aquella máxima neoliberal: privatizar los beneficios y socializar las pérdidas.
El rechazo de la Directiva Europea de ordenación del tiempo de trabajo que establece una jornada laboral de 65 horas semanales, será también una parte importante de las reivindicaciones de la jornada del día 7 en todos los países europeos.
La reducción de la jornada laboral ha sido una reivindicación histórica del movimiento obrero y un triunfo de las fuerzas del trabajo sobre el capital, arrebatándole parte del excedente empresarial a través de la reducción del tiempo de trabajo. De plena vigencia hoy en nuestro país con la exigencia de la implantación de las 35 horas, sin reducción salarial.
Esta Directiva viene a ser la manifestación más clara de la aplicación del Tratado para la Unión Europea cuya orientación conservadora y neoliberal se pone al servicio del mercado y de los intereses de las grandes multinacionales, grupos económicos y financieros, condenando a los trabajadores y trabajadoras europeas a incrementos de jornada, nuevas formas de precariedad y nuevas formas de flexibilidad laboral.
La ampliación de la jornada atenta, con claridad, contra el reparto del empleo en una Europa que dice, falsamente, caminar hacia el pleno empleo. Atenta contra el reparto de la riqueza cuando, falsamente, los poderosos nos hablan de la Europa del bienestar y de la justicia social. Atenta contra la conciliación de la vida laboral y familiar en pleno discurso europeo por la igualdad. Atenta contra la salud y la calidad de vida de la clase trabajadora al pretender condenarla a largas y extenuantes jornadas de trabajo. Atenta contra la negociación colectiva de las condiciones laborales, al abrir la posibilidad de negociar la jornada de forma individual entre el trabajador y el empresario.
Por todo ello, el Partido Comunista de España se suma con entusiasmo a esta jornada de lucha y hace un llamamiento a sus afiliados y al conjunto de trabajadores y trabajadoras para una participación masiva en todas y cada una de las acciones reivindicativas que se organicen a lo largo y ancho de nuestro país, en la convicción de que este día 7 de octubre debe ser el principio de un proceso largo de acumulación de fuerzas políticas, sociales y sindicales de izquierda que organicen la resistencia ante la tentación de patronales y grandes grupos económicos y financieros por hacer pagar la crisis a la clase trabajadora.
El próximo día 7 de octubre todos los trabajadores y las trabajadoras del mundo estamos convocados por la Confederación Sindical Internacional (CSI) a una jornada reivindicativa por el trabajo decente.
Una convocatoria que cobra especial relevancia e importancia por tratarse de la primera vez en la historia que estamos llamados a movilizarnos a lo largo del planeta con un objetivo común: empleo de calidad, con derechos, protección básica y derechos sindicales.
La Confederación Sindical Internacional, que agrupa a organizaciones sindicales de 155 países, acordó en su congreso fundacional celebrado en noviembre de 2006 en Viena, realizar una acción conjunta en torno a la defensa de los derechos de los trabajadores, por la erradicación de la pobreza y las desigualdades en todo el mundo.
La globalización neoliberal ha demostrado su incapacidad para satisfacer las necesidades más elementales de la humanidad, más bien al contrario, ha sumido a regiones y pueblos enteros en la pobreza y la explotación, las desigualdades entre países y dentro de ellos, entre las clases sociales, se ha agrandado de forma alarmante en beneficio del capital y de los grupos poderosos.
La jornada reivindicativa del 7 de octubre debe servir para sensibilizar, debatir, organizar y movilizar a la ciudadanía en contra de esta dramática situación, abriendo el camino hacia otro modelo económico y social que ponga en el centro de sus políticas el bienestar del ser humano.
Esta jornada, además, se celebra en un contexto de crisis económica sin precedentes, la frenética actividad especulativo del capital en busca del máximo beneficio que ha ido a parar a muy pocas manos durante años, toca a su fin. Ahora cuando la estructura se tambalea, aquellos defensores a ultranza del libre mercado sin regulación ni intervención de los poderes públicos, piden que se intervenga con fondos del Estado, que paguen los ciudadanos los desmanes del capitalismo, todo un despropósito que se ajusta a aquella máxima neoliberal: privatizar los beneficios y socializar las pérdidas.
El rechazo de la Directiva Europea de ordenación del tiempo de trabajo que establece una jornada laboral de 65 horas semanales, será también una parte importante de las reivindicaciones de la jornada del día 7 en todos los países europeos.
La reducción de la jornada laboral ha sido una reivindicación histórica del movimiento obrero y un triunfo de las fuerzas del trabajo sobre el capital, arrebatándole parte del excedente empresarial a través de la reducción del tiempo de trabajo. De plena vigencia hoy en nuestro país con la exigencia de la implantación de las 35 horas, sin reducción salarial.
Esta Directiva viene a ser la manifestación más clara de la aplicación del Tratado para la Unión Europea cuya orientación conservadora y neoliberal se pone al servicio del mercado y de los intereses de las grandes multinacionales, grupos económicos y financieros, condenando a los trabajadores y trabajadoras europeas a incrementos de jornada, nuevas formas de precariedad y nuevas formas de flexibilidad laboral.
La ampliación de la jornada atenta, con claridad, contra el reparto del empleo en una Europa que dice, falsamente, caminar hacia el pleno empleo. Atenta contra el reparto de la riqueza cuando, falsamente, los poderosos nos hablan de la Europa del bienestar y de la justicia social. Atenta contra la conciliación de la vida laboral y familiar en pleno discurso europeo por la igualdad. Atenta contra la salud y la calidad de vida de la clase trabajadora al pretender condenarla a largas y extenuantes jornadas de trabajo. Atenta contra la negociación colectiva de las condiciones laborales, al abrir la posibilidad de negociar la jornada de forma individual entre el trabajador y el empresario.
Por todo ello, el Partido Comunista de España se suma con entusiasmo a esta jornada de lucha y hace un llamamiento a sus afiliados y al conjunto de trabajadores y trabajadoras para una participación masiva en todas y cada una de las acciones reivindicativas que se organicen a lo largo y ancho de nuestro país, en la convicción de que este día 7 de octubre debe ser el principio de un proceso largo de acumulación de fuerzas políticas, sociales y sindicales de izquierda que organicen la resistencia ante la tentación de patronales y grandes grupos económicos y financieros por hacer pagar la crisis a la clase trabajadora.
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