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domingo, 12 de abril de 2015

Por una agenda de recuperación organizativa e ideológica del PCA. Informe Político del Comité Ejecutivo del PCA

Humilladero, 6 de abril de 2015
                                           “Si uno se cae, se levanta inmediatamente, y sigue adelante”
                                                                                                        Marcelino Camacho

El Partido Comunista de Andalucía felicita y agradece el trabajo ilusionado y constante de la militancia y simpatizantes de IULV-CA en la reciente campaña electoral. Una campaña desarrollada tan bien que consiguió disolver la nube de pesimismo derrotista que los medios del poder querían situar sobre nuestras cabezas. Ese fue el primer gran logro de la campaña. Otro ha sido comprobar la fuerza contagiosa de nuestro candidato, Antonio Maíllo. Su consolidación como referente de una izquierda que se renueva desde los valores cívico republicanos y que tiene hondas y fuertes raíces en el hilo rojo de las luchas sociales de Andalucía. Por ello felicitamos al equipo de dirección de la campaña y volvemos a ponernos, como PCA, a la orden para las tareas electorales de las municipales.
Apenas celebradas las elecciones autonómicas en Andalucía, el calendario político-electoral nos sitúa a sólo 48 días de las elecciones municipales. Unas elecciones que cobran una importancia aún mayor que la otorgada el 13 de Septiembre en el Comité Central de Armilla. Decíamos entonces que las elecciones municipales las afrontábamos como una oportunidad para la construcción de la Unidad Popular, desde el entendimiento de la ciudad como el escenario en el que se desarrolla el conflicto social y la lucha de clases se expresa de modo diverso. Para ello, la democracia participativa y el control social de los asuntos públicos pueden ser herramientas que vertebren la confluencia entre sectores de clase y espacios liberados.
Pero tras los resultados cosechados en las elecciones autonómicas, a la oportunidad de revertir la dirección del proceso constituyente en España, se suma la necesidad de la Izquierda andaluza de resistir como referente político de las capas populares y del pueblo trabajador andaluz en estos momentos históricos. Por lo tanto, nuestro principal compromiso colectivo como comunistas es implicarnos al máximo de nuestras posibilidades para el éxito de las candidaturas de IULV-CA. Si hay una cita electoral en la que nuestra militancia se sienta cómoda y comprometida, haciendo siempre el trabajo necesario y poniendo la organización al servicio del pueblo esas son las elecciones municipales. De aquí al 24 de mayo el PCA y su militancia, al servicio de obtener el máximo número de concejales, diputados provinciales y alcaldías posibles para IULV-CA.
La batalla electoral, sin embargo, no nos puede hacer perder de vista la necesidad que tenemos de reflexionar colectivamente y con la sociedad sobre la naturaleza de una organización revolucionaria y anticapitalista en la Andalucía y la España del siglo XXI. La recomposición del espacio de la izquierda andaluza puede darse de manera positiva si desde el Partido Comunista de Andalucía asumimos la responsabilidad histórica de impulsar y ser un agente influyente en dicho proceso.
El PCA muestra su más absoluta disposición para que el PCE recobre su papel como agente articulador de la voluntad colectiva y unitaria de los y las comunistas en el conjunto del Estado. La recuperación organizativa e ideológica del PCE solo es posible con Andalucía, y desde Andalucía tenemos la responsabilidad de poner lo mejor de nuestra tradición, nuestro bagaje político y nuestra cultura unitaria al servicio del PCE. Por ello, el contenido de este informe se trasladará al Secretario General del PCE, con todo lo que ello implica.
El PCA no va a permitir, en la medida de sus posibilidades, que el oportunismo sustituya al debate político. La confrontación entre comunistas se realiza en el interior del partido, no en ninguna otra instancia. Y se realiza de forma abierta, democrática, serena. Esa es la contribución que desde el PCA queremos hacer al resto del PCE y de IU. Para reconstruir la izquierda política y social de este país necesitamos un partido vivo, un partido fuerte. Así mismo decimos que la reconstrucción de la izquierda política y social de este país es muy difícil sin el PCE, pero imposible contra el PCE. La tarea del PCE no es buscar síntesis entre corrientes que puedan estar cristalizando en IU. La tarea del PCE es, desde el debate y la propuesta política, la de convertirse en una voluntad unitaria que articule la Unidad Popular y aspire a que sus postulados sean hegemónicos en el Bloque alternativo.
El PCA asume la tarea de realizar un análisis político de lo que ha supuesto la experiencia de gobierno en la Junta de Andalucía. Un análisis que debe ser útil para las tareas que nos proponemos en este informe, útil para el conjunto de IU y útil para entender las relaciones entre gobierno y poder, movilización y gobierno, alianzas sociales y poder. Para ello encomendamos al departamento ideológico a que, tras el dossier que realizará con el análisis de las elecciones, continúe con un análisis profundo y participativo de la experiencia de gobierno, que nos permita extraer enseñanzas para el futuro.
Para ello, y en función de la reciente experiencia de gobierno en la Junta y del resultado electoral en Andalucía, debemos acertar en primer lugar en la caracterización de la naturaleza real de los procesos históricos, en este caso a lo que venimos denominando Proceso Constituyente. Hemos venido reflexionando sobre lo que alguien ha denominado Proceso de-constituyente, tratando de identificar así el proceso de recomposición del poder de las élites económicas, con la crisis como excusa, con la constitucionalización del pago prioritario de la deuda y las reformas legislativas subsiguientes, refundando las bases legales del modelo de acumulación del capitalismo en España. Si a eso oponemos la necesidad de un Proceso Constituyente de carácter democrático-plebeyo, al final deberemos convenir que la cuestión radica en qué agentes son los que dirigen el proceso y cuál es la correlación de fuerzas entre los bloques antagónicos. ¿Qué naturaleza tiene? ¿Cómo se desarrolla? ¿Qué sectores de clase son sus protagonistas? ¿En qué posición de poder se encuentran esos sectores? ¿Cuáles son sus alianzas? ¿Cuál es la naturaleza del cambio de ciclo político? ¿Cómo revertir la guerra económica contra el pueblo trabajador?
Cuestiones de hondo calado que como revolucionarios tenemos la obligación de no despachar con titulares o eslóganes. Pero sobre todo debemos tener claro qué hacer y cómo intervenimos en ese proceso. Por ello planteamos en este momento la necesidad de poner en marcha una agenda para la recuperación organizativa e ideológica del PCA y para la recomposición de la izquierda política andaluza. Esta agenda debe tener un planteamiento estratégico que, en términos leninistas, sepa distinguir el momento de la formación del partido u organización revolucionaria, del momento en que se llega a obtener la capacidad real de la dirección de la lucha de clases. Planteamos una agenda que llegue 3 hasta el próximo congreso, con hitos evaluables, cada militante una tarea, pero con el horizonte puesto en 2020.
En otoño, y como comienzo del curso político, celebraremos la Conferencia Ideológica y Organizativa del PCA. Hemos venido posponiendo la conferencia de movimiento obrero, y el XIX Congreso del PCE acordó también la celebración de una Conferencia Ideológica y otra sobre movimiento obrero. Desde Andalucía tenemos la posibilidad de impulsar un proceso que implique de manera positiva al conjunto del PCE. Como ya sucediera hace 30 años, el PCA puede, y debe, abrir un proceso participativo que permita situar a la organización comunista a la altura del momento histórico. Esta Conferencia debe, por lo tanto, insertarse en una dinámica federalizante del PCE, que haga más fuerte al conjunto del partido y que contribuya a que el PCE sea un partido vivo, fuerte y unido.
Este proyecto de reconstrucción organizativa e ideológica del partido comunista más que un mandato congresual, que lo es, es una necesidad política. Somos un partido de clase que sabe que la Historia es la historia de la lucha de clases. Y necesitamos un partido fuerte en lo organizativo, pero también en lo ideológico….Porque: ¿cómo se conforma la clase trabajadora en Andalucía? ¿Qué nivel de fragmentación tiene? ¿En qué sectores de clase? ¿Cuáles son las características de los sectores de clase dominantes? ¿Cómo se relacionan con las clases propietarias del resto de España y de Europa? Con esto, ¿qué papel debe jugar un sindicato de clase en la Andalucía de hoy? ¿Qué sectores de clase encuentran en el PCE a sus defensores? ¿Qué sectores de clase aspiramos a representar? ¿Qué instancia unitaria de la izquierda política y social es necesaria en Andalucía? ¿Qué características debe tener a la luz de la experiencia acumulada en IULV-CA? ¿Cómo podría desarrollarse en un proceso de profundización del conflicto social? ¿Qué herramientas desarrollamos para la construcción de espacios liberados para la vida cotidiana? ¿Qué papel juega la movilización? ¿Cómo dirigirla a favor de un programa anticapitalista? ¿Cómo nos insertamos en la lucha de clases nivel mundial, en medio de una contraofensiva imperialista con escasos precedentes en la historia? ¿Qué papel juegan las instituciones, sobre todo las europeas? ¿Cómo revertimos el poder de los acreedores en Europa? ¿Qué internacionalismo practicamos?

Responder a esas preguntas se convierte en un reto, que necesariamente debe verse acompañado de la reconstrucción de la organización comunista en Andalucía. Los resultados de las elecciones autonómicas en las ciudades grandes y medias se explican en gran medida por nuestra debilidad organizativa. Es necesario abrir un periodo de reflexión que diagnostique las causas de esta debilidad y que desemboque en una gran apuesta, estratégica y planificada en el tiempo, para su aprobación en la Conferencia. Habrá que abordar cuestiones como la sectorialización en las ciudades, la comunicación comunitaria en los barrios, la manera de canalizar el activismo social, la apertura y conversión de nuestra red de sedes en las ciudades en auténticos centros sociales para la comunidad, la construcción de espacios de poder popular mediante la solidaridad consciente y organizada, el papel de las direcciones, la democracia paritaria, la ilusión y la disciplina militante, etc.

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