.

.

sábado, 22 de marzo de 2008


Estimados amigos, este documento fue elaborado y discutido en un Comité Central Ampliado del PCA celebrado en Julio del 2007 en Benalmádena con la participación de mas de 200 cuadros de las 8 provincias andaluzas, va a servir para el debate en la conferencia política-organizativa que tenemos previsto celebrar en Andalucía antes del verano, creemos que a pesar de haber pasado casi un año, parece escrito para estos momentos.

José L. Centella Gómez
Secretario General del
Partido Comunista de Andalucía


EN TORNO A LA RECONSTRUCCION DEMOCRATICA DE IZQUIERDA UNIDA

La persistencia de la dirección federal en mantener una dinámica de realizar pactos orgánicos, con el único objetivo de mantener una mayoría en torno a la dirección en términos numéricos, no sólo no consiguen sellar fracturas pasadas, sino que tampoco consigue la recuperación de nuestro espacio político-electoral, por lo que se hace necesaria una reflexión mas profunda que pase por encima de las matemáticas internas y desde la voluntad de resolver los problemas plantee la necesidad generar una nueva dinámica que cambie la actual situación.

Para empezar es necesario reconocer que no hemos conseguido los objetivos que nos planteábamos en la constitución de IU, unir desde el programa de gobierno a la izquierda alternativa mediante un método de elaboración colectiva, la realidad es que ha primado más la concreción organizativa que la elaboración programática.

De esta manera se ha primado el desarrollo de la estructura orgánica a todos los niveles mucho más que los instrumentos de participación y de elaboración colectiva.

Tampoco hemos conseguido mantener la centralidad del programa como seña de identidad, hemos pasado del programa, programa, programa, a una primacía de la actuación institucional a la hora de marcar la política.

El desarrollo de IU como lo que llamamos un “partido mal organizado” ha provocado, por una parte el debilitamiento de las organizaciones fundadoras, tanto las que como el PCE o la CUT se mantienen dentro, como la que se han marchado (IR o el PASOC que prácticamente no han conseguido existir fuera de IU).

Por otra parte esta situación provoca contradicciones entre estructuras unas veces paralelas, otras superpuestas y otras contradictorias.

La practica desaparición de mecanismos de elaboración colectiva y la perdida de referencias sociales, fruto de una política demasiado institucional, provoca que se pongan en valor las diferencias internas por encima de lo que nos une, generando desmotivación interna, y el desgaste del proyecto, se puede afirmar que en este periodo la deconstrucción de IU ha sido una realidad

Al mismo tiempo tenemos que tener en cuenta que también han existido elementos externos que han dificultado nuestro camino, la falta de un tejido asociativo alternativo, el debilitamiento de la acción sindical movilizadora y una perdida de calidad democrática a todos los niveles ha generado una falta de tensión social y una disminución de las movilizaciones y los conflictos que pongan en evidencia las contradicciones del sistema.

También es una dificultad el escoramiento a la derecha del Partido Verde Europeo que en la acción política concreta coincide mucho mas con el Grupo Liberal, que con el Grupo Socialista y no digamos con el de la Izquierda Unitaria.

En este marco es en el que plateamos la necesidad de reconstruir Izquierda Unida, y hacerlo retomando el objetivo original, de ser un lugar de encuentro de la Izquierda Alternativa en torno a un programa de gobierno.

Para ello, en primer lugar, debemos romper la actual dinámica centrifuga, evitando las rupturas irreversibles, tal y como se plantea en el documento que hemos firmado la dirección del PCA y de IULV-CA, planteamos la necesidad de configurar unos métodos de funcionamiento que hagan una dirección compartida y colectiva, con un acuerdo político de mínimos que permita abordar el futuro con confianza, de esta manera cualquier planteamiento que persiga la reconstrucción de IU debe partir de esta realidad, para poder operar sobre ella corrigiendo errores y avanzando propuestas que vuelvan a dar credibilidad y confianza tanto al electorado como a los afiliados y afiliadas.

Recuperar la cultura del dialogo, la búsqueda del consenso y de la síntesis, pero sobre todo recuperar el programa como seña de identidad y punto de encuentro en el que todo el mundo se vea reflejado.

No se trata de sumar otras fuerzas políticas mediante coaliciones electorales en muchos casos con siglas “virtuales”, esto son lo que podemos llamar pactos de supervivencia que no van a ningún sitio, lo lógico debía ser que en el seno de IU se diera la suma de grupos, ecologistas, socialistas, comunistas, sin afiliación partidista, etc., de lo que se trata es de recuperar credibilidad y convertir a IU en el marco unitario donde converja la izquierda.

Esta realidad solo se entiende desde la consideración de IU como un Partido cerrado en el que no se puede entrar, pero con el que se pueden alcanzar coaliciones electorales, no se nos percibe como una organización abierta a la que se puede pertenecer sin que pierdan el perfil propio sus componentes.

Para ello debemos tener claro que los componentes ideológicos que conforman el proyecto unitario, deben recobrar protagonismo y mantener su perfil propio a la hora de verse reflejados en el programa unitario, tanto en su método de elaboración, como en el resultado final.

En este sentido encontramos la dificultad que salvo el PCE no existen organizaciones políticas consolidadas en todo el Estado que puedan ser referentes por ejemplo para socialistas de izquierdas.

En consecuencia la actual estructura de IU no puede ser parte de la reconstrucción de la Izquierda Alternativa, sino que debe ser el marco en el que se realice la convergencia, serán los componentes de la actual organización las que junto con otros colectivos que se encuentran fuera las que realicen el proceso de convergencia social y política que concluya con la refundación de una nueva Izquierda Unida.

El reto es ponernos de acuerdo en un programa, en su desarrollo en los ámbitos social e institucional, y en unas reglas de control democrático desde la base, desde una adecuación de la estructura orgánica de IU a lo que debe ser un Movimiento Político y Social que conjugue la natural diversidad con una cohesión y unidad de acción necesarias para alcanzar cualquier objetivo político, una organización ligera, que permita la incorporación fácil de cientos de personas al debate, a la acción y que sea por tanto un instrumento útil para la transformación social

Para ello, es importante que el proceso de reconstrucción se realice desde la combinación entre la elaboración programática y la movilización social y política, solo desde esta nueva perspectiva se puede recuperar la credibilidad para quienes nos ven como una parte mas del sistema.

En este proceso el PCE debe pasar a la ofensiva, y frente a quienes tratan de “expulsarnos” de IU, a quienes nos presentan como un “lastre” para su recuperación, los comunistas debemos asumir un compromiso claro con el futuro de una Izquierda Unida reconstruida.

En este sentido la recuperación de un PCE activo, implicado socialmente, esta ligada a una política de convergencia, a una política de alianzas sociales y políticas que conforme una alternativa desde la izquierda.

Un PCE abierto a la sociedad, adaptado al S. XXI, con voluntad de dar protagonismo a lo joven, no puede ser sinónimo de un PCE débil en lo ideológico, desarticulado en lo orgánico y clandestino en lo institucional, solo se trata de evitar el sectarismo y la falta de rigurosidad en el análisis de la realidad para concluir que hoy no es posible la existencia de un PCE al margen de la convergencia, ni tampoco es posible reconstruir la Izquierda Alternativa sin el contar con el PCE.

Apostar por la renovación, es situarla en su justa medida y no plantearla como un instrumento para sustituir un grupo dirigente por otro mas joven, pero conservando los mismos “vicios” que se denuncian. La cuestión es incorporar nuevos cuadros a la tarea de dirección y ampliar los referentes públicos, mediante una nueva distribución de los papeles en una dirección que prime lo colectivo, tal y como planteamos en la ultima Asamblea Federal.

El objetivo político tenemos que ganar la batalla a quienes plantean una refundación excluyente que nos convierta en una organización exclusivamente ecologista tal y como ya lo es Iniciativa per Cataluña, en el ámbito del Partido Verde Europeo, y por otra parte tenemos que superar un sectarismo que puede aislar al PCE del resto de la izquierda.

Desde esta Asamblea debemos CONVOCAR una RECONSTRUCCION DEMOCRATICA de Izquierda Unida, concebida como un verdadero proceso constituyente de la izquierda alternativa, proceso basado en la elaboración de un programa desde la máxima participación y con el compromiso de todos los implicados de que las conclusiones serán la seña de identidad de los grupos institucionales.

En esta reconstrucción, como hemos dicho, deben jugar un papel determinante las corrientes ideológicas que existen en una izquierda que es plural, y hacerlo desde la seguridad, de que solo con el fortalecimiento de cada corriente, y con la incorporación de cientos de personas no organizadas, se dará fuerza al resultado final, para ello se deben implicar sindicalistas, movimientos agrarios, ciudadanos, sociales, etc.

Otro elemento fundamental es la descentralización del proceso, para lo que es necesario la máxima implicación y participación de los dirigentes orgánicos y cargos institucionales.

La propuesta que hacemos es volver a situar el Programa como principal vínculo. Hablamos de programa en sentido profundo: diagnóstico de la situación, objetivo estratégico, objetivos generales y propuestas concretas para la acción de gobierno en las instituciones y para la movilización reivindicativa.

Para ello será necesario recuperar la elaboración colectiva de alternativas globales y particulares, sectoriales y territoriales. Y ello será posible si recuperamos, actualizadas, las áreas de elaboración colectiva generales, mezcladas con grupos de trabajo más específicos. Si combinamos la participación de colectivos afectados por los problemas concretos con personas con cierta preparación política y técnica.

Es llamativo el hecho de que, incluso en momentos de fuerte tensión interna, los programas de nuestra organización son aprobados con un fuerte grado de consenso. Ello nos hace pensar que avanzaremos bastante volviendo a buscar la unidad en el programa, procurando que los candidatos que van a defender el programa en las instituciones se “decanten” en su proceso de elaboración, tal y como decíamos entonces.

Desde el inicio de Convocatoria hemos defendido un proyecto estratégico alternativo al del PSOE y al de la derecha. Debemos tener claro que tácticamente no debemos converger nunca con la derecha y, sin embargo, es posible hacerlo con el PSOE y con otras izquierdas sociales y políticas a condición de que haya coincidencias programáticas y participación de nuestras bases en la apreciación de esas coincidencias. Nuestro proyecto debe ser independiente y autónomo en el campo de la izquierda.

A pesar de que lo que tenemos aprobado en nuestros congresos es muy claro a este respecto, este asunto es uno de los más debatidos y polémicos en estos momentos, tanto en el PCE como en IU. Efectivamente hemos definido con claridad nuestra política de alianzas sociales, culturales y políticas. Respecto a las primeras, nos propusimos como prioritarios cuatro sectores sociales: el movimiento obrero; el mundo de la intelectualidad, la cultura y la creación, el mundo de la juventud (estudiante y potencialmente trabajadora); y el mundo de la mujer.

Respecto de las alianzas políticas, tan negativo puede ser –parece que de hecho lo ha sido- la coincidencia táctica, ocasional y concreta con la derecha, como la confusión estratégica con el PSOE, para ello debemos enfocar mejor los contenidos y formas de esta política, para que no se convierta en un debate de blanco o negro en torno al PSOE, sino en una posición política propia...” Esta política propia consiste en definirnos como fuerza alternativa y autónoma y, sobre todo, en serlo. La sociedad no nos percibirá alternativos y autónomos por nuestras definiciones, sino por nuestra práctica.

Para ello, es necesario poner el acento en el programa, tanto en el objetivo estratégico como en los objetivos generales y en las propuestas concretas; en los valores para una cultura alternativa como en la estructura organizativa mínima, propia de un movimiento político y social alternativo. Por otro lado, para ser una fuerza autónoma no basta con decidir por nosotros mismos, es necesario también que esas decisiones se inserten en la construcción de la alternativa.

Estos retos suponen afrontar los cambios organizativos necesarios para construir el movimiento político y social, ya que existe una gran coincidencia actual cuando afirmamos que nuestro proyecto político dista mucho de ser un movimiento político y social. Es evidente que desde la creación de IU, los comunistas hemos dedicado gran parte de nuestros esfuerzos en el fortalecimiento de IU como movimiento político y social. Sin embargo, dicho proyecto inicial ha ido transformándose hacia un modelo de partido político”. Es decir, el punto de partida actual es que hemos pretendido y queremos que IU sea un movimiento político y social pero la práctica dice que es partido político.

Desde el PCA apostamos por cambios profundos que hagan posible aumentar el perfil de movimiento en detrimento de las características propias de partido político. A todo lo dicho hasta ahora, añadimos las siguientes reflexiones para el debate:

1. Para reafirmar la política de Convergencia con otras fuerzas políticas y sociales que ha llevado realizando, para ello el PCE debe recuperar la homogeneidad en su forma de organización y participación política en todo el Estado. Todas las Federaciones tienen que mantener una misma plasmación en la organización y en la política de convergencia en igualdad de condiciones en todo el Estado, independientemente de la naturaleza jurídica que manifieste I.U. en cada una de sus Federaciones.

Una nueva política de Convergencia que este basada en fortalecimiento de aspectos concretos de la política que refuercen el vínculo entre diversas sensibilidades en la consecución de un programa común

En consecuencia el modelo actual de IU no nos sirve, para ser de verdad un movimiento político y social, no puede reproducir la misma estructura que un partido político, pues, si no, pasa lo que se ve nítidamente, que se convierte en un partido político, para que I.U. sea ese movimiento que aúna a lo/as militantes y simpatizantes en el programa común, la estructura de I.U. debe basarse en las Áreas de Elaboración Colectiva y en las Asambleas, y no en esas otras estructuras paralelas al Partido, así, las tradicionales Secretarías de I.U. no tienen ningún sentido desde esta perspectiva.

El eje fundamental serían los coordinadores de áreas en cada nivel territorial que sea posible, junto con los coordinadores territoriales también al nivel necesario. El nivel máximo de decisión sería, evidentemente la Asamblea, donde el principio básico de una persona - un voto, se hace patente.

2. La actualización de nuestro programa, la elaboración de propuestas de fondo y ante aspectos muy concretos, la vertiente sectorial y territorial de nuestras alternativas debe ser algo estructural, sistemático y permanente. En las III Jornadas de Convocatoria, celebradas en Córdoba, decíamos que la elaboración colectiva como metodología consiste en poner en circulación una propuesta por escrito y provocar miles y miles de reuniones y aportaciones sobre ella hasta conseguir, a través de una síntesis, una alternativa con vocación de abrirse paso.

3. El acercamiento de miles de personas a través de áreas de elaboración, grupos de trabajo estables a temporales ante un problema concreto, es la forma más natural, directa y realista de crecimiento de nuestro proyecto. La preocupación de muchas personas puede ser exclusivamente participar en reuniones en que el orden del día consiste en analizar problemas que le afectan e hilvanar alternativas por las que estamos dispuestos a pelear. Debemos tejer un entramado de participación a través de fórmulas estables o puntales para elaborar propuestas alternativas por las que se está dispuesto a pelear desde todos los ámbitos de la lucha política

La mayoría de las reuniones de los órganos de IU, y en cualquier caso las asambleas de base, deben ser abiertas, bien preparadas y destinadas a conseguir

4. En consecuencia, la participación de nuevas personas y de colectivos y movimientos sociales en IU no debe ser tanto orgánica como participación y aportación a elaboración colectiva.

5. Necesidad de un movimiento en el que participan personas, colectivos y organizaciones políticas ya que aquí se han producido las mayores dificultades para armonizar esta diversidad organizativa. En el XVI Congreso del PCE dijimos que “después de 15 años de experiencia (ahora ya son más) podemos decir que subestimamos las dificultades que para nuestro Partido iba a suponer la construcción de un movimiento político y social como IU. Las dificultades se han ido agudizando en la medida en que tratan de convivir partidos políticos dentro de una estructura que es también de partido. A esto hay que añadir que los partidos que conviven en IU, singularmente el PCE, lo hacen también con una fuerte división en su seno. ¿Cómo afrontar esta situación?.

Tenemos aprobado que la participación en IU es individual, pero también que los partidos, al menos el PCA, participa y se corresponsabiliza con otras fuerzas políticas, colectivos y personas en el proyecto que representa IULV-CA. La convivencia en un movimiento de personas procedentes de partidos, colectivos y otras que participan a título individual es más fácil si se juntan básicamente para elaborar y defender un programa, disminuyendo al mínimo la estructura no encaminada a este fin.

Finalmente, parece evidente que la vinculación de colectivos y movimientos sociales al proyecto vendrá dada por su aportación y participación en el programa y en la movilización para defenderlo. Esto es lo propio de un movimiento político y social. Es perder el tiempo buscar otro tipo de vinculación.

El resultado final debe ser la apuesta por una dirección colectiva y colegiada, sin vetos ni exclusiones, y con la puesta en valor del mayor numero de activos, la credibilidad del proceso vendrá entre otras circunstancias por las referencias unitarias, tanto del programa, como de sus expresiones institucionales, así como la seguridad de unas reglas de funcionamiento que potencien los componentes internos a la vez que conforman un perfil propio, alternativo y diferenciado de Izquierda Unida.

En consecuencia, el reto es asumir la necesidad de este proceso en el que no esta prefijado el final, sino que se sustenta como hemos dicho en la necesidad de conformar un lugar de encuentro para que la Izquierda Alternativa elabore un Programa de Gobierno transformador que ilusione a quienes no se sienten representados por el actual sistema, un programa que deje claro por una parte que Izquierda Unida es un Proyecto de Estado Federal que basa las relaciones territoriales en los principios de igualdad, solidaridad y autogobierno desde un Proyecto Federal basado en esos principios, y por otra parte que Izquierda Unida ni es socia, ni gobierna, ni asesora al gobierno del PSOE, circunstancia que no parte solamente de documentos escritos sino de la practica diaria de los máximos representantes públicos e institucionales

En la conciencia de la gente ha prevalecido la idea que IU era un socio preferente del gobierno apareciendo por tanto más como una fuerza gubernamental que de oposición responsable y alternativa.

Izquierda Unida debe ser una fuerza política confrontada radicalmente con el Partido Popular, con las políticas de derechas, pero al mismo tiempo debemos tener claro que quien gobierna España es el PSOE y por tanto debemos tener un espacio propio, no subsumido en el PSOE, ocupando, defendiendo, y articulando su propio espacio en la izquierda.

En el mismo sentido IU debe recuperar la federalidad, terminando con un periodo en el hemos venido funcionando en la práctica como una coordinadora de territorios en lugar de una organización federal y por tanto de Estado.

IU es un proyecto de Estado Federal que basa las relaciones territoriales en los principios de igualdad, solidaridad y autogobierno que dan sentido a un Proyecto Federal basado en esos principios. Debemos recuperar para una parte importante de los trabajadores y trabajadoras de España, la credibilidad de que IU es una garantía a la hora de defender ese criterio de igualdad indistintamente donde residiesen esos trabajadores.

Esta deriva disgregadora nos impide en la práctica gestionar una verdadera Alternativa al Estado desde una posición de clase, como ejemplo que puede llevar al ridículo señalamos el hecho de una Federación, la del País Vasco, Ezker Batua, a la que pueden seguir otras, ha solicitado su ingreso en el Partido de la Izquierda Europea haciendo añicos el pacto fundacional federal de IU.

El Programa y valores de Izquierda Unida sostienen serias diferencias con el sistema, desde la defensa del Estado Federal Republicano, entendiendo que el republicanismo en España no es neutro, sino que entronca con los mejores ideales de solidaridad, fraternidad y justicia social de nuestra historia, hasta el modelo económico, pasando por nuestra confrontación con la construcción de una Unión Europea neoliberal, o las políticas que tienen que ver con la solidaridad y la igualdad, con el derecho a la educación y a la vivienda, con las políticas de suelo, con el empleo precario, la siniestrabilidad y temporalidad, con la orientación en materia de seguridad internacional y política de defensa vinculada a la política exterior de la administración de los EEUU.

En definitiva lo importante en estos momentos tan complicados es, proponer a todos quienes quieran dar la batalla por reconstruir IU, la necesidad de hacer un llamamiento hacia el interior, pero sobre todo hacia el exterior, para construir una fuerza de Izquierdas federal, alternativa, con perfil propio claramente diferenciado, que se configure como un Movimiento Político y Social Organizado, y desde estos planteamiento buscar las mayores convergencias, sin sectarismos, ni alianzas “por arriba”, pasando a una ofensiva en todos los frentes, desde el social al institucional, que devuelva la ilusión a los militantes y configure una verdadera alternativa al neoliberalismo.

En consecuencia necesitamos afrontar con seriedad esta reflexión en el marco de la próxima asamblea federal que planteamos celebrar antes de fin de fin de año. La situación del partido y de IU es muy delicada, por lo que es necesario que el Partido este también a la altura de las circunstancias para provocar un revulsivo que de lugar a un nuevo encuentro con la sociedad para recuperar y refundar democráticamente el proyecto estratégico que compartimos con otros.

Es urgente para esta tarea buscar la unidad de todo el PCA y el PCE para que aquello que aportemos al proyecto tenga garantías del mayor éxito posible. La regla de oro es hacer que este debate sea orgánico y los acuerdos sean objeto de lealtad por parte de todos. Buscamos refundar democráticamente Izquierda Unida en el conjunto del Estado y, al unísono, fortalecer el Partido política y orgánicamente, una vez de acuerdo en el referente político e ideológico ahora se trataría de avanzar en el desarrollo de una propuesta organizativa que recoja la forma de organizar mejor IU, desde la estructuras de base a la federal, para ser ese instrumento útil que decimos aspiramos a ser y configurar un equipo de dirección y una representación institucional a todos los niveles, que sea referencia de esta necesidad de una IU plural, abierta, con perfil propio, en la que estamos convencidos coincidimos la mayoría de la organización.

Por ultimo, no podemos olvidar que la clave esta en afirmar la voluntad de avanzar para que no estemos ante un documento más que se queda en el papel, sino que es voluntad del conjunto del Partido volcarse en su desarrollo, sabiendo las dificultades que tiene definir un Movimiento Político y Social, que no queremos que sea ni un Partido, ni una coalición, por ello vamos a trasladar este documento al conjunto del Partido para que sea discutido por el conjunto de la militancia

No hay comentarios: