«Defender la democracia local» es el lema del II Encuentro
Ibérico de Democracia y Presupuestos Participativos que tendrá lugar en el
Ceulaj de Mollina (Málaga) los próximos 14 y 15 de marzo de 2014. El objetivo
de este evento será intercambiar experiencias y analizar los presupuestos
participativos y otras formas de democracia participativa para su promoción y fortalecimiento
en la península ibérica.
En un momento político en el que están en cuestionamiento la
descentralización, la autonomía de los gobiernos locales y el concepto mismo de
la democracia como mecanismo que involucra directamente a la ciudadanía y el
territorio, el II Encuentro Ibérico abre interrogantes y propone alternativas
para el fortalecimiento democrático. Tras este llamamiento se sitúan
iniciativas en red en el estado español (Red Ciudades Participativas) y
Portugal (OP Portugal) y la organización la ha asumido la Junta de Andalucía que, con
la incorporación de Izquierda Unida en responsabilidades de gobierno, ha
otorgado centralidad a la democracia participativa.
Esta convocatoria quiere propiciar un intercambio entre
municipios de ambos países, que se plasmará en seis paneles temáticos que
abordan las experiencias y metodologías de presupuestos participativos; la
participación en gestión de servicios públicos y derechos fundamentales; la
comunicación, democracia y participación; la participación infantil y juvenil;
el desarrollo local y participación; y la participación para la inclusión
social.
El Encuentro contará también con un taller formativo
dirigido a los municipios que pretenden iniciar procesos titulado “Cómo iniciar
un proceso de presupuestos participativos”.
Varias decenas de responsables políticos y técnicos
municipales intercambiarán sus experiencias, junto con expertos, colectivos
ciudadanos y representantes de movimientos sociales como Gamonal Resiste o la PAH , que aportarán su
experiencia sobre cómo la organización es clave en procesos de este tipo.
Con el presupuesto participativo el ciudadano y la ciudadana
están en el centro de las decisiones políticas. La implantación de estas
políticas, siempre complejas, se enfrentan hoy a la dificultad añadida que
supone la tendencia a la recentralización del Estado como pretendida medida de
austeridad. Allá donde se han implantado los procesos de democracia
participativa, se han registrado incidencias positivas en el control social de
las políticas públicas, el acercamiento de estas a las demandas del territorio
y la ciudadanía y el incremento de la sostenibilidad social y ambiental de las
dinámicas locales de desarrollo.
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