IULV-CA ha
protagonizado un proceso de renovación con el objetivo de disputar el poder
desde Andalucía.
“Cuando volváis a
vuestros pueblos, a vuestras asambleas, decidle a la gente que de aquí ha
salido un proyecto con voluntad de cambio que aspira a disputar el poder”.
Así decía el pasado 16 de junio Antonio Maillo en la clausura de la XIX Asamblea de
IULV-CA, ya como coordinador general recién elegido.
No era fácil afrontar un proceso de renovación orgánica y de
concreción de lo acordado en la
X Asamblea Federal en Andalucía. La inédita experiencia que
supone participar en el gobierno de la
Junta , junto al partido que lleva gobernando toda la historia
de la Autonomía ,
marcaba el debate, fruto de las contradicciones del ejercicio de gobierno en
las trucadas instituciones de esta “democracia”.
El gobierno andaluz, debe jugar un papel instrumental. Para
nosotros y nosotras, el gobierno es un medio, no un fin en sí mismo. Eso se lo
dejamos a otros, a los que están enfangados en la vieja política y no saben
cómo escapar de ella. Y como medio, o herramienta, no basta por sí misma. Poco
valdrá la aritmética parlamentaria para sacar adelante un programa si este no
surge de la fuerza social.
Ha sido un año difícil desde nuestra entrada en el gobierno
andaluz. Pero apasionante desde la política. Y lo hemos vivido muy intensamente
en los órganos del Partido Comunista de Andalucía. Ha sido en su Comité central
donde se han ido situando los debates de fondo y donde hemos tenido que hacer
esfuerzos de síntesis política, que han permitido afrontar desde la unidad el
proceso asambleario en IULV-CA.
El 27 de enero, el Comité Central aprobó un informe político
que, tiempo antes de que el decreto de la función social de la vivienda saliera
a la luz, situaba el debate de fondo no en si gobernar o no en la Junta de Andalucía, sino en
cómo gobernar, para qué gobernar. Y también aquel día asumimos colectivamente
que el poder y el gobierno, en estos tiempos, distan mucho de ser lo mismo. Y
que aspiramos al poder, o mejor, y en palabras de Correa, el presidente de
Ecuador, a tener la oportunidad de disputar el poder.
Por eso hemos caracterizado al gobierno andaluz como un
gobierno de resistencia. Gracias al decreto de la función social de la
vivienda, mucha gente ha entendido qué es lo que hacemos en el gobierno
andaluz. Pero las políticas que vayan a quebrar el consenso neoliberal no
crecen en los árboles. Al igual que el decreto tardó meses en gestarse, otras
propuestas y otras medidas requieren del tiempo necesario. Pero sobre todo
dependen de la correlación de fuerzas en la calle, no en el Parlamento.
El Partido Comunista de Andalucía ha demostrado su potencial
unitario, proyectando un papel dirigente, no dominante, articulando una amplia
mayoría de respaldo a un proyecto encarnado en Antonio Maillo y en el renovado
equipo dirigente de IULV-CA. Maillo ha crecido en la base de esta organización
y tiene memoria. La necesaria para todo dirigente comunista que esté en
disposición de asumir las responsabilidades que otros han tenido. Porque no hay
renovación que valga si no continuamos el trayecto siguiendo el hilo rojo que
nos han legado, si no somos conscientes de lo que ha costado llegar hasta aquí.
Quienes pretendieron embestir contra la figura de Diego
Valderas como coordinador se quedaron pronto sin una de sus bazas. En una
reunión de su partido, Diego anunciaba que no optaría a la reelección como
coordinador general, que haría valer los estatutos vigentes y que políticamente
era necesario, y posible, emprender un audaz proceso de renovación de los
órganos y de las direcciones de IU. Diego, una vez más, demostraba, con sus
actos, su pertenencia al Partido Comunista y su compromiso con el proyecto
estratégico de IU. Habituados como estamos a que los liderazgos se abandonen
después de pifiarla, es noticia, y señal de grandeza, que en el mejor momento
de apoyo social a IU en Andalucía, su coordinador apueste y encabece un proceso
de renovación orgánica como el que hemos tenido.
Podríamos haber acordado en el Comité Central que Maillo era
nuestro candidato, y haber dedicado un par de meses a recoger disciplinadas
adhesiones al acuerdo del partido. En vez de eso, el Comité Central nos lanzó a
la carretera a hablar con todo el mundo. De política, de la organización, del
gobierno, de las luchas, de qué hacer. Primero, la política, luego, las
personas. Eso dijo Maillo ante el Comité Central, eso acordamos y eso hicimos.
La fuerza, la ilusión y las ganas con que los delegados y
delegadas salieron de la
XIX Asamblea es la mejor expresión del éxito político. Pero
la euforia nunca es buena consejera. Tenemos graves carencias organizativas y
programáticas que debemos resolver. Tenemos la necesidad de impulsar la
participación y la elaboración colectivas, tenemos que hacer de IULV-CA ese
movimiento político y social que tanto nombramos. Vivimos tiempos interesantes,
como dice la maldición china. Por ello es necesario anteponer la política y las
tareas al nominalismo, por ello es necesario terminar con el divismo y apostar
por el trabajo colectivo. Pero tenemos un coordinador que va a hacer política
“de piel”, como él dice: pegado al suelo, asamblea por asamblea, tajo a tajo,
escuchando para mandar obedeciendo.
José Manuel Mariscal Cifuentes. Secretario General
del PCA
Publicado en el Nº 262-263 de la edición impresa de Mundo
Obrero julio-agosto 2013
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