Resolución aprobada por unanimidad en la XVI Conferencia Provincial del PCA de Málaga
Cuando el día 8 de febrero de
1937 hacían su entrada en Málaga las tropas fascistas de Franco, mandadas el
coronel Borbón, por el barrio obrero de Huelin apenas encontraron la
resistencia de tan sólo unas decenas jóvenes que pagaron con sus vidas, este
gesto desesperado y heroico, sus cuerpos quedarían amontonados después de la
refriega en una de las entradas de la Estación de ferrocarriles y su sangre corría a lo
largo de la carretera.
Al mismo tiempo tres columnas
italianas se internaban en la capital por diferentes lugares, que encontraron
otro núcleo de resistencia en el camino de Antequera, que igualmente fue
aniquilado. Asimismo llegaron tropas de los buques franquistas que fondeaban en
el puerto y que apenas unas horas antes bombardeaban Málaga. A las 5 de la
tarde las tropas de ocupación fascista desfilaban “triunfales” por la calle 14
de abril, que volvía a denominarse del marqués de Larios.
Habían acabado los siete meses de
esperanza y resistencia republicana. Se habían a su vez terminado con el
criminal acoso de los bombardeos indiscriminados, de las penurias, escasez,
enfermedad y el dolor de los malagueños y malagueñas, así como de la enorme
marea humana de refugiados que llegaron huyendo del horror fascista, de los
diferentes pueblos de la provincia y de otras ciudades andaluzas (Sevilla,
Córdoba, Cádiz y Granada) ya tomadas por los rebeldes.
En una capital de unos 200.000
habitantes se integraron cerca de 90.000 refugiados. Todos los pueblos de la
provincia fueron lugares de acogida de los que huían de otras provincias y que
las autoridades republicanas intentaron atender con más voluntad que medios.
Destacando en esta labor de auxilio la maestra comunista Lina Molina, dirigente
del PCE y de las JSU, que desde la presidencia del Comité de Alojamiento
intentaba, junto a sus compañeros de comité, alojar y dar cobertura pública a
los que llegaban sin apenas un resuello de vida, alojándolos en las iglesias,
hoteles, casas, conventos y hasta la Catedral , previamente protegida por las
autoridades leales.
Apenas unas horas antes de la
caída de Málaga, y dada la orden de retirada de las fuerzas militares y milicianas,
mal equipadas y peor armadas, de los diferentes frentes malagueños, la gran
mayoría de la población malagueña y decenas de miles de refugiados, decidían
huir por el único camino posible, la Carretera de Almería.
Nunca pudieron imaginar el
terrible calvario que les tocaría vivir, los bombardeos de la aviación y de la
flota fascista, mientras eran perseguidos por las fuerzas motorizadas
italianas, que dejaban un reguero de cadáveres destrozados a lo largo del
tortuoso camino a Almería. Fueron miles las víctimas de este trágico hecho y
que como bien a calificado nuestro camarada Luis Naranjo, director general de la Memoria Democrática
de la Junta ,
esta matanza fue un “crimen contra la Humanidad ” y, por tanto, no puede prescribir
nunca dicho acto delictivo e inhumano.
En la llamada “Carretera de la Muerte ”, destacó en su
humanitaria acción, el doctor Norman Bethune, de origen canadiense y de
militante comunista, que con sus compañeros de las Brigadas Internacionales con
la ambulancia para transfusiones de sangre trasladaba sin descanso mujeres,
niños y ancianos enfermos hasta lugar seguro. Igualmente destacaron en esta
labor humanitaria los enviados del Socorro Rojo Internacional, la camarada
Matilde Landa y la artista Tina Modotti que en Almería se encargaron del
transporte y acogida de los evacuados, abasteciéndoles de alimentos, ropas,
medicamentos, etc.
Después en Málaga llegaría la
brutal represión, que llevaría a miles de republicanos, socialistas,
libertarios y comunistas a los campos de concentración, las cárceles y a ser
ejecutados en las tapias de los cementerios de toda la provincia y sus cuerpos
hechos desaparecer en fosas sin nombre. En la capital se calculan en más de
4000 los hombres y mujeres que fueron asesinadas y enterradas en fosas del
cementerio San Rafael, el tristemente célebre “Batatá”, donde gracias a las
labores de exhumación que impulsó la Asociación Contra
el Silencio y el Olvido para la
Recuperación de la Memoria Histórica
de Málaga con apoyo público, se rescataron unos 2500 restos y se recogieron
muestras de ADN a familiares de los asesinados. Mientras una gran Pirámide de
mármol con sus nombres les homenajea y recuerda, recogiendo sus restos
individualizados, en espera del desarrollo definitivo del proyecto de Parque de
la Libertad
en su honor.
Asimismo debemos señalar en estos
momentos que se calcula que serían entre 7000 y 10.000 los republicanos
asesinados en Málaga, si contabilizamos los ejecutados en los diferentes
pueblos y que yacen aún en numerosas fosas que pululan por las diferentes
localidades malagueñas.
Este genocidio republicano tiene
responsables, además de los militares rebeldes y falangistas. Fueron los
históricos sectores conservadores, burgueses, propietarios, terratenientes,
etc. Las grandes “familias” de Málaga, “los de siempre”, católicos piadosos y
de misa diaria que hacían del exterminio y del crimen un acto de ofrenda a la
“justicia divina
Para muchos camaradas de nuestro
PCE, al igual que a otros sectores republicanos, les esperaba la cárcel, la
tortura, el exilio o la muerte tras la dolorosa “derrota”. En Málaga fueron
fusilados, entre otros muchos: El médico y diputado Cayetano Bolívar
Escribano(4-7-39); El Secretario
Político del Comité provincial y gestor de la Diputación Rodrigo
Lara Vallejo; el Secretario Local de la
UGT y concejal José Gallardo Moreno (1-7-41) además de su hermana Elvira Gallardo Moreno y su
compañero Manuel Pardo Sosa en los sucesos de la carretera en Nerja, como el
poeta comunista José María Tavera; Francisco Cruz Sánchez alcalde de
Ronda (13-4-40); Francisco Romero Añón, alcalde de Marbella; Julio Ramos Corral
de Lagos (Vélez-Málaga,12-12-39); el
presidente del Comité de la
Barriada de El Palo, Francisco Toro López; Victoria Merino
González; el joven dirigente local José Cañas García de Antequera (12-4-39);
Juan Lara Díaz (4-5-40) y su hermano Manuel, Secretario de Juventud del Partido
de Vélez Málaga (11-2-40); Rafael Triguero Quijano, Presidente de la Federación Deportiva
Cultural Obrera; los hermanos Juan y José Muñoz Lago dirigentes del Valle de
Abdalajís (4-5-40); Francisco Cruz Sánchez alcalde de Ronda (13-4-40);
Francisco Romero Añón alcalde de Marbella; Antonio Gómez Arias dirigente de
Fuengirola; José Peña Díaz, Secretario General de Sedella (7-1-41); José
Jiménez Alarcón, Secretario de organización de Mijas; Antonio Muñoz García,
Secretario General de El Burgo (6-8-39); Julio Ramos Corral de Lagos
(Vélez-Málaga,12-12-39); Francisco Bernal Trujillo, Secretario Juvenil de Álora
(10-11-39); Joaquín Herrera Muñoz, concejal de Nerja; el periodista y dirigente
provincial José Ochoa Alcázar detenido en Las Canarias donde estaba desterrado
cuando triunfó la sublevación fascista y arrojado al río Tajo cuando lo
llevaban a la
Peninsula. Otros fueron a parar a campos de
concentración, batallones de trabajo y a las cárceles. El resto intentó
sobrevivir en un medio hostil, donde la organización nunca dejó de existir
totalmente y que siempre encabezó la resistencia clandestina a la dictadura.
Es por ello que consideramos muy
insuficiente lo avanzado hasta ahora en España y como ya el Partido avisaba la
llamada “Ley de Memoria Histórica” apenas ofrecía instrumentos políticos y
legales para dar respuesta a los objetivos antes enunciados para la
recuperación de la memoria democrática de nuestro país. Para el PCA resulta
injustificable la no abolición de todos y cada unos de los juicios sumarísimos
efectuados por el régimen de Franco con el fin de exterminar a la República y a quienes la
sostuvieron. Y nos resulta repugnante que aún se sigan manteniendo los nombres
de calles y plazas malagueñas dedicadas a genocidas y criminales, por la
indolencia del PSOE y la manifiesta connivencia con el pasado franquista de la
derecha del PP y sus alcaldes y demás cargos públicos. Asimismo resulta
insoportable que los desaparecidos y desaparecidas, los asesinados y las
decenas de fosas donde yacen no sean de oficio buscados por las
administraciones públicas y ofrecido a sus familiares una respuesta a tantos
años de zozobra.
Torre del Mar a 9 de febrero del 2014
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