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miércoles, 25 de octubre de 2023

Segundo Castro Olmo. "El hombre que quería volar, pero, como no tenía alas, pintó"


José Antonio Carmona Postigo
Área Ideológica del PCE Málaga
El próximo jueves 26 de octubre se inaugura en el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo de Sevilla la exposición «Estampa Popular Sur» de Segundo Castro Olmo
Apenas habían pasado dos meses del final de la Guerra Civil cuando, en la localidad cordobesa de Pozoblanco, nació nuestro protagonista, si bien Segundo Castro Olmo creció y comenzó a desarrollarse como artista, y también como persona, en la capital cordobesa. Unos primeros años de infancia y adolescencia que comenzaron en la quinta planta del n.º 14 de la avenida Gran Capitán y que marcarían el devenir de una vida que él mismo definiría así: «He vivido una vida muy intensa en la que he sido un obrero que pinta, me he ganado mi vida trabajando y en mis horas libres he pintado».
A los 14 años, matriculado en la Escuela de Artes y Oficios de Córdoba, comenzó a trabajar su faceta artística moldeando figuras de escayola que copiaba de los modelos expuestos en el aula. Fue allí, en esas clases, donde experimentó «un antes y un después»en su vida gracias a José Duarte, su profesor, quien le dio a conocer a artistas cuya existencia él aún ignoraba, como Picasso, Paul Klee, Braque o Juan Gris, y, además, le ayudó a comprender que el arte tenía una función social. Estos descubrimientos provocaron que, con el paso del tiempo, en 1957, creara junto a otros compañeros la «Escuela Experimental», que acabó convirtiéndose en el «Equipo Córdoba»*: un grupo de artistas que centraba sus esfuerzos en el arte normativo y la investigación del espacio plástico para transformar la sociedad y que colaboró, a su vez, con el «Equipo 57»**, fundado junto a otros artistas por su profesor, José Duarte; conjuntamente, ambos desarrollaron la Teoría de la Interactividad del Espacio Plástico a través del estilo abstracto geométrico.

El desarrollo artístico de Segundo estuvo íntimamente ligado al personal y, quizá por eso, y por entender a la perfección aquello que Duarte le dijo sobre la «función social del arte», pronto quiso contribuir a la transformación de la sociedad que le tocó vivir; así, en un primer momento de forma indirecta, mantuvo desde muy joven sus primeros contactos con el Partido Comunista de España gracias a la lectura de Mundo Obrero y aguzando el oído cuando su padre escuchaba «la Pirenaica».
Tras esta época de infancia y adolescencia, marcada por los descubrimientos, llegó el momento en el que Segundo salió de Córdoba. Se marchó a Sevilla para cumplir el servicio militar y, aprovechando los permisos del cuartel, mantuvo diversas reuniones con sus compañeros del «Equipo Córdoba»; en una de ellas, decidieron que, en busca de ese ansiado cambio social, debían incorporarse al movimiento «Estampa Popular». El germen de esta idea surgió con el pensamiento de que con la aplicación de la técnica del grabado contribuirían de forma mucho más eficaz a ese anhelado cambio, pues con una tirada de grabados facilitarían el acceso a obreros y campesinos.
Esta decisión, que fue fundamental tanto en su obra como en su vida, les llevó a poner en marcha diversas exposiciones durante el bienio 1960-1961, como el ya mencionado movimiento «Estampa Popular», entendiendo que, como sugería Manolo García, otro de los componentes de dicho grupo: «Consideramos que lo popular en el arte viene determinado por el contacto que el artista toma con la realidad creada por la relación de los hombres entre sí a través del trabajo. Identificándonos con los problemas de la mayoría, ya que estos problemas están en la base de todo progreso social».
La vida de Segundo ha sido muy intensa, como él mismo señala, y este artículo podría detenerse en el relato de episodios tan significativos como su emigración a Copenhague, su paso por París, cómo encontró su espacio natural en las Juventudes Comunistas primero y en el PCE después, su estancia en Bruselas, su entrañable relación con su compañera y camarada, Mili, su regreso a España, sus múltiples exposiciones e, incluso, su actual militancia en el Núcleo Julián Grimau de Málaga, pero, sin duda, quien quiera conocer mejor a este artista cordobés hará mejor en acudir a las memorias que él mismo escribió hace una década bajo el título El espejismo de una ilusión. Descubriendo el arte.

Y si su vida ha sido intensa, su obra ha sido proporcionalmente extensa, pues el compromiso social y político de Segundo ha ido plasmándose en cada cuadro, en cada escultura, en cada grabado, en cada elemento creativo y artístico que su mente ideaba y sus manos ejecutaban. Pese a ello, por desgracia, no ha tenido el reconocimiento que merece. Por ello, no podemos dejar pasar la oportunidad que nos ofrece la inauguración de la exposición «Estampa Popular Sur» que tendrá lugar el próximo 26 de octubre en el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo de Sevilla. No hay ocasión mejor para conocer la obra de este comunista que siempre entendió que la creación y la cultura deben servir para agitar las conciencias, huyendo de la mera contemplación de la obra para tomar partido en la construcción de una sociedad mejor. Una exposición de una etapa de altísimo valor creativo que el propio Segundo define de la siguiente forma: «Éramos jóvenes rebeldes, defensores de la libertad de expresión en el arte, lo que nos llevaría a un compromiso con la realidad social y política del momento».
Así pues, si están por Sevilla en esas fechas (desde el 26 de octubre de 2023 hasta el 21 de abril de 2024), no dejen de visitar esta exposición porque, a través de su obra, podrán conocer a un camarada que a lo largo de su vida luchó, luchó y luchó. Un camarada que a día de hoy, a sus 84 años, sigue militando en la defensa del poder creativo que tienen el conocimiento y la cultura para transformar el mundo y que, como en sus propias memorias apunta, quiso volar, pero, como no tenía alas, pintó.
*Los integrantes del «Equipo Córdoba» fueron, además del propio Segundo Castro, Manuel González, Alejandro Mesa, Francisco Arenas, José Pizarro y Manuel García.
**Los integrantes originales del «Equipo 57» fueron Jorge Oteiza, Luis Aguilera, Ángel Duarte, José Duarte, Juan Serrano y Agustín Ibarrola.
Publicado en Mundo Obrero

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