El modelo de Estado y de Gobierno surgido de la llamada
Transición está roto: La
Constitución de 1978 declara derechos que nadie garantiza
(vivienda y trabajo dignos, servicios público de calidad y de acceso universal,
redistribución de la riqueza nacional, etc.), y en tiempos difíciles como los
actuales hacer recaer todo el peso sobre las familias trabajadoras, liquidando
la democracia formal en favor (y por manos) de la dictadura de los mercados.
Vivimos tiempos de una extraordinaria gravedad en los que
las clases populares están sufriendo la mayor agresión de nuestra reciente
historia, los poderes económicos, mediáticos y políticos existentes con la
excusa de esta crisis-fraude están aplicando una agenda neoliberal draconiana
para la esquilmar a la ciudadanía y el mantenimiento de la tasa de ganancia de
la minoría que representa el capitalismo. Todo ello con la intención política y
social de empobrecer a la mayoría social trabajadora y precarizar su forma de
vida con el mantenimiento de un sistema corrupto que recorta derechos y
libertades cada vez más represivo.
Por ello, convencidos que la República de España
vuelve a ser la respuesta en positivo, la respuesta ilusionante, la manera
democrática de constitucionalizar la justicia social y el reparto equitativo de
la riqueza, debe ser la forma social y política de gobierno que de la solución
al desempleo, a los desahucios y al dominio de la banca sin escrúpulos entre
otras cuestiones que hoy angustian a millones de españoles.
Por ello, hoy más que nunca, es necesario configurar una
alternativa Republicana, y poner en marcha un proceso constituyente hacia la III República , que
va a posibilitar una Jefatura democrática del Estado pero que, sobre todo, está
llamada a acortar la brecha social entre ricos y pobres, a restablecer los
derechos que nos están robando y a constitucionalizar otros nuevos que también
reivindicamos.
Por lo que la denuncia de la monarquía como institución que
estructura y forma parte integrante del régimen actual se desvela como una
línea importante en la construcción de una alternativa al sistema bipartidista
monárquico y en consecuencia es tarea del PCE y de la sociedad potenciar el
movimiento republicano, y de forma específica contribuir al desarrollo de la Junta Estatal
Republicana y su representación en todos los niveles de la sociedad, siendo
ésta un instrumento para hacer posible de manera más efectiva un espacio de convergencia
plural republicana, logrando esta convergencia y unidad, a través de proveer
como estrategia colectiva la unidad de acción.
Por lo tanto, desde el PCE, planteamos que toda propuesta
republicana aparezca como alternativa a la realidad existente. Una alternativa
que debe ser conformada, desarrollada y apoyada por el mayor respaldo
ciudadano.
Frente a este panorama, el modelo estatal republicano ha de
asentarse, en primer lugar, sobre la consolidación de un sistema verdaderamente
democrático de todo el pueblo, cuya condición e instrumento fundamental sea la
participación directa y activa del conjunto de la ciudadanía en la vida
política. Los órganos representativos del Estado republicano han de integrarse
y desarrollar su actividad partiendo de los principios propios a una democracia
auténticamente popular.
Denunciamos la construcción de un pacto o acuerdo que legitime
la monarquía y participaremos en la construcción de una alternativa
constituyente defendiendo la opción republicana, en lo que planteamos como
propuesta Republicana del PCE:
- Todos los órganos representativos del Estado son electivos
y renovables, con limitación de mandatos. Por supuesto, la jefatura del Estado
está sujeta a elección popular. La libertad de discusión, el ejercicio de la
crítica y la autocrítica y la regla democrática de la mayoría en la toma de
decisiones marcan el funcionamiento en todos los órganos estatales colegiados.
Todos los órganos representativos unipersonales deben ser nombrados por un
órgano colegiado. El Senado se convertirá en la cámara territorial del Estado.
- La garantía última del principio de sufragio universal se
sustenta en el reconocimiento de un sistema electoral basado estrictamente en
la proporcionalidad, donde sea verdadero el principio de “una persona, un
voto”, donde es necesaria la formación un sistema de circunscripciones que
asegure dicho principio de proporcionalidad, por ejemplo, circunscripción
autonómica complementada con un sistema nacional de resto que asegure la
representatividad de las CCAA menos pobladas. Lo que implica la reforma de la Ley Electoral.
- Todos los miembros de los órganos del Estado tienen un
deber de rendición de cuentas periódicas de su actuación, pudiendo ser
revocados de sus cargos. En su actuación, todos los cargos públicos han de
conducirse a través de un Código Ético de obligado cumplimiento.
- Las organizaciones sociales también tendrán derecho a
participar directamente, de acuerdo a las normas, en el ejercicio del poder
público. Asimismo, existen otros instrumentos de democracia directa, como son
el referéndum vinculante, la consulta popular o la iniciativa legislativa
popular.
- Ha de ser un principio básico para el funcionamiento
democrático del Estado la consecución de la igualdad real y efectiva entre
hombres y mujeres en todos los aspectos de la vida social y política económica.
- La
Centralidad del municipalismo, como base de una democracia
participativa y en la que la voz de los trabajadores y trabajadoras es, no ya
fuente de la soberanía del Estado sino, ella misma, portadora efectiva de la
soberanía popular.
-Se potenciará el poder político de los municipios por se la
institución más cercana al ciudadano) y se dotará de mecanismos de democracia
participativa plena.
- La
Republica que propugnamos será laica en el funcionamiento del
Estado y sus instituciones, garantizando la libertad de conciencia de las
personas y una educación pública, laica, obligatoria, universal, gratuita y de
calidad.
VIVA LA
TERCERA REPUBLICA
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