Izquierda
Unida celebró a lo largo del día de ayer, 24 de septiembre, en su sede federal
de Madrid la reunión de su Asamblea Político y Social (APS) -máximo órgano de
dirección entre congresos - con el objetivo de debatir y aprobar el denominado
‘Plan de Acción (2016-2017)’, donde se desarrollan en actividades prácticas el
mandato político surgido de la XI Asamblea Federal de IU celebrada el pasado
mes de junio. Este Plan de Acción fue aprobado por unanimidad de los presentes,
con 52 votos a favor y ninguna abstención o voto en contra.
Este
‘Plan de Acción’ ha sido elaborado por el Coordinador federal, Alberto Garzón,
a partir de la síntesis de los distintos planes específicos que le han hecho
llegar lo/as titulares de las distintas responsabilidades en las que se dividió
la estructura de dirección de IU, también en junio. Garzón no ha pudo exponerlo
hoy ante el plenario de la APS al encontrarse aún recuperándose de los
problemas de salud que le tienen apartado de la primera línea de la actividad
política desde hace más de dos semanas.
El
responsable de Acción Política, Ernesto Alba, fue el encargado de ello, mientras
que Toni Morillas, responsable de Democracia Participativa Interna, se ha
ocupado al comienzo de la reunión de exponer la metodología de trabajo a seguir
durante toda la jornada. Esta nueva metodología más participativa, de trabajo en
comisiones sectoriales y exposición de conclusiones en el plenario del órgano
de dirección de IU fue aprobada muy mayoritariamente por 71 votos a favor, y
solo 15 votos en contra y 6 abstenciones.
Lo/as
miembros de la Asamblea Político y Social debatieron durante todo el día el
contenido y la propuesta del ‘Plan de Acción’ divididos en siete grupos de
trabajo, coincidentes con la división de la composición de la dirección de IU y
con la estructura que se ha dado al documento que se discute. Estos grupos de
trabajo se corresponden con los apartados de Acción Política, Organización y
Finanzas, Formación, Comunicación Política, Economía, Estrategias para el
Conflicto e Internacional.
En
el ‘Plan de Acción’ de detallan de manera minuciosa los objetivos a desarrollar
en el próximo año desde todos los ámbitos de competencia de las distintas
responsabilidades y se busca la implicación y el consenso de lo/as integrantes
de Izquierda Unida para ello.
Alberto
Garzón abre su exposición dentro del Plan asegurando que “vivimos una crisis de
régimen que es, además, expresión de una crisis del sistema económico
capitalista” y reconoce que “sin embargo, en el tiempo que viene durando esta
crisis sistémica no hemos logrado construir una alternativa política y
económica desde la izquierda”.
El
máximo responsable de IU parte de ello y del hecho de que “se han incrementado
la frustración y la indignación de sectores sociales cada vez más amplios” para
indicar que, hasta ahora, no se ha podido “convertir esa rabia creciente en un
sujeto político y social capaz de combatir el neoliberalismo y de construir una
alternativa económica y política”. “He aquí nuestra tarea -destaca-,
precisamente como parte del movimiento obrero”.
Garzón
expone en el Plan que “la crisis económica actual ha puesto de relieve todas
las deficiencias y déficits de la transición, y ha demostrado la necesidad de
poner en marcha un nuevo proceso constituyente dirigido desde abajo y que
adapte las instituciones a un nuevo proyecto de país basado en la ideología
socialista”.
“Es
momento -afirma el Coordinador de IU en el documento- de iniciar métodos y
prácticas nuevas que den voz y poder de decisión a la militancia, al mismo
tiempo que permitan adaptar nuestra organización a los contornos de un
movimiento político y social”.
Alberto
Garzón destaca de forma decidida que Izquierda Unida se ha marcado como
objetivo “contribuir a construir un nuevo movimiento político y social. Nuestro
país requiere un nuevo proyecto, nacido de la ideología socialista, que sólo
podrá poner en marcha una organización caracterizada por la radicalidad
democrática y por su capacidad de ser conflicto social”.
Para
ello, es imprescindible “la construcción de tejido social consciente, cosa que
no se puede lograr desde simples discursos o iniciativas institucionales, sino
que requiere la presencia cultural de nuestra organización en cada conflicto
social derivado de la dinámica capitalista”.
Ante
la situación actual que viven otras fuerzas políticas, Garzón apunta que “en la
construcción de un nuevo movimiento político y social lo relevante es el
proyecto político que se busca desplegar, no tanto la suma cuantitativa de
actores que lo conforman. De ahí que para nosotros no sean relevantes las
disputas orgánicas en el seno de los partidos y movimientos aliados sino más
bien el proyecto político que, en su conjunto, cada organización aliada
defiende”.
En
los distintos apartados que desarrollan el Plan se incluye la apuesta por
“resignificar la marca IU implementando las medidas necesarias para que la
percepción de la organización sea coherente con nuestros objetivos políticos”.
También
se incluye el análisis que para hacer frente a la crisis del sistema económico
y de la propia globalización neoliberal hay que “atender al espacio económico y
político internacional”, por lo que IU tiene la obligación de “mejorar nuestra
capacidad de informarnos e influir sobre los fenómenos y procesos políticos
internacionales, particularmente de aquellos de los que puedan extraerse
conclusiones relevantes para nuestra organización y para nuestro propio
proceso”.
Además,
se leyó y aprobó una resolución mostrando el rechazo al bloqueo a Cuba por
parte de EEUU y otra contra la instalación de un almacén temporal en la central
nuclear de Almaraz.
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