Mikel
Hernández/Mundo Obrero
El
próximo año se cumple el centenario de la Gran Revolución Socialista de
Octubre, la cual se cuenta sin duda entre las grandes gestas de la humanidad en
su lucha por el progreso y la emancipación de la condiciones de esclavitud
asalariada, por superar la desigualdad entre seres humanos, desigualdades de
clase, de género y entre los pueblos.
Este
hecho histórico entronca de manera directa con los orígenes y la historia del
Partido Comunista de España, pues la toma del poder por los trabajadores en
Rusia abrió una nueva era en el Movimiento Obrero la cual alumbró el nacimiento
de los Partidos Comunistas en todo el mundo.
Por
tal motivo, en el seno de la Agrupación de Técnicos y Profesionales del Partido
Comunista de Madrid nació la iniciativa “Espacio 2017”, proyecto para acoger y
desarrollar los actos que a lo largo del próximo año servirán a la
conmemoración del triunfo de la Revolución de Octubre de 1917 en Rusia, que
inauguró una era nueva para la humanidad liberadora.
“Espacio
2017” es un proyecto asumido por la dirección federal del Partido Comunista de
España y fue dado a conocer formal y oficialmente en uno de los actos con los
que abrió ayer día 16 de septiembre la 39 edición de la Fiesta PCE en la
localidad madrileña de San Fernando de Henares.
Sofía
García-Hortelano, militante de la Agrupación del partido en la que nació la
iniciativa fue la encargada de abrir acto, que no estaba planteado
estrictamente como un coloquio sino como el marco para el desarrollo de un trabajo
y la exposición de unas tareas y el Secretario General del Partido Comunista de
España y dos Secretarios Generales de Federación, José Manuel Mariscal por el
Partido Comunista de Andalucía y Álvaro Aguilera, por el Partido Comunista de
Madrid, expusieron en sus intervenciones los elementos político-ideológicos que
han de servir de base a esta conmemoración.
Una
idea común planeó en las exposiciones de todos los intervinientes: que el
reencuentro con nuestra historia, con nuestra tradición, con nuestro hilo rojo,
no sea una mera celebración litúrgica y sólo para el interno del partido, sino
que ha de conectar con las tareas del presente, “con la reconstrucción del
partido que requiere nuestra clase”, afirmó Sofía.
“El
centenario de Octubre va a ser la oportunidad que va a aprovechar el Capital
para tratar de dar el golpe de gracia al comunismo”, explicó Centella. La
ofensiva ideológica para tratar de acabar con las simpatías hacia el comunismo
va a ser brutal, destacó el Secretario General, de ahí la necesidad de dar en
primer lugar la batalla en el plano histórico, situando los elementos
históricos de lo que no fue un golpe de Estado o un golpe de mano, como el
revisionismo pretende hacer creer, sino un audaz proceso revolucionario de
acumulación de fuerzas que conquistó el poder no para gestionar lo que había
sino para acabar con el dominio del capital y sentar las bases de una sociedad
nueva.
A
ese mismo plano de la necesidad de contrarrestar la ofensiva ideológica se
refirió José Manuel Mariscal cuando señaló que en España, de esos 100 años de
conmemoración al menos 40 se habló mucho y mal contra el comunismo, inculcando
en el imaginario colectivo una imagen negativa de comunismo y sometiendo a
represión, muerte y ostracismo cualquier atisbo, pensamiento o idea de
emancipación humana.
Las
lecciones, las enseñanzas de Octubre, de sus aciertos y de los que no lo
fueron, se destacaron algunas tareas para el presente. La más importante, según
Centella, para un Partido Comunista, es la de acabar con el capitalismo. Lo que
singularizó a Lenin y los bolcheviques y lo que les llevó al triunfo, es que su
objetivo no era como el resto de partidos socialistas de la época, tomar el
poder para gestionar “lo que había”, sino acabar con el capitalismo. Y matizó,
“coger el gobierno no es lo mismo que coger el poder” y puso el ejemplo de
Venezuela, donde el proceso de transformación se ve continuamente expuesto a la
contraofensiva del capital por no asumir todos los resortes del poder. En esta
idea ahondó también Mariscal bajo la fórmula “Repensar la revolución es
repensar el poder”, concluyendo que el poder no residía en última instancia en
las instituciones.
“Asumir
las contradicciones como parte de la política” fue un aspecto destacado de la
intervención de Álvaro Aguilera en el sentido de las enseñanzas que para el
presente pueden extraerse de la Revolución de Octubre, así como de la
caracterización de aquel proceso histórico como de “inequívoca vocación de
mayoría social”, que entronca a su parecer con la búsqueda e identificación
actual del conflicto, “para generar un contrapoder, confrontar un proyecto de
país distinto y facilitar un proyecto solvente”. “La unidad popular, -señaló-
no es solo lo electoral, hace falta un contrapoder, y si somos capaces de crearlo,
seremos dignos herederos de Octubre”.
El
significado y la repercusión de la Revolución de Octubre de 1917 –señaló
Centella- fue que la clase obrera pudo conquistar el poder. “La Revolución no
la hizo el Partido bolchevique, la organizó. Fue un partido organizado para la
gente, no para sí mismo, que tejió políticas de alianzas y tuvo en los soviets
sus instrumentos de poder popular".
Todos
los intervinientes destacaron el papel de Lenin y glosaron su figura. Su
capacidad para el análisis del capitalismo en su fase imperialista, el análisis
concreto de las condiciones del capitalismo en Rusia, sus dotes de estratega y
táctico, su adaptación del marxismo a las condiciones concretas del
capitalismo, una genialidad en correspondencia al mismo tiempo con el papel
creativo de las masas en el proceso revolucionario.
"El
capitalismo es fuerte en la medida en que no cuenta con una alternativa.
Mientras exista el comunismo el capitalismo no estará tranquilo y querrá
situarnos en el lado oscuro de la historia", dijo Centella. "El ideal
es bonito, -en referencia al fin del capitalismo- pero el objetivo es que el
ideal sea realizable", concluyó Centella.
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