El
candidato a la Presidencia del Gobierno de Izquierda Unida-Unidad Popular,
Alberto Garzón, ha detallado hoy en profundidad su decidida apuesta por abrir
un “proceso constituyente” en nuestro país. Consideró que ha llegado el momento
de abordar una “revisión total” de la Constitución para avanzar de manera real
en la “democratización del país” y, entre otros puntos importantes, conseguir
acabar con el “drama de un modelo extendido de precariedad permanente,
privatizaciones, externalizaciones y recorte de derechos sociales”.
Garzón
intervino esta mañana en la conferencia-desayuno organizada por el Fórum
Europa, desde donde hizo una decidida defensa de las listas de IU-Unidad
Popular que se presentan a los comicios del 20D. Garantizó que a través de esta
candidatura la gente “sabe lo que va a votar” porque defiende unos principios y
valores “que no están a merced del tacticismo”, mucho más en un entorno
electoral que se presenta con un “centro político superpoblado” de formaciones,
que más se parecen a “empresas de marketing que adecúan su producto a lo que el
consumidor quiere comprar”.
Insistió
en que el futuro proceso constituyente que plantea IU nada tiene que ver con
“parches ni reformas parciales”, además de alertar “ante el espejismo
constitucional al que nos quieren empujar algunos partidos, que dicen que hay
que cambiar todo pero apuestan por una reforma parcial que sólo puede hacer un
ejercicio de maquillaje y cosmética”.
Aclaró
que esta apuesta pasa por recurrir a los mecanismos que fija el artículo 168 de
la Constitución, que exigen la disolución de las Cámaras y la ratificación por
referéndum del nuevo texto constitucional, algo que, recordó, “se demandó desde
el 15M en las calles de toda España en 2011” y que Izquierda Unida quiere
representar en estas elecciones.
También
en relación directa con el 15M está su propuesta para que el nuevo texto
constitucional avance en la “democratización del país”, con propuestas
específicas como los referéndums vinculantes y obligatorios en determinadas
situaciones (la cesión de soberanía a una entidad supranacional, entre ellas),
los revocatorios de los cargos públicos o más democracia interna en los
partidos.
Alberto Garzón defendió con toda
nitidez una nueva Constitución que recoja el modelo de Estado federal y
republicano que propugna su candidatura, que serviría para
resolver las tensiones soberanistas que hay hoy en el Estado y para superar un
modelo monárquico “anacrónico y corresponsable de la corrupción política
estructural”.
La
nueva Carta Magna articularía también la propuesta de IU de trabajo
garantizado, el que un ciudadano pueda reclamar su derecho al trabajo en un
juzgado si no lo encuentra en el mercado, el blindaje de las garantías sociales
y la defensa específica de los valores feministas. Sobre este último aspecto,
reclamó más recursos para aplicar medidas contra la violencia de género, un
fenómeno que está estrechamente vinculado a otros tipos de violencia sexual,
económica, psicológica, y que se explica por el modelo de sociedad patriarcal.
Tanto
en su intervención directa en la conferencia del Fórum Europa como en las
respuestas a las preguntas planteadas, Garzón insistió en que debe combatirse
el modelo económico y social actual que hace compatible una bonanza
macroeconómica para unos pocos con el “drama” microeconómico que sufren muchos,
es decir, crecer a un 3% mientras 770.000 familias no tienen ningún ingreso.
Consideró
que tras años de “precariedad permanente, privatizaciones, externalizaciones y
recortes en derechos sociales” conquistados en décadas, sólo queda “repensar el
país” por medio de un debate “calmado y muy transparente” para abordar el
problema.
Explicó
que la sociedad tiene “madurez suficiente para poder pensar sobre su futuro sin
la tutela de las élites políticas ni económicas” y encabezar por sí ese proceso
constituyente, y no las “cúpulas de determinados partidos”, desde el consenso
“sin imposiciones ni golpes encima de la mesa”.
Alberto
Garzón expuso que Izquierda Unida-Unidad Popular apuesta por una “política
distinta”, basada en “la verdad y la humildad”, y diferente también en las
formas que otros llevan utilizando desde hace meses, mucho más en esta
precampaña. Cualquier cambio que no cuente con esta candidatura “será un cambio
de maquillaje”, apostilló.
Lamentó
la “política espectáculo” que preside la precampaña electoral y reivindicó que,
aunque la ciudadanía esté interesada en conocer los “gustos privados o las
habilidades” de los candidatos, lo que se les debe exigir es que resuelvan los
“problemas cotidianos de la gente. En IU-Unidad Popular no nos rendimos porque
creemos en la política”.
A
preguntas concretas de los periodistas sobre Podemos, indicó que no comparte el
giro al centro mostrado por esta formación y achacó la imposibilidad de llegar
a un acuerdo electoral a que las “voces de izquierdas” como la que representa
IU “siempre son incómodas a proyectos que aspiran a ser la UCD del presente”.
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